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El cuello uterino es la parte inferior estrecha del útero que comunica el útero con la cavidad vaginal. El cáncer de cuello uterino se origina en la superficie del cuello uterino y suele expandirse lentamente. Es causado por diferentes tipos de virus del papiloma humano (VPH), que generalmente se contagian por contacto sexual.
El carcinoma cervical in situ (CIS) también se conoce como cáncer de cuello uterino de estadio 0; es un tipo de cáncer no invasivo, lo que significa que las células cancerosas están restringidas a la superficie del cuello uterino y que no se han diseminado a partes más profundas, como los tejidos.
Según el National Cancer Institute [Instituto Nacional del Cáncer, NCI], en 2012 se diagnosticarán 12.000 casos de CIS en las mujeres estadounidenses. En su mayoría, tendrán menos de 55 años de edad. El cáncer de cuello uterino in situ no es muy común en las mujeres menores de 20 años.
El virus del papiloma humano o VPH es el factor de riesgo principal del CIS. Suele ser de transmisión sexual aunque también puede contagiarse a través del contacto con la piel. Existen cientos de cepas del VPH, que pueden ser de riesgo bajo como alto. Las cepas de riesgo alto generan cambios anormales en las células del cuello uterino que pueden derivar en cáncer.
Entre otros factores de riesgo que podrían jugar un papel fundamental en el desarrollo de CIS se incluyen los siguientes:
Como el cáncer de cuello uterino a menudo no presenta síntomas hasta que se encuentra en estadios más avanzados, el CIS puede ser asintomático. Por ello, es importante que las mujeres se realicen la prueba de Papanicolaou periódicamente para que puedan detectarse de manera precoz los cambios anormales en las células.
En la prueba de Papanicolaou se toma una muestra de células anormales que luego se analiza en el laboratorio. En la misma muestra puede efectuarse una prueba de detección de VPH para verificar la presencia del virus y, de ser así, si las cepas son de riesgo bajo o alto.
La colposcopia es una intervención que se realiza en el consultorio y que le permite al médico revisar el cuello uterino con un instrumento especial con aumento. Se aplica una solución en la superficie del cuello uterino que permite visualizar las células anormales; luego, el médico extrae una muestra pequeña de tejido, que se denomina biopsia. Esta muestra puede enviarse al laboratorio para realizar un diagnóstico más definitivo.
Si en la biopsia se detecta CIS, el médico tal vez extraiga una muestra más grande o podría extirpar la zona que contenga células anormales y una parte del tejido sano circundante.
El tratamiento del CIS es similar al de la displasia cervical. Aunque se denomina carcinoma in situ, suele tratarse como un precáncer, ya que no es invasivo. La histerectomía es el tratamiento más drástico; sin embargo, es una opción en el caso de las mujeres que no desean preservar su fecundidad.
Otro tipo de tratamiento es la crioterapia, también llamada congelamiento de las células anormales, que puede realizarse en el consultorio del médico. Existen opciones quirúrgicas que se llevan a cabo en forma ambulatoria, como la cirugía con láser, en donde el tejido anormal se extrae con láser, o el procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP), en el cual se utiliza un asa de platino con carga eléctrica (LEEP). Otra intervención quirúrgica ambulatoria menos frecuente es la conización, en donde se extrae una muestra grande con forma de cono del cuello uterino para garantizar la eliminación de toda la zona anormal.
Consúltele al médico cuáles son las opciones de tratamiento y cuál es la mejor en su caso. El médico tal vez le recomiende diferentes programas de tratamiento según la edad, el deseo de preservar la fecundidad, el estado de salud general y los factores de riesgo.
Una vez que ya se haya tratado el CIS, el médico le sugerirá que acuda a consultas de seguimiento periódicas y que se haga pruebas de Papanicolaou cada tres a seis meses. El cáncer de cuello uterino puede volver a aparecer, pero si se realiza las pruebas de Papanicolaou y los controles periódicos, podrá detectarse la presencia de células anormales y tratarlas a tiempo.
El médico podrá resolver sus inquietudes acerca de la salud del cuello uterino.
El hecho de tener CIS puede ser difícil a nivel emocional, especialmente si le preocupa la fecundidad. Hable con el médico acerca de recurrir a grupos de apoyo o asesoramiento psicológico en caso de que necesite más ayuda.
Escrito por (en Inglés): Jaime Herndon
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD