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Controlar los niveles de colesterol es importante porque reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (ECV).
Las lipoproteínas de baja densidad (LDL), conocidas como colesterol malo, hacen referencia al tipo de colesterol asociado a las enfermedades cardíacas. Sin embargo, la relación entre ambos no es tan sencilla. Si bien las personas que padecen enfermedades cardíacas suelen tener niveles elevados de LDL, más de la mitad de quienes presentan enfermedades cardiovasculares tienen niveles normales de colesterol de las LDL (Johns Hopkins).
Los análisis normales de LDL miden la cantidad total de colesterol en la sangre. Sin embargo, esta medición no suele ser tan útil para anticipar una enfermedad cardiovascular en comparación con la medición de la cantidad de partículas de LDL. Las personas que tienen una mayor cantidad de partículas de menor tamaño corren un riesgo mayor de padecer enfermedades cardiovasculares que quienes tienen una menor cantidad de partículas de mayor tamaño. La cantidad de partículas puede determinarse mediante un análisis de apolipoproteína B100 (Apo B).
La Apo B es una proteína que se encuentra en la superficie de las partículas de las LDL. Cada partícula de LDL tiene una única copia de Apo B. Por ende, una medición de la cantidad de Apo B permite determinar la cantidad de partículas presentes en la sangre.
Es posible que le soliciten un análisis de Apo B si tiene niveles elevados de triglicéridos. Los triglicéridos hacen referencia a otro tipo de colesterol y constituyen un factor de riesgo importante de las enfermedades cardiovasculares. Los niveles elevados de triglicéridos pueden alterar los análisis tradicionales de LDL.
También es posible que le ordenen un análisis de Apo B si tiene antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares o colesterol elevado (hiperlipidemia).
Por último, este análisis puede usarse para controlar el tratamiento contra la hiperlipidemia. Si el tratamiento es eficaz, los niveles de Apo B deben normalizarse. Si siguen siendo elevados, posiblemente sea necesario recurrir a otro tratamiento.
El análisis de Apo B se realiza sobre una muestra de sangre. Por lo general, la muestra la toma un enfermero o un técnico de laboratorio. Se utilizará una aguja para extraer sangre de una vena de la mano o del brazo. La sangre se recoge en un tubo y se envía a un laboratorio para analizarla. Una vez que el médico reciba los resultados, le explicará qué significan.
Si bien este análisis no requiere ninguna preparación previa, generalmente se realiza junto con otros análisis que requieren ayuno.
Los únicos riesgos de este análisis son los asociados con la extracción de sangre. El efecto secundario más frecuente es un dolor leve en el lugar de la punción durante el análisis o posteriormente. Entre los demás riesgos de una extracción de sangre, se incluyen los siguientes:
Los resultados específicos variarán según los valores que el laboratorio considere normales. En líneas generales, los niveles normales de Apo B oscilan entre 40 y 125 miligramos por decilitro (mg/dl).
Los niveles elevados de Apo B pueden deberse a una serie de problemas de salud, entre los que se incluyen los siguientes:
Los niveles bajos de Apo B también pueden ser problemáticos, ya que podrían indicar lo siguiente:
Escrito por (en Inglés): Darla Burke
Revisado médicamente (en Inglés)
: Brenda B. Spriggs, MD, MPH, FACP