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El botulismo (o intoxicación por botulismo) es una enfermedad poco frecuente pero muy grave, que puede producirse por la ingesta de alimentos, por el contacto con tierra contaminada o por la infección de una herida abierta. Si no se la trata a tiempo, esta enfermedad puede ocasionar parálisis, dificultades respiratorias e, incluso, la muerte.
Existen tres tipos principales de botulismo:
La causa de la intoxicación por botulismo es una toxina producida por un tipo de bacteria que se denomina "Clostridium botulinum". Si bien es una bacteria muy común, solo puede crecer en condiciones en las que no haya oxígeno. Algunos alimentos, como los envasados en forma casera, brindan un lugar de incubación muy propicio para el crecimiento de estas bacterias.
Según informes de los Centers for Disease Control and Prevention [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC], por año, se registran cerca de 145 casos de botulismo en los Estados Unidos y hasta el 10 por ciento de esos casos con intoxicación por botulismo podrían ser mortales (CDC, 2010).
De acuerdo con los informes de los CDC, el 65 por ciento de los casos de botulismo se presenta en bebés menores de un año. Por lo general, el botulismo infantil se contrae por la exposición a tierra contaminada o por la ingesta de alimentos contaminados con las esporas del botulismo. Dos de los alimentos que pueden estar contaminados con estas esporas son la miel y el jarabe de maíz. Las esporas pueden reproducirse dentro del tracto intestinal del bebé y liberar la toxina que causa el botulismo. Los niños mayores de un año y los adultos presentan defensas naturales que impiden la reproducción de la bacteria.
Por otro lado, el 15 por ciento de los casos de botulismo tienen su origen en la ingesta de alimentos mal conservados, en los que se ha reproducido la toxina que causa el botulismo. Estos alimentos incluyen los envasados en forma casera o los productos enlatados en fábrica que no hayan sido bien procesados. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se halló la toxina que causa el botulismo en los siguientes alimentos:
El botulismo de la herida conforma el 20 por ciento de los casos de botulismo y se origina cuando las esporas ingresan en una herida abierta. Durante los últimos años, el consumo de drogas ha aumentado la incidencia de este tipo de botulismo, ya que las esporas suelen encontrarse en la heroína y cocaína. (CDC, 2010)
El botulismo no se contagia entre las personas. Los síntomas de intoxicación por botulismo solo aparecerán si se ingieren las esporas o la toxina con algún alimento, o si estas infectan una herida.
Los síntomas del botulismo pueden aparecer a las seis horas de haberse ocasionado la primera infección o hasta 10 días después de que esta ocurra. En general, los síntomas del botulismo infantil y del botulismo transmitido por alimentos comienzan a percibirse entre 12 y 36 horas después de la ingesta del alimento contaminado.
Entre los primeros síntomas del botulismo infantil, encontramos los siguientes:
Los síntomas del botulismo transmitido por alimentos y del botulismo de la herida incluyen los siguientes:
Busque ayuda inmediatamente si cree que usted o una persona conocida han contraído botulismo. El diagnóstico y tratamiento precoces son fundamentales para reducir la probabilidad de muerte.
A fin de diagnosticar el botulismo, el médico llevará a cabo una exploración física en la que advertirá si existen signos o síntomas de una intoxicación por botulismo. Además, para detectar las posibles fuentes de la toxina, preguntará al paciente cuáles fueron los alimentos que ha ingerido los días previos y si alguna otra persona ha ingerido los mismos alimentos. También preguntará si el paciente tiene alguna herida.
Del mismo modo, en el caso de los bebés, el médico examinará si existe algún síntoma a nivel físico y preguntará sobre los alimentos que hayan ingerido, haciendo hincapié en la miel o el jarabe de maíz.
Es probable que el médico también tome una muestra de sangre o heces con el objetivo de analizar si hay presencia de toxinas que confirmen un diagnóstico de botulismo infantil o botulismo transmitido por alimentos. Sin embargo, los resultados de estos análisis pueden tardar varios días, por lo que la mayoría de los médicos prefieren realizar una observación clínica de los síntomas para realizar el diagnóstico.
Algunos síntomas del botulismo pueden ser similares a los de otras enfermedades. Por lo tanto, es probable que el médico solicite al paciente la realización de algún análisis adicional a fin de descartar que los síntomas hayan sido causados por otras enfermedades o por lesiones en la cabeza. Estos análisis pueden incluir los siguientes:
En los casos del botulismo de herida o botulismo transmitido por alimentos, al paciente se le administra una antitoxina inmediatamente después de que haya recibido el diagnóstico. Para los bebés, se opta por un tratamiento llamado "inmunoglobulina botulínica", el cual permite frenar la acción de la neurotoxina que circula en la sangre.
En los casos muy graves de botulismo, probablemente se requiera el uso de un respirador que asista la respiración del paciente. La recuperación puede demorar semanas o, incluso, meses. Estos casos pueden llegar a exigir un tratamiento y una rehabilitación a largo plazo. Si bien existe una vacuna para el botulismo, esta no se usa con frecuencia, ya que no se ha comprobado con exactitud su eficacia y, además, tiene efectos secundarios.
En la mayoría de los casos, resulta fácil prevenir el botulismo. A fin de reducir el riesgo de contraer la enfermedad, se deben poner en práctica las siguientes medidas preventivas:
Escrito por (en Inglés): Danielle Moores
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD