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Muchas personas pueden tener cálculos biliares y no saberlo. Los cálculos biliares son depósitos duros que se forman en la vesícula biliar, que es un órgano pequeño que almacena la bilis, un líquido digestivo que se produce en el hígado. Los cálculos biliares pueden estar compuestos de colesterol, sal o bilirrubina que se componen de glóbulos rojos desechados. El tamaño de los cálculos puede variar entre un pequeño grano de arena y una pelota de golf grande.
Los cálculos biliares pueden aparecer cuando hay demasiado colesterol en la bilis que segrega el hígado, la cual generalmente disuelve o descompone el colesterol. Pero si el hígado produce más colesterol del que la bilis puede disolver, es posible que se formen cálculos.
Entre otras causas, se incluyen las siguientes:
La bilirrubina es una sustancia química que se produce cuando el hígado destruye glóbulos rojos viejos. Algunas afecciones, como la cirrosis del hígado y ciertos trastornos de la sangre, hacen que el hígado produzca más bilirrubina de la que debería. Los cálculos se forman cuando la vesícula biliar no puede descomponer el exceso de bilirrubina. Estas sustancias duras también se denominan cálculos pigmentarios.
La vesícula biliar debe desechar la bilis para mantenerse sana y funcionar correctamente. Si no puede desechar el contenido de bilis, esta se concentrará demasiado y se convierte en cálculos.
Es posible que corra riesgo si presenta uno o más de los siguientes factores de riesgo:
Es posible que no experimente ningún síntoma si tiene cálculos biliares. El médico puede encontrar cálculos en la vesícula biliar cuando realice una radiografía o cirugía en el abdomen. Cuando se manifiestan, puede experimentar los siguientes síntomas:
El médico realizará una exploración física que incluirá una revisión de los ojos y la piel para detectar cambios de color visibles. El color amarillento en la piel o los ojos puede ser un signo de ictericia. El exceso de bilirrubina produce ictericia.
El examen puede incluir pruebas de diagnóstico para ver el interior del cuerpo. Entre estas pruebas, se incluyen las siguientes:
Se trata de una prueba de diagnóstico por imágenes que toma imágenes del hígado y la región abdominal.
Las ecografías producen imágenes del abdomen.
Se trata de una gammagrafía muy importante que demora entre una y dos horas. Un especialista le inyectará una sustancia radiactiva en las venas. La sustancia se transportará a través de la sangre hacia el hígado y la vesícula biliar. Luego resaltará cualquier infección u obstrucción que se encuentre en estos órganos.
El médico puede indicarle análisis de sangre para medir la cantidad de bilirrubina en sangre. Estas pruebas también determinarán si el hígado funciona bien.
El médico puede usar cualquiera de las diversas opciones de tratamiento para extirpar los cálculos o mejorar su afección.
Con frecuencia, si tiene síntomas, la primera opción es la cirugía. El cirujano puede realizar una técnica de uso habitual que se denomina extirpación laparoscópica de la vesícula biliar.
Con esta técnica, se requiere anestesia general y se realizan entre tres y cuatro incisiones en el abdomen. El cirujano introduce un pequeño dispositivo con luz en una de las incisiones y extirpa cuidadosamente la vesícula biliar. En general, puede irse a su casa el mismo día de la intervención si no presenta complicaciones.
Si no puede someterse a una cirugía, otra opción son los fármacos que disuelven los cálculos biliares formados por el colesterol. Estos medicamentos pueden demorar varios años en eliminar los cálculos biliares.
Con frecuencia, la cirugía para extirpar la vesícula biliar o los cálculos en la vesícula es satisfactoria. En la mayoría de los casos, los cálculos no vuelven a aparecer.
No puede evitar los cálculos biliares pero puede reducir el riesgo de que aparezcan mediante estrategias en el estilo de vida. Mantenga un régimen alimentario equilibrado. No saltee comidas. Beba una cantidad suficiente de agua por día para mantener su cuerpo hidratado.
Si planifica bajar de peso, hágalo lentamente. Procure no bajar más de un kilo por semana. La pérdida de peso rápida puede aumentar el riesgo de presentar cálculos biliares y otros problemas de salud.
Escrito por (en Inglés): Brindles Lee Macon and Winnie Yu
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD