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La anemia se produce cuando la cantidad de glóbulos rojos saludables en el organismo es muy baja. Los glóbulos rojos transportan oxígeno a todos los tejidos del organismo, por lo cual un recuento bajo indica que la cantidad de oxígeno en la sangre es menor que lo debido. Muchos de los síntomas de la anemia son causados por el descenso en el suministro de oxígeno a los tejidos y órganos.
La anemia se mide según la cantidad de hemoglobina, que es la proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno. La Organización Mundial de la Salud considera que se tiene anemia cuando el hombre tiene menos de 13 gramos de hemoglobina por decilitro y la mujer tiene menos de 12 gramos de hemoglobina por decilitro. Aproximadamente tres millones de estadounidenses sufren de anemia. Las mujeres y las personas con enfermedades crónicas corren el mayor riesgo de sufrir de anemia.
El hierro de la dieta, la vitamina B12 y el folato son esenciales para que los glóbulos rojos maduren en el organismo. Normalmente, los glóbulos rojos se reemplazan a razón de 0,8 a 1 % al día y su vida útil promedio es de 100 a 120 días. En general, cualquier proceso que tenga efectos negativos sobre este equilibrio entre la producción y la destrucción de los glóbulos rojos puede causar anemia. Las causas de la anemia suelen dividirse en dos categorías: las que disminuyen la producción de glóbulos rojos y las que aumentan su destrucción.
Algunos de los factores que disminuyen la producción de glóbulos rojos son:
La ingesta de hierro es uno de los principales índices para la evaluación de la salud de las naciones. Según la OMS, en el mundo hay aproximadamente 2150 millones de personas que tienen anemia por deficiencia de hierro.
Los requisitos diarios de vitaminas y hierro varían según el sexo y la edad. Las mujeres necesitan más hierro y ácido fólico que los hombres por la pérdida de hierro que se produce durante la menstruación y por el desarrollo fetal durante el embarazo y la lactancia.
National Institutes of Health [Institutos Nacionales de la Salud, NIH] indica que la ingesta diaria de hierro para las mujeres de 18 a 50 años es 18 mg. La ingesta diaria de hierro para los hombres en esa misma franja etaria es 8 mg. Durante el embarazo, la ingesta diaria de hierro debe aumentar a 27 mg, pero las mujeres que están amamantando necesitan solo 9 mg por día. Los hombres y mujeres mayores de 50 años necesitan 9 mg de hierro diarios, según Office of Dietary Supplements [Oficina de Suplementos Alimentarios]. Cuando no se logra un nivel adecuado de hierro únicamente con la alimentación, podría ser necesario agregar un suplemento. Las buenas fuentes alimentarias de hierro son: pollo e hígado, ostras, carne oscura de pavo, carne vacuna, cereales fortificados, avena, lentejas, judías y espinaca.
El folato es la forma del ácido fólico presente naturalmente en el organismo. Los hombres y mujeres mayores de 14 años necesitan 400 mcg de ácido fólico al día. Para las mujeres embarazadas o lactantes, la demanda de ácido fólico aumenta a 500 mcg/día. Como ejemplos de alimentos ricos en ácido fólico pueden citarse los cereales fortificados, hígado vacuno, lentejas, espinaca, judías norteñas y espárrago.
La necesidad diaria de vitamina B12 para los adultos es 2,4 mcg. Las embarazadas y los adolescentes necesitan 2,6 mcg por día y las mujeres lactantes requieren 2,8 mcg diarios (Office of Dietary Supplements, NIH, 2011). El hígado vacuno y las almejas son dos de las mejores fuentes de B12. Otras buenas fuentes son: pescado, carne vacuna, carne de aves, huevos y diversos productos lácteos. La B12 también se obtiene a través de suplementos vitamínicos cuando no se consigue lo suficiente con la dieta diaria.
Cualquier trastorno que destruya a los glóbulos rojos a una velocidad mayor que la velocidad con la cual se producen puede causar anemia. Los siguientes son ejemplos de trastornos que causan anemia debido a un aumento en la destrucción de glóbulos rojos:
Las personas con anemia lucen pálidas y a menudo se quejan de que tienen frío. También pueden sentirse mareadas, especialmente cuando están activas o de pie. Si la anemia es grave, podría sufrirse un desmayo. Otros síntomas son: uñas quebradizas, respiración jadeante y dolor de pecho. El nivel de oxígeno en la sangre podría ser tan bajo que la persona podría tener un ataque cardíaco. Algunas personas con anemia pueden tener antojos inusuales, como deseos de comer hielo, arcilla o tierra. A menudo se quejan de cansancio y de tener problemas de estreñimiento y concentración.
Un examen médico podría revelar lo siguiente:
Las personas con síntomas de anemia deben procurarse atención médica.
El diagnóstico de la anemia comienza con un estudio de los antecedentes familiares y de la salud del paciente y con una exploración física. Los análisis de laboratorio ayudan a los médicos a encontrar la causa de la anemia. Puede resultar útil conocer los antecedentes familiares respecto a ciertos tipos de anemia, como anemia falciforme. Asimismo, los antecedentes de exposición a agentes tóxicos en el hogar o el trabajo podrían indicar que hay una causa debida al entorno.
Algunos de los análisis para diagnosticar la anemia son:
Este análisis de sangre indica la cantidad y tamaño de los glóbulos rojos. También indica si otras células sanguíneas, como glóbulos blancos y plaquetas, tienen niveles normales.
Mediante este análisis de sangre se determina si la causa de la anemia es una deficiencia de hierro.
Con este análisis de sangre de determina la reserva de hierro.
Con este análisis de sangre se conoce el nivel de B12 y se determina si es demasiado bajo.
Este análisis de sangre revela si el nivel de ácido fólico es demasiado bajo.
En este análisis se aplica un producto químico a una muestra de materias fecales para saber si hay sangre presente. Si el resultado es positivo, significará que se está perdiendo sangre en alguna parte del tracto gastrointestinal comprendido entre la boca y el recto. Los problemas como úlceras estomacales, colitis ulcerosa y cáncer de colon pueden hacer que haya sangre en las heces.
Con base en los resultados de esos análisis, el médico podría ordenar estudios adicionales, como análisis de la parte superior del trato gastrointestinal, enema de bario, radiografías de tórax o tomografía computarizada del abdomen.
El tratamiento para la anemia dependerá de su causa. La anemia debida a una cantidad inadecuada de hierro, vitamina B12 y ácido fólico en la dieta se trata con suplementos. El médico y la nutricionista podrían recomendar seguir un régimen alimentario que contenga cantidades adecuadas de vitaminas, minerales y otros nutrientes. Una dieta adecuada puede ayudar a prevenir la reincidencia de este tipo de anemia. En algunos casos, si la anemia es grave, el médico podría inyectar eritropoyetina para aumentar la producción de glóbulos rojos en la médula ósea. Si se produjera una hemorragia o si el nivel de hemoglobina fuera muy bajo, podría ser necesario hacer una transfusión de sangre. El pronóstico de la anemia dependerá de su causa y de la respuesta al tratamiento.
Escrito por (en Inglés): Verneda Lights
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD