Join AARP
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
Your email address is now confirmed.
You'll start receiving the latest news, benefits, events, and programs related to AARP's mission to empower people to choose how they live as they age.
You can also manage your communication preferences by updating your account at anytime. You will be asked to register or log in.
In the next 24 hours, you will receive an email to confirm your subscription to receive emails related to AARP volunteering. Once you confirm that subscription, you will regularly receive communications related to AARP volunteering. In the meantime, please feel free to search for ways to make a difference in your community at www.aarp.org/volunteer
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
Un nacimiento se considera prematuro cuando se produce antes de las 37 semanas de gestación (tiempo de desarrollo en el útero).
Una gestación normal (a término) dura entre 37 y 42 semanas. Las últimas semanas en el útero son fundamentales para un aumento de peso saludable y el desarrollo completo de los órganos vitales del bebé. Si bien los bebés que nacen entre las 35 y las 37 semanas de gestación parecen haber alcanzado un desarrollo completo, todavía corren un riesgo mayor de sufrir problemas de salud que los bebés nacidos a término.
Los bebés prematuros pesan mucho menos que los bebés nacidos a término y generalmente presentan problemas de salud graves que requieren una permanencia prolongada en el hospital para recibir los cuidados de médicos y enfermeros especializados en la unidad neonatal de cuidados intensivos (UNCI).
Los nacimientos prematuros solían ser la principal causa de mortalidad en menores de un año en los Estados Unidos. En la actualidad, la calidad de la atención neonatal ha mejorado enormemente y el 90 por ciento de los bebés nacidos incluso a las 28 semanas sobreviven. Sin embargo, los nacimientos prematuros siguen siendo la causa principal de mortalidad en menores de un año en el resto del mundo, según un estudio de 2010 publicado en la revista médica británica Lancet (Blencowe et ál., 2012).
La prevalencia de los nacimientos prematuros es elevada en los Estados Unidos. Según el NYU Child Study Center [Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Nueva York, NYU CSC], aproximadamente 400.000 bebés (del 8 al 10 por ciento) nacen antes de término cada año. Alrededor del 15 por ciento de estos nacimientos se deben a embarazos múltiples (mellizos, trillizos, etc.) (NYU).
En muchos casos, no es posible identificar la causa del parto prematuro. Sin embargo, determinadas afecciones de salud en la madre aumentan el riesgo de tener un parto antes de término.
Una madre que padece alguna de las siguientes afecciones es más propensa a tener un parto prematuro:
Entre las causas de nacimientos antes de término relacionadas con el embarazo, se incluyen las siguientes:
Según March of Dimes, las madres jóvenes (de 16 años de edad o menos) o mayores (de 35 años de edad o más) son más propensas a tener partos prematuros. La incidencia también es mayor en las afroamericanas y en las mujeres que no tienen acceso a atención médica prenatal (March of Dimes, 2010).
Mientras más prematuramente nazca un bebé, mayor será el riesgo de que sufra daño cerebral, ceguera, pérdida de la audición, parálisis cerebral y retrasos del desarrollo.
Al nacer, es posible que el bebé prematuro presente los siguientes síntomas:
A menudo, los bebés prematuros tienen enfermedades congénitas potencialmente mortales. Algunos de estos problemas pueden resolverse por medio de cuidados intensivos neonatales adecuados. Sin embargo, otros pueden derivar en discapacidades o enfermedades crónicas.
Entre los problemas de salud congénitos más frecuentes, se incluyen los siguientes:
A los bebés prematuros se les realizan pruebas poco después del nacimiento y se los controla de manera continua durante su estadía en el hospital. Entre las pruebas realizadas con frecuencia, se incluyen las siguientes:
Si no es posible detener el parto prematuro, el equipo de atención médica se preparará para un nacimiento de alto riesgo. Es aconsejable que la madre acuda a un hospital equipado con una UNCI para asegurarse de que el bebé reciba atención inmediata.
Durante los primeros días y semanas de vida del bebé, la atención hospitalaria se centrará en asistir y mejorar el desarrollo de los órganos vitales. Pueden pasar semanas o meses hasta que el bebé sea capaz de vivir sin asistencia médica.
Al principio, se mantendrá al recién nacido en una incubadora con control de temperatura. Por medio de una serie de equipos de monitorización, se controlará la frecuencia cardíaca, la respiración y los niveles de oxígeno en la sangre.
Muchos bebés prematuros no pueden alimentarse por la boca porque la coordinación entre succión y deglución no se encuentra completamente desarrollada. En estos casos, los nutrientes vitales se administran de una de las siguientes maneras: por vía intravenosa hasta que el bebé esté en condiciones de recibir alimentos a través del estómago o por medio de una sonda que se introduce por la nariz o la boca y llega hasta el estómago.
Si los pulmones no se han terminado de desarrollar, existen varias maneras de suministrar oxígeno al bebé. Según el grado de autonomía de la respiración del bebé, puede usarse uno de los siguientes métodos:
Por lo general, un bebé prematuro puede recibir el alta hospitalaria cuando es capaz de hacer lo siguiente:
Muchas veces, el nacimiento prematuro conlleva complicaciones a largo plazo. Los problemas del desarrollo, médicos y conductuales pueden continuar durante la infancia. Algunos causan discapacidades permanentes.
Entre los problemas frecuentemente asociados con los nacimientos prematuros, se incluyen los siguientes:
Un estudio a largo plazo de gran envergadura realizado en niños nacidos prematuramente publicado en The New England Journal of Medicine en 2005 arrojó las siguientes conclusiones:
La incidencia del trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA) es más elevada en los niños nacidos prematuramente que en aquellos nacidos a término (Marlow, et ál., 2005).
Los nacimientos prematuros deben evitarse en la medida de lo posible. Recibir una atención prenatal adecuada reduce las probabilidades de tener un parto prematuro. Entre los demás hábitos y medidas que deben adoptarse, se incluyen los siguientes:
Si el trabajo de parto comienza de manera prematura, existen algunos medicamentos que pueden desacelerarlo o detenerlo si se administran oportunamente. Si tiene antecedentes de partos prematuros, los suplementos de progesterona pueden contribuir a prevenir los partos antes de término en algunas mujeres. Los corticoesteroides también pueden acelerar la maduración de los pulmones y el cerebro del bebé durante las últimas semanas en el útero.
Escrito por (en Inglés): Sandy Calhoun Rice
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD