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La vacunación adecuada en combinación con ciertas buenas prácticas de higiene puede reducir el riesgo de contraer gripe.
La manera más sencilla y confiable de evitar el contagio de la gripe es mediante la vacuna anual contra la gripe. Se calcula que del 70 al 90 por ciento de todas las enfermedades causadas por la gripe podrían prevenirse con una vacunación adecuada.
Los virus de la influenza de tipo A son más activos en temperaturas más bajas, por lo que la temporada de la gripe generalmente se extiende desde fines del otoño hasta principios de la primavera en climas templados. La producción de la vacuna se organiza de manera tal de garantizar su disponibilidad antes del inicio de la temporada de gripe, alrededor de octubre o noviembre (en el hemisferio norte).
Como los virus de la influenza se encuentran en constante evolución, todos los años deben formularse nuevas vacunas contra la gripe a fin de adaptarse a los cambios. Lo primero que hacen los investigadores es identificar las tres cepas con más probabilidades de activarse durante la siguiente temporada de gripe. Luego, los fabricantes producen una vacuna con una mezcla de cepas inactivas o atenuadas que sean lo más similares posible a las tres cepas activas. Para la temporada de gripe de 2009 a 2010, se formuló una vacuna diferente contra el virus de la influenza H1N1. Sin embargo, esta cepa se incluirá en la vacuna normal contra la gripe para la temporada de 2010 a 2011.
Cuando las cepas de la vacuna y las cepas reales de un año en particular son lo suficientemente similares, la vacuna tiene una eficacia del 70 al 90 por ciento en la prevención de la enfermedad en personas menores de 65 años. La eficacia disminuye en las personas mayores de 65 años. Aún así, puede reducir la intensidad de los síntomas en este grupo etario y prevenir complicaciones potencialmente mortales.
Cuando la cantidad de vacunas disponibles lo permita, todas las personas aptas deben vacunarse. Sin embargo, cuando la cantidad de vacunas disponible es limitada, por lo general se recomienda la vacunación de los grupos de riesgo, en orden de prioridad. Entre los grupos de riesgo, se incluyen los siguientes:
Por lo general, desde que se administra la vacuna, el organismo tarda hasta dos semanas en terminar de desarrollar la inmunidad. Los adultos deben recibir una única dosis de la vacuna, como mínimo, unas semanas antes del inicio de la temporada de gripe. Los niños necesitan dos dosis con un mes de separación entre la primera y la segunda para terminar de desarrollar la inmunidad. Sin embargo, si no se vacuna antes del inicio de la temporada de gripe, puede hacerlo en cualquier momento de la temporada para disminuir las probabilidades de contagio.
Los efectos secundarios graves de la vacuna contra la gripe son muy poco frecuentes y los virus inactivos no pueden causar la gripe. El efecto secundario más frecuente es dolor en el lugar de la inyección. Los niños pueden manifestar síntomas leves similares a los de la gripe, como fiebre leve y dolores corporales.
Una alternativa a la vacuna contra la gripe es una vacuna que se administra en forma de espray nasal (FluMist). La vacuna contra la gripe se produce con virus inactivos y es adecuada para la mayoría de las personas a partir de los 6 meses de vida. Por su parte, el espray nasal se produce con un virus vivo atenuado y puede administrarse en personas sanas desde los 2 a los 49 años de edad (salvo mujeres embarazadas).
Si bien el Center for Disease Control [Centro para el Control de Enfermedades] recomienda la vacunación en casi todos los casos, en ciertas personas la vacuna puede producir efectos adversos.
Bebés lactantes
En los bebés de menos de 6 meses de vida, el sistema inmunitario todavía no está completamente desarrollado, por lo que la vacuna no es recomendable. En cambio, son los padres y las personas que cuidan del bebé quienes deben recibir la vacuna para construir una especie de burbuja de inmunidad en torno al niño. A través de la leche materna, la madre puede pasarle al bebé parte de los anticuerpos contra la gripe.
Personas mayores
Al igual que los bebés, las personas de más de 65 años no deben recibir ciertas vacunas, como la vacuna LAIV (vacuna con virus vivo atenuado) en espray nasal, conocida con el nombre comercial FluMist, debido a que es probable que tengan el sistema inmunitario comprometido. Consulte al médico antes de considerar cualquier vacuna si tiene más de 65 años.
Personas con ciertas alergias
Las personas que son alérgicas al huevo o a otros componentes de las vacunas no deben vacunarse.
El virus de la influenza se propaga cuando se inhala en las minúsculas gotas que se expulsan al estornudar, toser o simplemente hablar. El virus también puede propagarse cuando una persona toca una superficie infectada, como la manilla de una puerta o un interruptor y luego se toca los ojos, la nariz o la boca. Además de la vacunación, hay muchas otras formas de reducir las probabilidades de contagio de la gripe.
Probablemente lo mejor que puede hacer es lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón y evitar tocarse la cara con las manos. Cuando no pueda usar agua y jabón, un desinfectante a base de alcohol puede ser igual de eficaz. Lávese las manos después de comer, ir al baño, estar en contacto con ropa sucia o lavar platos y cubiertos. Lave y desinfecte los juguetes de los niños regularmente.
Si hay un brote de gripe en su familia o su comunidad, evite el contacto con personas claramente infectadas o enfermas. Evite las grandes concentraciones de gente y los espacios cerrados. Si pertenece a alguno de los grupos de riesgo y se ve obligado a salir de su hogar durante una epidemia de gripe, use una mascarilla (la N95 es la mejor) para disminuir las probabilidades de inhalar el virus.
Si se contagia, cúbrase la boca con un pañuelo desechable al toser o estornudar y deséchelo de inmediato. Al toser, si no tiene un pañuelo desechable a mano, cúbrase la boca con la parte interna del codo, no con la mano. Lávese las manos con frecuencia y no regrese al trabajo o a la escuela hasta que la fiebre haya desaparecido. Evite el contacto con otras personas siempre que sea posible. Si debe salir, use una mascarilla para proteger a los demás.
Escrito por (en Inglés): the Healthline Editorial Team
Revisado médicamente (en Inglés)
: Jennifer Monti, MD, MPH