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Amenaza de aborto es el término utilizado para describir el sangrado vaginal que se produce en las primeras 20 semanas de gestación. Este sangrado vaginal puede indicar un riesgo de aborto.
Si bien los abortos espontáneos son frecuentes, muchas mujeres pueden presentar los síntomas, pero continuar con el embarazo hasta su término. Aunque el nombre suene confuso, se denomina amenaza de aborto. Otro término utilizado para referirse a esta afección es amenaza de aborto espontáneo.
Aproximadamente del 20 al 30 por ciento de las mujeres presentan un sangrado durante la primera mitad del embarazo (NYU Medical Center, 2011).
Los calambres estomacales que se producen independientemente de la presencia de sangrado pueden indicar un posible aborto. Otro signo es cualquier tipo de sangrado vaginal antes de la vigésima semana de embarazo.
Durante un aborto en sí, la mujer suele sentir un dolor de leve a intenso en el abdomen y en la parte baja de la espalda, y puede despedir, por la vagina, un material semejante a un coágulo (NCBI, 2010).
Entre los factores posibles que pueden incrementar el riesgo de tener una amenaza de aborto se encuentran los siguientes:
Otros factores de riesgo de aborto son la obesidad y la diabetes no controlada. Si usted tiene sobrepeso o diabetes, pídale al médico que le indique cómo preservar la salud durante el embarazo.
Comuníquele al obstetra los medicamentos o suplementos que esté tomando para saber si es seguro continuar con ellos durante el embarazo.
En ciertos casos, los factores asociados con el tipo de sangre pueden suponer un riesgo de aborto mayor. El factor Rh se refiere a un determinado tipo de antígeno (proteína) que existe en la superficie de las células sanguíneas. Las personas que tienen el antígeno se clasifican como Rh positivo y aquellas que no lo tienen se consideran Rh negativo. Esto puede acarrear problemas si la madre es del grupo Rh negativo y el bebé es Rh positivo. Si la sangre del feto se mezcla con la de la madre (lo cual es frecuente), el organismo puede considerar que se trata de una reacción alérgica y generar anticuerpos que ataquen los antígenos Rh de la sangre del bebé (APA, 2006).
El médico le realizará un tacto vaginal y le indicará una ecografía fetal que permita controlar los latidos cardíacos y el desarrollo del feto. La prueba servirá también para determinar la magnitud del sangrado. Le realizarán análisis de sangre para comprobar los niveles de hormonas, la pérdida de sangre y la presencia de infecciones.
Es posible que le hagan una prueba de bienestar fetal (NST), que registra el ritmo cardíaco, la maduración del bebé y la intensidad de las contracciones.
Es posible que el médico le pida seguir ciertas pautas para reducir el riesgo de un aborto. Pueden sugerirle que haga reposo o que restrinja las actividades, además de suspender las relaciones sexuales. Una vez obtenidos los resultados de los análisis de sangre, el médico podrá administrarle progesterona, una hormona femenina que retiene el embarazo. Si la madre es Rh negativo, le administrarán además inmunoglobulina anti D (Rho), que impide que el organismo genere anticuerpos que ataquen la sangre del feto.
No existe una manera infalible de prevenir un aborto, pero es posible adoptar ciertas conductas que ayuden a mantener un embarazo saludable. Entre ellas, pueden mencionarse las siguientes:
Escrito por (en Inglés): Jaime Herndon
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD