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Un aneurisma es un punto débil en la pared de un vaso sanguíneo que puede provocar un bulto anormal, que puede romperse y generar una hemorragia interna. Si bien puede producirse en cualquier vaso sanguíneo, los aneurismas son más frecuentes en el cerebro, la aorta, las piernas y el bazo. En los Estados Unidos, se producen más de 13.000 muertes por año debido a la ruptura de aneurismas.
Si bien se desconoce la causa exacta de un aneurisma, hay determinados factores que contribuyen a la afección. Por ejemplo, el tejido arterial dañado sin dudas influye en esta situación. Las arterias pueden dañarse debido a obstrucciones, tales como depósitos de grasa ocasionados por el consumo de alimentos con alto contenido de grasas. Los depósitos pueden hacer que el corazón bombee con más fuerza de la necesaria para lograr que la sangre atraviese la acumulación de grasa. Este esfuerzo puede dañar las arterias debido a un exceso de presión.
Hay un tipo de acumulación de colesterol en las arterias, denominado ateroesclerosis, que también puede provocar un aneurisma. Esta afección produce placa, una sustancia sólida que daña las arterias e impide que la sangre fluya libremente.
La presión arterial elevada es otro factor que puede influir en la formación de un aneurisma. La fuerza de la sangre cuando recorre los vasos sanguíneos se mide según la cantidad de presión que ejerce sobre las paredes arteriales. Cuando la presión aumenta por encima de un valor normal, puede agrandar o debilitar los vasos sanguíneos. La presión arterial de un adulto se considera normal en un valor de 120/80 mmHg (milímetros de mercurio) o inferior. Una presión arterial significativamente más elevada aumenta el riesgo de padecer problemas cardíacos, vasculares y circulatorios. Sin embargo, una presión arterial más elevada de lo normal no necesariamente lo pone en riesgo de sufrir un aneurisma.
Un aneurisma puede formarse en cualquier parte del cuerpo, pero los tipos de aneurismas más frecuentes son los siguientes:
La aorta es el vaso sanguíneo más grande del cuerpo. Comienza en el ventrículo izquierdo del corazón y desciende por el abdomen, donde se divide hacia ambas piernas. Es un sitio frecuente donde se producen aneurismas arteriales.
De la aorta torácica: los aneurismas que se forman en la cavidad torácica cerca del corazón se denominan aneurismas de la aorta torácica.
De la aorta abdominal: los aneurismas de la aorta abdominal son el tipo más frecuente. En casos poco frecuentes, tanto la aorta torácica como la abdominal pueden verse afectadas por el daño arterial.
Los aneurismas en el cerebro pueden ser de cualquier tamaño y, por lo general, se forman en los vasos sanguíneos más profundos de este órgano, sin producir síntomas o signos. Usted podría no saber que tiene un aneurisma. Según el UCSF Center for Cerebrovascular Research [Centro de Investigación Cerebrovascular de UCSF], los aneurismas de este tipo provocan hemorragia en un 3 por ciento de la población (UCSF).
Otros lugares
También pueden formarse aneurismas en la arteria ubicada detrás de las rodillas, en el bazo o en los intestinos.
Los síntomas de un aneurisma varían en función de su tipo y lugar. Es importante saber que los aneurismas que se forman en el cuerpo o en el cerebro generalmente no producen signos ni síntomas hasta que se rompen. Sin embargo, los que se forman cerca de la superficie del cuerpo pueden provocar signos de inflamación y dolor. También puede formarse una masa de gran tamaño. Los síntomas de los aneurismas rotos (en cualquier parte del cuerpo) incluyen los siguientes:
Las complicaciones graves de un aneurisma pueden provocar la muerte si no reciben atención de emergencia.
El tipo de aneurisma que puede tener depende de factores de riesgo específicos. Por ejemplo, los hombres son más propensos a tener aneurismas. Asimismo, las personas mayores de 60 años presentan un riesgo más elevado. Otros factores incluyen los siguientes:
Las herramientas de diagnóstico que se utilizan para detectar daño arterial por lo general dependen del lugar del problema. El médico puede derivarlo a un especialista, por ejemplo, un cirujano cardiotorácico o vascular.
Las tomografías computarizadas (TC) y las ecografías son herramientas que se utilizan habitualmente para diagnosticar o detectar irregularidades vasculares. Las TC utilizan rayos X para visualizar el interior del cuerpo y muestran el estado de los vasos sanguíneos y la presencia de obstrucciones, bultos y puntos débiles que pueden encontrarse dentro de ellos.
El tratamiento generalmente depende del lugar y del tipo de aneurisma. Por ejemplo, un punto débil de un vaso (casi siempre la aorta) en el tórax y el abdomen puede requerir un tipo de intervención denominada injerto de estent endovascular. Esta intervención mínimamente lesiva puede preferirse en lugar de la intervención tradicional a tórax abierto debido a que repara y refuerza los vasos sanguíneos dañados y disminuye las probabilidades de infección, cicatrización y otros problemas.
Otros tratamientos incluyen medicamentos que tratan la presión arterial elevada y el colesterol elevado. También pueden recetarse determinados tipos de bloqueadores de células beta para disminuir la presión arterial a fin de evitar la ruptura del aneurisma.
Para prevenir la formación de aneurismas, siga un régimen alimentario saludable que sea abundante en frutas, cereales integrales y verduras. Elija proteínas (carne y aves) bajas en grasas saturadas y colesterol. Consuma productos lácteos bajos en grasa.
Realice mucha actividad física de forma periódica-específicamente, de tipo cardiovascular- para estimular una circulación y un flujo de sangre saludables a través del corazón, las arterias y otros vasos sanguíneos.
Consulte al médico para realizarse controles anuales. Si fuma, deje de hacerlo.
Escrito por (en Inglés): Brindles Lee Macon and Matthew Solan
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD