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Algunas personas sufren muchas complicaciones, mientras que otras sufren solo algunas. El tiempo que transcurre entre el momento en el que se produce el accidente cerebrovascular y el momento en el que se recibe tratamiento de emergencia repercute enormemente en la magnitud de los daños sufridos y en la cantidad de complicaciones posteriores.
Sin embargo, las complicaciones posteriores a un accidente cerebrovascular dependen no solo del tratamiento, sino también del lugar del cerebro donde se produjo la afección. Un accidente cerebrovascular puede afectar la capacidad del cerebro de comunicarse con el resto del cuerpo. Como los accidentes cerebrovasculares generalmente dañan solo determinadas áreas del cerebro, las complicaciones resultantes tienden a concentrarse en áreas particulares: el área afectada será la parte o la función del cuerpo que sea controlada por la parte del cerebro que haya resultado dañada. Esto podría suponer una pérdida del control de los músculos en un lado del cuerpo, de los músculos que controlan el habla o de otros grupos musculares. Un accidente cerebrovascular también puede afectar el área del cerebro que controla una habilidad cognitiva particular, como la memoria o la estabilidad del estado de ánimo.
Las siguientes son algunas de las complicaciones posibles después de un accidente cerebrovascular:
Durante un accidente cerebrovascular, partes del cerebro pierden la totalidad o un porcentaje considerable del flujo sanguíneo. En consecuencia, esas secciones quedan privadas de oxígeno, lo que a veces ocasiona daños prolongados o incluso permanentes. Como existen áreas específicas del cerebro que controlan determinados músculos, el daño muscular producido por un accidente cerebrovascular generalmente se concentra en grupos musculares específicos. Por ejemplo, es frecuente que las víctimas de accidentes cerebrovasculares pierdan el control muscular o sufran una parálisis en solo un lado del cuerpo, mientras que el otro lado continúa siendo completamente funcional. El rostro es una de las áreas más afectadas por los accidentes cerebrovasculares. Es bastante habitual que una víctima de esta afección sufra una parálisis en un lado del rostro.
Los accidentes cerebrovasculares suelen afectar las áreas del cerebro que controlan los músculos del rostro, incluidos los que intervienen en el habla. También es posible que afecten áreas del cerebro que controlan la función de la memoria, por lo que es frecuente que las víctimas de esta afección tengan dificultades para encontrar las palabras exactas para expresar cómo se sienten, una afección conocida como afasia. En muchos casos, un logopeda puede ser de gran ayuda para afrontar estos problemas.
Si el accidente cerebrovascular afecta las áreas del cerebro que controlan los músculos del cuello, posiblemente haya una dificultad para tragar después del episodio. Las personas que presentan este problema pueden sufrir una complicación denominada aspiración, que se produce cuando los alimentos ingresan involuntariamente en las vías respiratorias.
Como los accidentes cerebrovasculares afectan el cerebro, es frecuente que las víctimas sufran problemas de memoria después del episodio, incluidos pérdida de la memoria, dificultad para recordar acontecimientos recientes o incluso dificultad para entender conceptos con los cuales la persona estaba familiarizada antes del accidente cerebrovascular.
El entumecimiento generalmente se produce en un lado del cuerpo, del lado contrario al lado del cerebro afectado por el accidente cerebrovascular.
El accidente cerebrovascular también puede traer aparejado dolor. El entumecimiento y el dolor pueden alternarse en la misma área, cuando el cerebro tenga dificultad para comunicarse con los nervios de un área específica.
Debido a las deficiencias físicas, es posible que las víctimas de accidentes cerebrovasculares requieran asistencia física para realizar tareas cotidianas como cocinar o limpiar. También podrían necesitar dispositivos de asistencia, como un bastón o una silla de ruedas.
Como un accidente cerebrovascular puede dañar partes del cerebro que afectan el control del estado de ánimo y la personalidad, luego de sufrir el episodio, es posible que la víctima se muestre diferente en lo que respecta a su temperamento, de cómo era antes de sufrir el accidente cerebrovascular. Por ejemplo, una persona que por lo general es paciente puede mostrarse irascible, o una persona normalmente atenta y considerada puede tornarse olvidadiza y retraída. Es importante ser paciente y mantener la calma al tratar con una persona que ha sufrido un accidente cerebrovascular.
Seguir adelante después de sufrir un accidente cerebrovascular -en especial si la víctima ha sufrido consecuencias físicas y cognitivas graves- puede ser algo extremadamente difícil. Es posible que la víctima ya no pueda hacer muchas de las cosas que acostumbraba hacer, incluso ir a trabajar. Los traumas médicos importantes, como un accidente cerebrovascular, también pueden conllevar una enorme presión en las relaciones y afectar tanto a la víctima como a sus familiares, amigos y seres queridos. Como resultado, es bastante frecuente que una persona que ha sufrido un accidente cerebrovascular se muestre más malhumorada y, en algunos casos, sufra de depresión clínica. La depresión es una afección médica grave y, como tal, debe tratarse adecuadamente. Para obtener más información, visite el Centro de aprendizaje sobre la depresión.
Según las estadísticas, en las personas que han sufrido uno o más accidentes cerebrovasculares, las probabilidades de morir son significativamente mayores que las del resto de la población. Por lo general, los accidentes cerebrovasculares afectan a los adultos mayores de 65 años de edad. En el caso de las personas que sufren un accidente cerebrovascular antes de esa edad, las probabilidades de sobrevivir son mayores.
Escrito por (en Inglés): the Healthline Editorial Team
Revisado médicamente (en Inglés)
: Jennifer Monti, MD, MPH