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El insomnio puede afectar de manera significativa la vida diaria. Nuestra salud, estilo de vida, relaciones y productividad laboral en general pueden sufrir si no se duerme lo suficiente. Si tiene dificultades con el sueño, es importante determinar si la causa del problema radica en alguna afección médica o problema subyacente. El insomnio secundario es el tipo de falta de sueño más común y es ocasionado con mayor frecuencia por la ansiedad o el estrés continuo. Entre algunos de los factores comunes que dan lugar al insomnio se encuentran los siguientes:
Las preocupaciones de trabajo, escuela, salud, dinero o familia pueden mantenerle la mente activa durante la noche, lo que dificulta y a veces imposibilita conciliar el sueño. Ciertos eventos traumáticos, como la muerte de un ser querido, un divorcio o la pérdida del empleo pueden causar a menudo estrés y ansiedad duraderos, lo que puede dar lugar a una falta de sueño crónica (a largo plazo).
La depresión puede hacerle dormir demasiado o muy poco. La causa podría radicar en los desequilibrios químicos del cerebro o a que los temores que acompañan a la depresión podrían impedirle que se relaje lo suficiente como para conciliar el sueño. No es inusual que el insomnio acompañe otros trastornos del estado de ánimo, como el trastorno bipolar, la ansiedad o el estrés postraumático.
Hay diversos medicamentos de venta libre que pueden fomentar el insomnio. Entre ellos se encuentran algunos analgésicos, descongestivos y productos para rebajar de peso que contienen cafeína u otros estimulantes. Las antihistamínicos pueden adormecerlo al principio, pero puede dar lugar a necesidad de orinar con más frecuencia, y por ende, a levantarse más veces para ir al baño durante la noche. Además, ciertos medicamentos con receta pueden interferir con el sueño. Entre los posibles culpables se encuentran los antidepresivos, los medicamentos para el corazón y la presión arterial, los antialérgicos, los estimulantes y los corticoesteroides.
Café, té, gaseosas y bebidas energéticas que contienen cafeína son estimulantes que pueden interferir con el sueño. El tomar café a finales de la tarde puede impedirle conciliar el sueño de noche. La nicotina del tabaco es otro estimulante que puede inhibir el sueño.
El alcohol es un sedante que podría ayudarlo a conciliar el sueño al principio, pero impide llegar a etapas más profundas del sueño, de modo que usted termina dando vueltas en la cama.
Hay diversas afecciones médicas que pueden fomentar el insomnio. Algunas de ellas son: dolor crónico, dificultad para respirar, apnea del sueño y artritis. La falta de sueño también está relacionada con varias enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y la obesidad.
Otras afecciones médicas que pueden dar lugar al insomnio son:
Los trastornos del sueño comunes, como el síndrome de las piernas inquietas (una especie de hormigueo que se siente en la parte inferior de las piernas y sólo se alivia al moverlas) pueden impedir el sueño. La apnea del sueño -trastorno del sueño acompañado por ronquidos ruidosos y períodos en los que se deja de respirar- también puede causar insomnio.
El trabajo durante los turnos muy tarde o muy temprano o los viajes a lugares lejanos pueden alterar los ritmos circadianos del organismo (ciclo bioquímico, psicológico y conductual de 24 horas) dificultando así la conciliación del sueño. Dichos ritmos actúan como relojes internos, regulando los ciclos del sueño, la temperatura corporal y el metabolismo.
Desafortunadamente, la presión de la preocupación por no dormir lo suficiente puede dar lugar a una mayor privación del sueño. Si este es su caso, trate de cambiar la hora a la que acostumbra acostarse. Reserve la cama solamente para dormir y evite malo hábitos, como ver la televisión o trabajar en la cama.
Consumir demasiada comida demasiado tarde en la noche puede hacer que se sienta incómodo al acostarse. Las comidas a horas avanzadas también fomentan la acidez o reflujo de ácido y comida del estómago hacia el esófago. No es sorprendente que esto lo pueda mantener despierto.
Escrito por (en Inglés): the Healthline Editorial Team
Revisado médicamente (en Inglés)
: Jennifer Monti, MD, MPH