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La alcalosis es una afección que se caracteriza por una cantidad excesiva de base (álcali) en los líquidos corporales. Es lo opuesto a la acidosis (cantidad excesiva de ácido). Los líquidos del organismo contienen dos sustancias: los ácidos y las bases; el álcali es la base. El equilibrio entre ácidos y bases se denomina equilibrio del pH y las cantidades excesivas o insuficientes de base o ácido pueden producir un desequilibrio en el pH. La reducción de los niveles de dióxido de carbono (un ácido) o el aumento de los niveles de bicarbonato (una base) en la sangre pueden causar alcalosis.
Las causas más frecuentes de la alcalosis son las siguientes:
La alcalosis respiratoria se produce cuando no hay suficiente dióxido de carbono en el torrente sanguíneo y la causa suele ser una hiperventilación. También puede ser provocada por fiebre elevada, falta de oxígeno o intoxicación por salicilato. Las personas que viven en altitudes elevadas pueden presentar alcalosis respiratoria debido a la pérdida de oxígeno. Las afecciones médicas como las enfermedades hepáticas o respiratorias también pueden causar alcalosis respiratoria.
La alcalosis compensada se produce cuando se restablece el equilibrio del pH normal, pero los niveles de dióxido de carbono y bicarbonato continúan siendo anormales.
La alcalosis metabólica se produce cuando el organismo pierde demasiado ácido o recibe demasiada base.
Esta forma de alcalosis se produce cuando el organismo sufre una reducción significativa de los niveles de cloruro, por lo general debido a vómitos o sudoración prolongados. El cloruro es una sustancia química importante necesaria para mantener el equilibrio de los líquidos corporales y es una parte fundamental de los líquidos digestivos.
La alcalosis hipocalémica se produce cuando los niveles de potasio en el organismo no son normales. El potasio es un mineral, generalmente obtenido de los alimentos, que es fundamental para el funcionamiento óptimo del corazón, los riñones, los músculos y los sistemas nervioso y digestivo.
Las personas que presentan alcalosis pueden manifestar los siguientes síntomas:
Si no se tratan de inmediato, los síntomas pueden agravarse y provocar un choque o un estado de coma. Entre otros síntomas graves, se incluyen los siguientes:
Como los síntomas de la alcalosis son similares a los de otras afecciones, es importante no realizar un autodiagnóstico. Para determinar si tiene alcalosis y descartar otras afecciones con síntomas similares, el médico controlará el equilibrio del pH y los niveles de dióxido de carbono y oxígeno. Entre los análisis más usados para controlar estos niveles, se incluyen análisis de orina, pH en orina, panel metabólico básico y gasometría arterial.
Para diagnosticar y tratar la alcalosis, el médico debe determinar la causa. Si padece alcalosis respiratoria, es necesario normalizar los niveles de dióxido de carbono. La respiración lenta y profunda generalmente permite mejorar los síntomas y regular los niveles de oxígeno. Si los análisis revelan niveles de oxígeno bajos, deberá recibir oxígeno por medio de una máscara.
Si la alcalosis se debe a una pérdida de sustancias químicas (como cloruro o potasio), deberá tomar medicamentos o suplementos para reemplazarlas.
Algunos casos de alcalosis son el resultado de un desequilibrio en los electrolitos, que puede corregirse si se consumen cantidades abundantes de líquido o bebidas con alto contenido de electrolitos. Los casos avanzados de desequilibrio electrolítico deben tratarse en un hospital.
La recuperación de una alcalosis no suele resultar problemática una vez que se recibe tratamiento.
Para reducir el riesgo de sufrir alcalosis, cuide su salud, siga un régimen alimentario saludable y manténgase hidratado. Elija alimentos con alto contenido de nutrientes, como frutas y verduras frescas, y, principalmente, aquellos que contengan potasio, como la zanahoria, la banana, la leche, las judías, la espinaca y el salvado.
Para prevenir la deshidratación, beba de ocho a 10 vasos de agua por día. Si es atleta o si hace otro tipo de actividad física, beba agua o bebidas de reposición electrolítica a intervalos regulares para mantener el equilibrio de los electrolitos. Evite beber gaseosas o jugos con alto contenido de azúcar, ya que pueden promover la deshidratación. Recuerde que si tiene sed, ya está deshidratado.
No siempre es posible prevenir la alcalosis causada por enfermedades renales previas.
Escrito por (en Inglés): April Khan
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD