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Una catarata es una zona densa y borrosa que se forma en el cristalino del ojo. Se desarrolla lentamente y, con el tiempo, interfiere en la visión. Es posible que padezca de cataratas en ambos ojos, pero por lo general las cataratas no se forman al mismo tiempo. Las cataratas son comunes en las personas mayores. Según el National Eye Institute [Instituto Nacional del Ojo], más de la mitad de los habitantes de los Estados Unidos padecen de cataratas o se sometieron a una cirugía de cataratas antes de los 80 años.
Las cataratas relacionadas con el envejecimiento se dividen en tres tipos, según la ubicación. Las cataratas nucleares se forman en el centro del cristalino y hacen que el núcleo, en el centro, se vuelva amarillo o marrón. Las cataratas corticales poseen la forma de una cuña y se forman alrededor de los bordes del núcleo. Las cataratas capsulares posteriores se forman más rápido que los otros dos tipos de cataratas y afectan la parte posterior del cristalino.
Las cataratas congénitas, que se presentan durante el nacimiento o durante el primer año de vida del bebé, son menos comunes que las cataratas relacionadas con el envejecimiento. Según el University of Maryland Medical Center [Centro Médico de la Universidad de Maryland], este tipo de enfermedad se presenta en aproximadamente uno de cada 10.000 niños. Este tipo de cataratas no siempre presenta síntomas, y puede extraerse con cirugía si interfiere en la visión del bebé. Este tipo de cataratas puede contraerse si la madre tiene una infección o consume drogas o alcohol durante el embarazo.
Las cataratas secundarias son producto de enfermedades o medicamentos. Entre las enfermedades vinculadas con la aparición de las cataratas se incluyen el glaucoma y la diabetes. El uso del fármaco esteroide prednisona y otros medicamentos puede provocar cataratas.
Las cataratas traumáticas se producen a causa de una lesión en el ojo, aunque pueden demorar años en presentarse.
Las cataratas por radiación pueden formarse después de que un paciente se somete a un tratamiento de radiaciones contra el cáncer.
Las cataratas empiezan a formarse cuando se acumulan proteínas en el ojo que evitan que el cristalino envíe imágenes claras a la retina. Existen varias causas subyacentes:
Los factores de riesgo vinculados con las cataratas son, entre otros, los siguientes:
Las personas que padecen diabetes y se exponen a las radiaciones de radiografías y tratamientos para el cáncer también poseen un alto nivel de riesgo.
Entre los síntomas comunes de las cataratas, se incluyen los siguientes:
El médico le realizará un examen ocular completo para controlar la presencia de cataratas. Esto incluirá un examen de agudeza visual (con tabla optométrica) para evaluar la visión a diferentes distancias y la tonometría, para medir la presión de los ojos. En las tonometrías más comunes se aplica un soplo de aire que no causa dolor sobre el ojo, con el fin de aplanar la córnea y medir la presión ocular. El médico también le colocará gotas en los ojos para agrandar las pupilas. De esta manera, es más fácil revisar el nervio óptico y la retina en busca de daños mediante un lente de aumento. Otras pruebas que el médico puede llegar a realizarle incluyen el control de la sensibilidad a la luz y la forma en la que percibe los colores.
Los tratamientos no quirúrgicos para cataratas incluyen anteojos con más aumento, lentes de aumento y anteojos de sol antirreflejo. La cirugía es necesaria cuando las cataratas le impiden llevar a cabo normalmente las actividades diarias, como leer o conducir. También se realiza cuando las cataratas interfieren en el tratamiento de otros problemas oculares. Según el University of Michigan Kellogg Eye Center [Centro de la Visión Kellogg de la Universidad de Michigan], en los Estados Unidos se realizan más de dos millones de cirugías de cataratas al año. Un método quirúrgico, conocido como "facoemulsificación", implica el uso de ondas de ultrasonido para fragmentar el cristalino y retirar las partes. La cirugía extracapsular implica extraer la parte borrosa del cristalino mediante una incisión larga en la córnea. Después de la cirugía, se coloca un cristalino intraocular artificial en lugar del cristalino natural.
Las cataratas pueden interferir en las actividades diarias y pueden derivar en la ceguera si no se las trata. A pesar de que en algunos casos se estabilizan, las cataratas no se reducen solas. Según el National Eye Institute [Instituto Nacional del Ojo], la extracción de las cataratas mediante cirugía es una intervención quirúrgica muy común y altamente eficaz en aproximadamente el 90 por ciento de los casos.
Para reducir el riesgo de padecer cataratas:
Escrito por (en Inglés): Amanda Delgado and Jennifer Nelson
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD