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La bilirrubina es un pigmento de color amarillo que se encuentra en la sangre y las heces. Si la piel o el blanco de los ojos adquieren un tono amarillento, probablemente se deba a una afección denominada ictericia, la cual puede ser causada por niveles elevados de bilirrubina.
La bilirrubina se produce en el organismo cuando los glóbulos rojos envejecidos se descomponen. La descomposición de las células envejecidas es un proceso normal y saludable. Después de circular por la sangre, la bilirrubina se dirige al hígado, desde donde se elimina a través de las vías biliares y luego se almacena en la vesícula biliar. Por último, la bilirrubina se libera en el intestino delgado en forma de bilis para digerir las grasas y, finalmente, se elimina en las heces.
Cuando la bilirrubina se une a la glucosa se la denomina bilirrubina directa o bilirrubina conjugada, mientras que a la bilirrubina sin glucosa se la conoce como bilirrubina indirecta o bilirrubina no conjugada. La bilirrubina de la sangre en conjunto se conoce como bilirrubina total.
Un análisis de bilirrubina en la sangre permite obtener un recuento preciso de los tres niveles de bilirrubina en la sangre: bilirrubina directa, indirecta y total.
El hecho de que la bilirrubina no se una a la glucosa (bilirrubina conjugada) en el hígado o no se elimine adecuadamente de la sangre puede ser un indicio de la presencia de daño hepático. Por lo tanto, realizar un análisis de bilirrubina en la sangre es una buena manera de evaluar los daños en el hígado.
Los recién nacidos suelen presentar cierto grado de ictericia y es posible que les realicen varios de estos análisis durante los primeros días de vida para controlar que el hígado comience a funcionar correctamente. Si no se trata, la ictericia en los recién nacidos puede ser muy grave.
Otra de las causas de niveles elevados de bilirrubina podría ser una destrucción anormalmente elevada de células sanguíneas, una afección que se conoce como hemólisis.
A veces, la bilirrubina se mide como parte de un conjunto de pruebas analíticas. Por lo general, el hígado se evalúa por medio de un grupo de pruebas que incluyen bilirrubina, alanina transaminasa (ALT), aspartato transaminasa (AST), fosfatasa alcalina (ALP), albúmina, proteína total y otros compuestos.
Para realizarlo, es necesario extraer una muestra pequeña de sangre que se obtiene mediante un proceso denominado venopunción. Se inserta una aguja en una vena del brazo o la mano y se extrae una cantidad pequeña de sangre en un tubo de ensayo.
Para este análisis, deberá ayunar (no comer ni beber nada, excepto agua) durante cuatro horas antes de la extracción de sangre. Beba una cantidad normal de agua antes de dirigirse al laboratorio o al lugar donde le realicen la extracción.
Es posible que deba suspender determinados medicamentos antes del análisis, pero solo si el médico se lo indica. Entre los medicamentos que pueden repercutir en los niveles de bilirrubina, se incluyen antibióticos como bencilpenicilina, sedantes como fenobarbital, diuréticos como furosemida y medicamentos contra el asma como teofilina. Sin embargo, son muchos medicamentos que pueden alterar los niveles de bilirrubina. Por tal motivo, es importante que consulte al médico antes de someterse al análisis para averiguar si debe dejar de tomar algún medicamento.
Durante la extracción de sangre, es posible que sienta un dolor moderado o una sensación similar a un pellizco, si bien, por lo general, es muy breve y leve. Una vez que el técnico retire la aguja, tal vez sienta un dolor pulsátil. Deberá aplicar presión en el lugar de la punción. A continuación, le colocarán una venda que deberá dejar en el lugar entre 10 y 20 minutos y le indicarán que no levante objetos pesados con ese brazo durante el resto del día.
Una extracción de sangre conlleva algunos riesgos muy poco frecuentes, por ejemplo:
En los niños más grandes y los adultos, los valores normales de bilirrubina directa (conjugada) son de 0 a 0,3 miligramos por decilitro (mg/dl). Los valores normales de bilirrubina total (directa e indirecta) son de 0,3 a 1,9 mg/dl.
En los recién nacidos, los valores más elevados de bilirrubina son normales debido a la fuerza que realizan durante el parto. Los valores normales de bilirrubina en un recién nacido deberían ser inferiores a 5 mg/dl. No obstante, hasta el 60 por ciento de los recién nacidos presentan algún grado de ictericia y niveles de bilirrubina superiores a 5 mg/dl.
Es posible que el médico opte por realizarle nuevos análisis de sangre o una ecografía si el análisis revela niveles elevados de bilirrubina en la sangre. En un adulto, los niveles elevados de bilirrubina pueden deberse a problemas en el hígado, las vías biliares o la vesícula biliar. Entre algunos ejemplos, se incluyen los siguientes:
Otra de las causas de los niveles elevados de bilirrubina pueden ser problemas en la sangre, en lugar de en el hígado. Una descomposición demasiado acelerada de células sanguíneas puede deberse a las siguientes afecciones: anemia hemolítica (destrucción excesiva de células sanguíneas a causa de una enfermedad autoinmunitaria, una anomalía congénita, toxicidad de los medicamentos o infección) o una reacción a una transfusión (el sistema inmunitario puede atacar parte de la sangre recibida en una transfusión).
En los recién nacidos, los niveles elevados de bilirrubina y la ictericia pueden ser peligrosos y pueden ser causados por varios factores. Los tres tipos de ictericia más frecuentes son los siguientes:
Todos estos tipos de ictericia pueden tratarse fácilmente y, con un tratamiento adecuado, suelen ser inofensivos. Algunas de las afecciones más graves que provocan niveles elevados de bilirrubina e ictericia en los lactantes son las siguientes:
Tanto en adultos como en niños, los síntomas relacionados con los niveles elevados de bilirrubina incluyen ictericia, color amarillento de la piel o los ojos, cansancio, picazón en la piel, orina oscura y disminución del apetito.
Escrito por (en Inglés): Christine Case-Lo
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD