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La depresión en adolescentes es un trastorno mental y emocional que afecta a los adolescentes.
A la depresión en adolescentes también se le conoce como depresión juvenil y no es, desde el punto de vista médico, diferente de la depresión en adultos. Sin embargo, los síntomas en los adolescentes pueden manifestarse de modos distintos que en los adultos. Esto se debe a que los desafíos social y de desarrollo que enfrentan los adolescentes son diferentes.
La presión de los demás adolescentes, los deportes, los cambios en los niveles hormonales, el desarrollo de sus cuerpos, las tendencias incómodas y toda una serie de diversos factores pueden causarles tremendos altibajos a los adolescentes. Sin embargo, esos altibajos pueden ser signos de depresión.
La depresión se asocia con mayores niveles de estrés, ansiedad y, en el peor de todos los casos posibles, suicidio. También puede afectar la vida personal, académica, laboral, social y familiar, lo cual puede conducir al aislamiento social y otros problemas.
La depresión no es un trastorno del cual las personas puedan liberarse con solo proponérselo. No pueden simplemente levantarse el ánimo. Se trata de un trastorno real de la salud que puede afectar la vida de la persona a todo nivel si no se trata correctamente.
A la depresión en adultos y adolescentes también se le llama depresión mayor o trastorno depresivo mayor.
La depresión en adolescentes no tiene una única causa conocida. La investigación de las causas de la depresión ha llevado a los expertos a determinar que hay múltiples factores que podrían conducir a la depresión, como por ejemplo: (Mayo)
Las investigaciones han demostrado que los adolescentes tienen diferencias estructurales en sus cerebros cuando se los compara con el de los adultos. Además de la forma y la estructura, los adolescentes con depresión también pueden tener diferencias en las hormonas y distintos niveles de neurotransmisores.
Los neurotransmisores son sustancias químicas claves para el cerebro, que afectan el modo en el que las células del cerebro se comunican entre sí. Estas hormonas y neurotransmisores desempeñan papeles muy importantes en la regulación del estado de ánimo y el comportamiento, razón por la cual pueden conducir a una depresión.
La mayoría de los niños no cuenta con mecanismos para sobrellevar ciertas situaciones, por lo cual un evento traumático podría dejar secuelas duraderas. La pérdida de uno de los padres, o el abuso físico, emocional o sexual podrían dejar efectos duraderos en el cerebro del niño y contribuir así a la depresión.
Las investigaciones demuestran que la depresión tiene un componente biológico. Puede transmitirse de padres a hijos. Los niños que tienen uno o más parientes cercanos (especialmente un padre) con depresión, tienen una mayor probabilidad de sufrir de depresión.
Los adolescentes expuestos periódicamente a una forma de pensar negativa, especialmente de sus padres, también han sido vinculados a la depresión. Existen distintas teorías relativas a cuánto esto puede afectar a un niño. Sin embargo, aprender a sentirse impotente en lugar de aprender a superar los desafíos puede conducir a una depresión.
Según un estudio publicado en American Family Physician [Médicos de Familia Estadounidenses], estadísticamente, hasta un 15 % de los niños y los adolescentes presenta algún síntoma de depresión.
A menudo es muy difícil para los padres detectar los síntomas de la depresión. A veces la depresión se confunde con sentimientos típicos de adaptación a los cambios que se producen en la adolescencia.
Sin embargo, la depresión es más que estar aburrido o desinteresado en los estudios académicos. Según AACAP, algunos de los signos de la depresión en adolescentes son:
No siempre esos síntomas son signos de depresión. Cualquiera que haya criado a un adolescente sabe que a menudo los cambios de apetito son normales, por ejemplo, cuando tienen un crecimiento manifiesto o si participan muy activamente en deportes.
De todos modos, al mantenerse en guardia y observar los signos de cambios en los adolescentes puede ayudar a conseguirles la asistencia que necesitan.
Un problema de la depresión en adolescentes es lograr el diagnóstico y el tratamiento adecuados. El profesional de la salud mental (psiquiatra o psicólogo) hará una serie de preguntas acerca del estado de ánimo, los comportamientos y los pensamientos del adolescente. A esto se le llama evaluación psicológica.
Para que a una persona se le diagnostique un trastorno depresivo mayor, debe satisfacer el criterio establecido en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM) [Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, DSM]. La persona debe tener dos o más episodios mayores de depresión durante al menos dos semanas. Según NCBI, dichos episodios deben incluir al menos cinco de los siguientes síntomas que afectan su vida:
El profesional de la salud mental también podría preguntar a los padres del niño acerca de su comportamiento y estado de ánimo.
Podría hacerse un examen médico para descartar otras causas para los sentimientos de la persona. Hay algunos trastornos de la salud que pueden contribuir a la depresión.
Del mismo modo que la depresión no tiene una única causa, no hay un único tratamiento que sea eficaz para todo el mundo. A menudo, encontrar el tratamiento correcto para la depresión es un proceso de ensayo y error. Puede llevar algún tiempo determinar cuál es el mejor tratamiento.
Hay varios tipos de medicamentos formulados para aliviar los síntomas de la depresión. Algunos de los medicamentos más comunes para la depresión son:
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son algunos de los antidepresivos más comúnmente recetados. Son el tratamiento preferido, ya que tienden a tener menos efectos secundarios que otros medicamentos.
Los ISRS actúan sobre el neurotransmisor llamado serotonina. Ciertas investigaciones demuestran que las personas con depresión podrían tener niveles anormales de neurotransmisores asociados con la regulación del estado de ánimo. Los ISRS impiden que el organismo absorba serotonina, por lo cual puede usarse más eficazmente en el cerebro.
Entre los ISRS actualmente aprobados por U.S. Food and Drug Administration [Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.] están:
Entre los efectos secundarios más comunes por el uso de ISRS están los siguientes:
Consulte al médico si los efectos secundarios están afectando su calidad de vida.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina (ISRSN) impiden la reabsorción de los neurotransmisores serotonina y norepinefrina, lo cual ayuda a regular el estado de ánimo.
Entre los efectos secundarios de los ISRSN están los siguientes:
Los ISRSN más comunes son duloxetina (Cymbalta) y venlafaxina (Effexor).
Al igual que los ISRS y los ISRSN, los antidepresivos tricíclicos (AT) bloquean la recaptación de ciertos neurotransmisores. A diferencia de los otros, los AT actúan sobre la serotonina, la norepinefrina y la dopamina.
Los AT pueden producir más efectos secundarios que otros antidepresivos, como por ejemplo:
Los médicos no le recetan AT a las personas con la próstata hipertrofiada, glaucoma o enfermedades cardiacas, ya que eso podría crear problemas graves.
Entre los AT más comúnmente recetados están:
Si bien los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) fueron los primeros antidepresivos en el mercado, ahora son el tipo de antidepresivo menos recetado. Eso se debe a las complicaciones, restricciones y efectos secundarios que causan.
Los IMAO bloquean la serotonina, la dopamina y la norepinefrina, pero también afectan a otras sustancias químicas del organismo. Esto puede ocasionar lo siguiente:
Las personas que toman IMAO deben evitar ciertos alimentos y bebidas, como por ejemplo:
Los IMAO más comunes son:
Psicoterapia es el nombre formal de la terapia. A las personas con depresión a menudo se les recomienda ver a un profesional de la salud mental capacitado antes de comenzar o al comenzar el tratamiento con medicamentos.
Hay diversos tipos de terapia para las personas con depresión. Entre los tipos más comunes se encuentran:
Psicoterapia
Este es el tipo de terapia más común e incluye sesiones regulares con un psiquiatra o un psicólogo.
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La finalidad de esta terapia es reemplazar las emociones y los pensamientos negativos con otros positivos.
Terapia psicodinámica
Esta terapia se concentra en adentrarse en la psiquis de una persona para aliviar sus luchas internas, como el estrés y los conflictos.
Terapia de resolución de problemas
Esta terapia ayuda a la persona a encontrar una ruta optimista a través de experiencias vivenciales específicas, como la pérdida de un ser querido u otros períodos de transición.
Además de los medicamentos, su médico le dirá a su hijo que se concentre en otras áreas de su vida para mejorar los síntomas de la depresión.
Actividad física
Las investigaciones demuestran que hacer ejercicio con regularidad estimula la producción en el cerebro de sustancias químicas que hacen que la persona se sienta bien y mejore su estado de ánimo. Inscriba a su hijo en un deporte que le interese. Jueguen con una pelota o inventen juegos que fomenten la actividad física.
Sueño
El sueño es muy importante para el estado de ánimo. Asegúrese de que su hijo duerma lo suficiente todas las noches y de que se acueste a dormir diariamente a la misma hora.
Régimen alimentario equilibrado
El organismo necesita energía adicional para pocesar alimentos con alto contenido de grasas y azúcares. Esos alimentos pueden hacer que su hijo se sienta aletargado. Verifique que el almuerzo que le prepara para llevar a la escuela contenga alimentos variados y nutritivos.
Evite el exceso de cafeína
La cafeína puede, momentáneamente, levantar el ánimo. Sin embargo, el uso regular puede hacer que su hijo termine sintiéndose cansado o abatido.
Evite el alcohol
Beber, especialmente en el caso de los adolescentes, puede crear más problemas. Las personas con depresión deben evitar el alcohol.
La depresión puede tener un profundo impacto en la vida de una persona y en general no hace más que complicar las dificultades asociadas con los años de la adolescencia. La depresión en adolescentes no siempre es fácil de detectar. Sin embargo, con el tratamiento adecuado, los adolescentes pueden volver a ser normales, felices y optimistas.
Escrito por (en Inglés): Brian Krans
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD
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