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La degeneración macular, también denominada "degeneración macular relacionada con la edad" (AMD), es una enfermedad que produce la pérdida de la vista. Según Cleveland Clinic, es la causa más frecuente de pérdida de la vista en los estadounidenses de más de 50 años de edad. (Cleveland Clinic). Esta afección avanza lentamente, por lo que muchas personas piensan que es producto del envejecimiento.
Si bien es posible que la AMD no provoque ceguera total, puede causar una pérdida significativa de la visión central. Las personas con degeneración macular aún tienen visión lateral, también denominada "visión periférica".
Si la afección se detecta de manera precoz, es posible reducir la pérdida de la vista con el tratamiento adecuado.
La AMD se produce cuando se daña la mácula del ojo. La mácula es el componente central de la retina, que permite distinguir las fuentes de luz para poder ver con claridad. Cuando se destruyen las células de la mácula, el ojo pierde parte de su capacidad para distinguir los detalles.
La mácula permite realizar las siguientes actividades:
Si bien es posible prevenirla, la degeneración macular se asocia principalmente con el envejecimiento. Según la American Health Assistance Foundation [Fundación Estadounidense de Asistencia Médica, AHAF], el 14,4 por ciento de los estadounidenses de entre 70 y 79 años tienen AMD, mientras que el 3,8 por ciento de los estadounidenses de entre 50 y 59 años tienen AMD intermedia o avanzada. (AHAF)
Sin embargo, existen otros factores además del envejecimiento que pueden aumentar el riesgo de tener AMD; entre ellos, los siguientes:
Existen dos tipos de AMD: seca (atrófica) y húmeda (exudativa).
La AMD seca es una degeneración macular de precoz a intermedia. Es el tipo más frecuente. Puede producir cambios leves en la vista, pero muchas personas no notan síntomas o los atribuyen al proceso de envejecimiento.
Es el tipo de degeneración macular más grave y avanzado. Con el paso del tiempo, provoca la pérdida de la vista. Según el National Eye Institute [Instituto Nacional del Ojo, NEI], aproximadamente el 10 por ciento de las personas con degeneración macular tienen degeneración macular húmeda. (NEI). Este tipo causa el crecimiento de vasos sanguíneos anormales debajo de la mácula y de la retina que pueden destruir las células saludables. Los vasos también son propensos a inflamarse y romperse, lo cual puede provocar la cicatrización de la retina.
Si tiene AMD húmeda, quizás note cambios en la visión cuya gravedad puede ser de sutil a significativa. Por ejemplo, quizás vea líneas onduladas o manchas oscuras durante el transcurso del día.
Para ofrecer el diagnóstico, el médico usará radiografías y realizará exploraciones físicas. Algunos oftalmólogos también usan angiografías (pruebas que permiten examinar el flujo sanguíneo en dos partes del ojo: la retina y la coroides) para detectar anomalías en la retina. Estas pruebas permiten determinar si usted tiene degeneración macular o no y, en caso de que presente la afección, también permiten establecer el tipo y la etapa en la que se encuentra.
No existen tratamientos para la AMD seca. Debido a que no produce muchos síntomas, el objetivo en esta etapa es prevenir la AMD húmeda. Los exámenes periódicos permiten determinar si la afección avanza.
Respecto de la AMD húmeda, existen algunos tratamientos que permiten reducir la pérdida de la vista asociada con la afección. Entre ellos, se incluyen los siguientes:
El médico le recetará colirio para mantener los ojos húmedos después del tratamiento. Además, el colirio contribuirá a prevenir infecciones después de una cirugía. La recuperación posterior al tratamiento lleva entre tres y seis semanas.
De acuerdo con el NEI, los resultados de un estudio de 10 años de duración sobre enfermedades oculares seniles indican que los antioxidantes y el cinc podrían contribuir a reducir el riesgo de tener AMD. Si el oftalmólogo le informa que el riesgo de tener la afección es mayor en su caso, quizás deba tomar un suplemento multivitamínico que contenga niveles elevados de cinc y vitaminas A, C y E (NEI).
Independientemente de que exista un mayor riesgo de tener degeneración macular, someterse a exámenes oculares anuales es una herramienta importante para detectar cualquier problema ocular de manera precoz. Además, tener un estilo de vida saludable y activo contribuye a reducir el riesgo de tener AMD.
La degeneración macular es una afección crónica. Según la American Macular Degeneration Foundation [Fundación Estadounidense de Degeneración Macular, AMDF], se prevé que la enfermedad afectará a 6,3 millones de personas para el año 2030. En parte, esto se debe al proceso de envejecimiento de la generación de posguerra (baby boom). (AMDF)
Aunque la AMD es una afección crónica, el tratamiento puede reducir su gravedad. El tratamiento precoz puede ayudar a conservar la capacidad de realizar actividades diarias, como leer y conducir. Si no se trata, la degeneración macular puede afectar ambos ojos y empeorar la visión. Esta afección no provoca dolor, uno de los motivos por los cuales no siempre se busca tratamiento a tiempo.
En etapas más avanzadas, puede provocar síndrome de Charles Bonnet, también denominado "visión fantasma", una afección temporal en la que se ven imágenes que no existen.
Escrito por (en Inglés): Kristeen Moore
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD