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La hipertensión arterial esencial o primaria es aquella cuya causa se desconoce.
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes arteriales cuando el corazón bombea sangre a través del cuerpo. La hipertensión arterial se produce cuando la fuerza de la sangre es demasiado grande.
Según la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal del Norte de Nueva York, aproximadamente el 95 % de los casos de presión arterial elevada se deben a hipertensión arterial esencial (SUNY). Al otro 5 % de los casos de hipertensión arterial se le denomina hipertensión arterial secundaria. La hipertensión arterial secundaria es aquella cuya causa puede identificarse, como la enfermedad renal.
No existe cura para la hipertensión arterial esencial, pero sí hay tratamientos.
Las lecturas de la presión arterial constan de dos cifras que generalmente se escriben de la siguiente manera: 120/80 La primera cifra es la presión arterial sistólica. La presión arterial sistólica mide la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes arteriales cuando se bombea la sangre desde el corazón hacia el resto del cuerpo. La segunda cifra mide la presión arterial diastólica. La presión arterial diastólica mide la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes arteriales entre un latido cardíaco y otro.
A lo largo del día, las lecturas de la presión arterial pueden ser temporalmente elevadas o bajas. Las mismas cambian después de hacer ejercicio, después de descansar, cuando se siente dolor y cuando la persona se siente feliz o triste. Cuando las lecturas de la presión arterial resultan elevadas ocasionalmente, no significa necesariamente que se padezca de hipertensión. Generalmente no se emite un diagnóstico de hipertensión arterial a menos que las lecturas de la presión arterial sean constantemente elevadas.
La presión arterial normal es inferior a 120/80.
La pre-hipertensión es una presión arterial superior a la normal, pero no lo suficientemente elevada como para que se le clasifique como hipertensión. La pre-hipertensión arterial consta de una presión arterial sistólica de 120 a 139 o una presión arterial diastólica de 80 a 89.
La hipertensión arterial de grado 1 consta de una presión arterial sistólica de 140 a 159 o una presión arterial diastólica de 90 a 99.
La hipertensión arterial de grado 2 es superior a 160/90.
Mientras más elevada tenga la presión arterial, más esfuerzo tendrá que hacer el corazón para funcionar. Las arterias, los vasos sanguíneos y el músculo cardíaco pueden dañarse debido a la mayor intensidad de la fuerza de la sangre. Ello puede llegar a ocasionar la reducción del flujo sanguíneo a través del organismo, lo cual da lugar a lo siguiente.
A la mayoría de las personas no se les manifiestan los síntomas de la hipertensión arterial esencial y solamente descubren que tienen la presión arterial elevada cuando les hacen un examen médico de rutina. La hipertensión arterial esencial puede comenzar a cualquier edad. Ocurre con mayor frecuencia durante la edad mediana.
Los factores genéticos podrían desempeñar cierto papel en la hipertensión arterial esencial. El régimen alimentario, el estrés y el sobrepeso podrían aumentar los riesgos de padecer hipertensión arterial esencial.
El médico le tomará la presión arterial con un tensiómetro (monitor de presión arterial). Si tiene la presión arterial elevada, el médico podría pedirle que se tome la presión arterial en casa a intervalos regulares. Ello ayudará a determinar si la lectura elevada de la presión arterial ocurre regularmente. El médico le enseñará a usar el tensiómetro si le indica que se tome la presión arterial en casa. Usted anotará dichas lecturas y posteriormente conversará con el médico acerca de ellas.
El médico quizás realice un examen físico para saber si presenta indicios de alguna enfermedad cardíaca. Dicho examen podría incluir observación de los ojos y auscultación del corazón. Los pequeños vasos sanguíneos de la parte posterior del ojo pueden indicar si la presión arterial elevada ha ocasionado lesiones. Las lesiones es ese lugar indican que hay lesiones semejantes en otros sitios.
El médico también podría ordenar los siguientes análisis para detectar problemas cardíacos y renales:
Si tiene hipertensión o pre-hipertensión, el médico le recomendará que comience por cambiar su estilo de vida para reducir la presión arterial. Algunos de los cambios del estilo de vida que podría recomendarle el médico son:
Si los cambios en el estilo de vida no reducen lo suficiente la presión arterial, el médico podría recetarle uno o más medicamentos antihipertensivos. Los medicamentos más comunes para bajar la presión arterial son:
Podría ser necesario que pruebe varios medicamentos distintos hasta encontrar uno solo o una combinación de varios que le reduzcan eficazmente la presión arterial. Quizás deba mantener los cambios en su estilo de vida y/o tomar los medicamentos antihipertensivos por el resto de su vida. Algunos pacientes pueden usar el medicamento para reducir la presión arterial y luego mantenerla baja mediante un estilo de vida más saludable, sin necesidad de volver a tomar medicamentos para la presión arterial.
Según National Institutes of Health [Institutos Nacionales de la Salud, NIH] existe una gran probabilidad de que se pueda controlar la presión arterial, así como de reducir o prevenir drásticamente el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, lesión ocular y lesión renal (NIH, 2012). Si ya ha sufrido lesiones en el corazón, los ojos o los riñones, el tratamiento podría hacer que los efectos de dichas lesiones sean menos graves.
Escrito por (en Inglés): Rose Kivi
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD