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La amniocentesis es un análisis que permite determinar si un feto presenta alguna anomalía genética (amniocentesis genética) o si los pulmones están lo suficientemente desarrollados para el nacimiento (amniocentesis de madurez).
El médico usará una aguja larga y delgada para extraer una muestra pequeña de líquido amniótico, el cual rodea y protege al bebé en el útero. Luego, la muestra se analizará para detectar determinadas afecciones genéticas, como síndrome de Down, espina bífida y fibrosis quística.
Los resultados del análisis pueden determinar la continuidad del embarazo. También pueden indicar si el bebé tiene la madurez suficiente para nacer y si es necesario inducir el parto prematuro para prevenir complicaciones en el embarazo.
Usted tal vez considere la posibilidad de someterse a una amniocentesis genética si los resultados de la prueba de detección prenatal son anormales. La amniocentesis puede confirmar o descartar un diagnóstico realizado luego de la prueba de detección inicial. Si ya tiene un hijo con una anomalía congénita o una anomalía congénita del tubo neural (una anomalía cerebral o de la médula espinal grave), este análisis permite detectar si el bebé por nacer también tiene esa afección.
Si usted tiene 35 años de edad o más, el riesgo de que el bebé presente anomalías cromosómicas como síndrome de Down es mayor. La amniocentesis permite identificar tales anomalías. Si usted o su pareja son portadores de un trastorno genético, como fibrosis quística, la prueba puede detectar si el bebé en gestación tendrá la afección.
Tal vez se considere la posibilidad de este análisis en caso de un parto prematuro debido a complicaciones en el embarazo. De esta manera, se determina si los pulmones del bebé están lo suficientemente desarrollados para que pueda sobrevivir fuera del útero.
Este análisis también puede realizarse si el médico sospecha que el feto tiene infección o anemia o si cree que la madre tiene infección uterina. El procedimiento también puede reducir la cantidad de líquido amniótico en el útero, en caso de que sea necesario.
Este análisis es ambulatorio, de modo que no es necesario permanecer en el hospital. En primer lugar, el médico realizará una ecografía para detectar la ubicación exacta del bebé en el útero. Es un procedimiento no lesivo en el que se emplean ondas sonoras de alta frecuencia para crear imágenes del bebé en gestación. La vejiga debe estar llena durante la ecografía, por lo que debe beber mucho líquido antes de la prueba.
Después de la ecografía, el médico tal vez aplique un medicamento para adormecer una parte del estómago. Luego, insertará una aguja en el estómago y en el útero y extraerá una muestra pequeña de líquido amniótico. Esta parte del procedimiento demora un par de minutos por lo general.
Los resultados de las pruebas genéticas del líquido amniótico generalmente están disponibles luego de algunos días. En cambio, los resultados de las pruebas realizadas para determinar la madurez de los pulmones del bebé suelen estar disponibles en unas horas.
Con frecuencia, la amniocentesis se realiza durante el segundo trimestre de embarazo. Existe un riesgo leve de tener un aborto espontáneo (una posibilidad en 300 o en 500) si la prueba se realiza después de las 16 semanas de gestación. El riesgo es un poco mayor si se realiza antes de las 15 semanas de gestación.
Algunas mujeres manifiestan cólicos o un sangrado vaginal leve luego del procedimiento. En muy pocos casos, puede causar una pérdida de líquido amniótico o una infección uterina y,
en casos poco frecuentes, puede provocar que las células sanguíneas del bebé ingresen al torrente sanguíneo materno. Si usted tiene un tipo de proteína denominada factor Rh en la superficie de los glóbulos rojos, se considera que su factor sanguíneo es Rh positivo. En caso contrario, es Rh negativo. Es posible que usted tenga un factor Rh negativo y que su bebé tenga un factor Rh positivo. En este caso, si se mezclan las células sanguíneas, su organismo puede manifestar una reacción alérgica al bebé. Si esto sucede, el médico le dará un medicamento denominado RhoGAM, que evita que el organismo produzca anticuerpos para atacar las células sanguíneas del bebé.
Si tiene una infección como hepatitis C o VIH, la amniocentesis puede provocar que la infección se transmita al bebé en gestación.
Si los resultados son normales, el bebé probablemente no tenga anomalías genéticas ni cromosómicas. Si se trata de una amniocentesis de madurez, los resultados normales indicarán que el bebé está preparado para nacer.
Los resultados anormales pueden indicar que el bebé tiene un problema genético o una anomalía congénita grave. Analice los resultados con el médico y su pareja para decidir si desean continuar el embarazo.
Escrito por (en Inglés): Heather Ross
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD