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Se trata de un método quirúrgico para reparar una anomalía congénita que provoca el crecimiento de la vejiga fuera de la pared abdominal. En los bebés que tienen esta afección, la vejiga (y, a veces, otros órganos) se encuentran en la superficie externa del cuerpo. La intervención también recibe otros nombres, como los siguientes:
La extrofia vesical es una anomalía congénita: la pared y los órganos abdominales no se forman correctamente durante el desarrollo fetal, por lo cual la vejiga se sale del abdomen. Los huesos púbicos también se separan.
La afección tiene varios niveles de gravedad y es más frecuente en los varones. Según el Boston Children's Hospital [Hospital de Niños de Boston, BCH], afecta a aproximadamente uno de cada 40.000 bebés (BCH).
La extrofia vesical también se asocia con otras anomalías congénitas, entre ellas:
La extrofia vesical se produce en las primeras etapas del desarrollo fetal y se desconoce la causa.
La cirugía de reparación de extrofia vesical se realiza para colocar los órganos abdominales, como la vejiga, dentro del abdomen. .
Esto es necesario para lo siguiente:
Generalmente, la cirugía se realiza algunos días después del nacimiento. Sin embargo, la vejiga debe tener el tamaño suficiente para que se realice la intervención quirúrgica; de no ser así, puede posponerse. En tal caso, el recién nacido es dado de alta y recibe tratamiento con antibióticos. También le enseñarán a usted qué debe hacer para que la vejiga no se seque;
este procedimiento generalmente se realiza antes de que el recién nacido reciba el alta. El personal del hospital se encargará de la preparación necesaria.
Sin embargo, si la intervención quirúrgica se pospone, tal vez sea necesario realizar análisis, por ejemplo:
Quizás también deba llevar un registro de la cantidad de orina que produce el bebé.
Durante los 10 días anteriores a la intervención quirúrgica, es posible que el niño deba dejar de tomar medicamentos que afectan la coagulación de la sangre, como aspirina, warfarina e ibuprofeno.
Asegúrese de informarle al médico acerca de todos los medicamentos que el niño esté tomando, incluidos los de venta libre. Pregunte si es necesario que tome algún medicamento el día de la intervención quirúrgica y cuál.
Probablemente, no deberá darle de comer ni de beber en las horas anteriores a la intervención quirúrgica. Sin embargo, puede darle un poco de agua si necesita tomar algún medicamento.
El médico le informará cuándo debe presentarse el niño para la cirugía.
Para reparar una extrofia vesical, es necesario realizar dos intervenciones quirúrgicas distintas: la primera permite reparar la vejiga y la segunda permite reparar la unión entre los huesos ilíacos.
Durante la primera, se separa la vejiga expuesta de la pared abdominal y luego se cierra la vejiga. Se reparan el cuello vesical y la uretra, y se coloca un tubo hueco llamado catéter en la vejiga para que pueda drenarse la orina a través de la pared abdominal. Luego, se coloca otro catéter para drenar la orina de la uretra y facilitar la cicatrización.
En la segunda intervención quirúrgica, se repara la unión del hueso ilíaco. Esto puede hacerse inmediatamente después de la reparación de la vejiga o en otro momento.
En algunos casos, tal vez sea necesario realizar más intervenciones quirúrgicas, especialmente si existe una anomalía en los intestinos.
Luego de la cirugía, es probable que el niño deba permanecer en el hospital durante cuatro a seis semanas. Durante las primeras tres o cuatro semanas, tendrá un catéter desde la vejiga hasta la pared abdominal para drenar la orina.
Debido a que los huesos ilíacos fueron separados durante la cirugía, el niño tendrá un yeso o un cabestrillo en la parte inferior del cuerpo para facilitar la cicatrización, y deberá tenerlo durante cuatro a seis semanas.
El cuidado de las heridas, el manejo del dolor y la administración de antibióticos se realizarán según sea necesario.
Será necesario analizar muestras de orina en consultas posteriores para detectar infecciones provocadas por la intervención quirúrgica.
Si es exitosa, la cirugía permite lograr lo siguiente:
Sin embargo, las cirugías no siempre son exitosas y, a veces, puede ser necesario repetirlas.
En algunos casos, no se logra el control urinario y tal vez sea necesario usar un catéter de manera intermitente de por vida. .
Entre los riesgos que se asocian con la cirugía de reparación, se incluyen los siguientes:
Sin embargo, es menos probable que se presenten estos problemas en comparación con que no se intente la cirugía de reparación.
Además de estos riesgos, existen riesgos asociados con el uso de anestesia, como problemas de respiración y reacciones adversas a medicamentos.
Toda intervención quirúrgica conlleva el riesgo de que se produzcan hemorragias e infecciones.
Escrito por (en Inglés): Karla Blocka
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD