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La bronquiolitis es una afección respiratoria vírica que afecta las vías respiratorias más pequeñas que se encuentran en los pulmones y que se denominan bronquiolos. Estos bronquiolos pequeños y ramificados controlan el flujo de aire que ingresa a los pulmones. Cuando presentan infección o daños, se produce inflamación y obstrucción, lo cual impide el flujo de oxígeno. Aunque la bronquiolitis generalmente afecta a los niños, los adultos también pueden contraerla.
Existen dos tipos de bronquiolitis:
la bronquiolitis viral es la más frecuente y afecta principalmente a los bebés.
La bronquiolitis obliterante es una afección poco frecuente y peligrosa que afecta a los adultos. En esta afección, la cicatrización más que la inflamación produce la obstrucción de las vías respiratorias.
La bronquiolitis vírica es producto de los virus que ingresan e infectan las vías respiratorias. Los virus son organismos microscópicos que pueden reproducirse rápidamente y perjudican al sistema inmunitario. A continuación, se describen los tipos frecuentes de infecciones víricas que pueden ocasionar bronquiolitis.
Es la causa más frecuente de bronquiolitis; generalmente afecta a bebés menores de 1 año. Esta infección vírica es contagiosa y peligrosa; produce inflamación y mucosidad en las vías respiratorias.
Estos virus dañan las membranas mucosas y son responsables de aproximadamente el 10 por ciento de todas las infecciones respiratorias en los niños.
Estos virus producen inflamación de los pulmones, la nariz y la garganta. La gripe afecta a adultos y niños, pero es especialmente peligrosa para los bebés debido a la debilidad del sistema inmunitario.
Esta afección poco frecuente a veces se produce por motivos desconocidos y, si no se la trata, los casos graves pueden provocar la muerte. Se han identificado algunas causas, por ejemplo, las siguientes:
La bronquiolitis vírica afecta a niños menores de 2 años, pero generalmente se manifiesta en bebés de entre 3 y 6 meses. Entre algunos de los factores de riesgo de la bronquiolitis vírica en el caso de bebés y niños pequeños, se incluyen los siguientes:
Entre los factores de riesgo más frecuentes de la bronquiolitis obliterante en el caso de los adultos, se incluyen los siguientes:
Ambos tipos de bronquiolitis producen síntomas similares, entre ellos, los siguientes:
Los síntomas de la bronquiolitis obliterante pueden manifestarse durante un período de dos semanas a poco después de un mes a partir de la exposición a las sustancias químicas. En cambio, una infección pulmonar puede demorar de meses a años en producir síntomas.
Existen varias maneras de diagnosticar ambos tipos de bronquiolitis. Las pruebas de diagnóstico por imágenes, incluidas las radiografías de tórax, generalmente se usan en adultos y niños. Una herramienta frecuente que se usa en los adultos es la espirometría, que permite medir la cantidad de aire que se inhala al respirar y la rapidez con la que se lo hace. Las gasometrías miden cuánto oxígeno y dióxido de carbono tiene la sangre.
También pueden tomarse muestras de mucosidad o secreción nasal para diagnosticar el tipo de virus que provoca la infección. Este método de análisis se usa frecuentemente en bebés y niños pequeños.
Los tratamientos contra la bronquiolitis vírica son diferentes de los tratamientos para la bronquiolitis obliterante.
Muchos casos de bronquiolitis vírica son tan leves que desaparecen sin tratamiento. Sin embargo, debido a que afecta especialmente a los bebés, los casos más graves quizás exijan hospitalización. En un hospital, pueden recibirse tratamientos necesarios con oxígeno y líquido intravenoso. Los antibióticos no ofrecen resultados para tratar los virus, pero algunos medicamentos pueden usarse para abrir las vías respiratorias del bebé.
Aunque no existe cura para la cicatrización que provoca la bronquiolitis obliterante, los corticoesteroides pueden eliminar la mucosidad de los pulmones, reducir la inflamación y abrir las vías respiratorias. Tal vez sea necesario realizar oxigenoterapia y administrar medicamentos para reforzar el sistema inmunitario. Los ejercicios de respiración y de reducción del estrés pueden aliviar la dificultad para respirar. En los casos más graves de daño pulmonar, un trasplante pulmonar quizás sea la mejor opción.
Ambas afecciones requieren descansar mucho e incrementar el consumo de líquido. Es muy importante que no haya humo ni sustancias químicas en el hogar, por lo que se recomienda tener un humidificador.
Los niños y bebés con bronquiolitis vírica generalmente mejoran en un período de tres días a una semana si reciben el tratamiento adecuado de inmediato. En el caso de la bronquiolitis obliterante, el pronóstico varía según el momento en el que se detectó la afección y su avance.
Escrito por (en Inglés): Brindles Lee Macon and Matthew Solan
Revisado médicamente (en Inglés)
: Brenda B. Spriggs, MD, MPH, FACP