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Al alimentar el cuerpo del niño con las comidas correctas no sólo se fomenta el crecimiento sino que se pueden establecer buenos hábitos alimenticios para toda la vida. Los niños que no siguen un régimen alimenticio saludable durante el crecimiento, pueden terminar siendo adolescentes y adultos no saludables. El establecimiento de un patrón alimenticio saludable desde el principio es crucial para mantenerse sanos de por vida.
Los niños necesitan comer con mayor frecuencia que los adultos porque tienen estómagos más pequeños. Ofrézcale a sus hijos bocadillos saludables entre comidas y fomente el control de porciones adecuadas en las comidas.
Para evitar el aumento excesivo de peso, fomente la actividad física habitual y balancee el tamaño de las porciones con las calorías quemadas.
Los estudios demuestran que las familias que comen juntas le proveen a los hijos una mejor nutrición en general. Tal vez sea imposible almorzar juntos, pero trate de desayunar y cenar en familia tan frecuentemente como sea posible.
Sus hijos no comerán verduras si no lo ven a usted comerlas. Asegúrese de que sus hijos vean el tipo de conducta que desea que tengan. Haga que sea fácil comer frutas y verduras: tenga frutas y verduras frescas a mano y accesibles para que los niños las tomen y se sirvan una fruta y/o un vegetal en cada comida.
Los niños necesitan consumir todas sus vitaminas y minerales para crecer adecuadamente. Sirva comidas con una calidad nutritiva elevada para garantizar que reciban todo lo que necesitan. Concéntrese en asegurarse que sus hijos coman comidas ricas en lo siguiente:
Comience a darle a sus hijos diversos granos integrales desde temprano, para que aprendan a disfrutarlos. Incorpore lo siguiente a su régimen alimenticio:
Para evitar que se vuelvan quisquillosos para comer, ofrézcales comidas variadas desde el principio y anímelos a que prueben comidas nuevas. Hágalos participar en la planificación, compra y preparación de la comida; si son parte del proceso, será más probable que consuman comidas más variadas.
Al incitar a los niños a que siempre coman todo lo que hay en el plato da lugar a que coman en exceso en múltiples comidas. Permítales decidir cuándo se sientan satisfechos. Una vez que lleguen a cierta edad (aproximadamente a los cinco años), incluso debería permitirles que se sirvan. Y sírvales más si todavía tienen hambre.
El exceso de jugo de frutas puede ser dañino para los hábitos alimenticios y la salud del niño. Su hijo podría llenarse de jugo y dejar de comer otros alimentos nutritivos. Además, el jugo consiste de calorías líquidas y podría agregar demasiadas calorías en general. Por último, todo ese azúcar en los jugos de frutas puede generar problemas dentales.
En límite diario para la mayoría de los niños debería ser ocho onzas de jugo de frutas 100 % puro.
Muchos niños consumen demasiadas comidas que contienen grandes cantidades de grasa, azúcar y sodio. Ofrezca siempre alimentos nutritivos primero y considere la comida chatarra sólo como algo especial ocasionalmente.
No termine preparándole una cena especial a cada quien en la familia. Los niños se vuelven quisquillosos cuando los padres les permiten que ordenen lo que van a comer y lo que no van a comer.
Todos los integrantes de la familia deben comer la misma comida. La única excepción sería si algún integrante de la familia padece alguna alergia. Para lograr que los niños prueben comidas nuevas, pídales que coman al menos dos o tres bocados de cada una de las comidas que tengan en el plato.
Fomente el balance, variedad y moderación en el patrón alimenticio del niño. Enséñele a los niños cómo se siente tener hambre, estar satisfecho, estar lleno y estar repleto. Fomente al consumo de comida hasta sentirse satisfecho sin llenar demasiado el estómago.
Si presta atención especial a qué, cuándo y cuánto come su hijo, usted podrá criar un hijo que come saludablemente y que consumirá porciones correctas de diversos alimentos de por vida.
Escrito por (en Inglés): Tara Gidus, MS, RD, CSSD, LD/N