Join AARP
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
Your email address is now confirmed.
You'll start receiving the latest news, benefits, events, and programs related to AARP's mission to empower people to choose how they live as they age.
You can also manage your communication preferences by updating your account at anytime. You will be asked to register or log in.
In the next 24 hours, you will receive an email to confirm your subscription to receive emails related to AARP volunteering. Once you confirm that subscription, you will regularly receive communications related to AARP volunteering. In the meantime, please feel free to search for ways to make a difference in your community at www.aarp.org/volunteer
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
Un desgarro en el ligamento cruzado anterior (LCA) es una lesión en el ligamento de la rodilla que impide que el hueso de la espinilla se deslice hacia adelante. El LCA estabiliza la rodilla, por lo que un desgarro parcial o total en este ligamento puede causar dolor e inflamación.
Las lesiones en el LCA son frecuentes en quienes practican básquetbol, fútbol americano y fútbol, ya que suelen saltar o girar en respuesta a la acción de otros jugadores. Si no se trata, un desgarro en el LCA puede provocar lesiones nuevas en la rodilla.
Por lo general, los desgarros en el LCA afectan a las personas muy activas físicamente. Entre los movimientos que pueden dar lugar a una lesión en el LCA, se encuentran los siguientes:
También puede sufrir una lesión en el LCA durante un accidente en el cual la parte lateral de la rodilla reciba un golpe (por ejemplo, un accidente automovilístico o un placaje durante un partido de fútbol americano).
Los desgarros en el LCA son lesiones deportivas frecuentes. Algunos de los deportistas más propensos a sufrir lesiones en la rodilla son los jugadores de básquetbol, fútbol americano y fútbol y los esquiadores. En el ámbito deportivo, las lesiones en el LCA son de tres a nueve veces más frecuentes en las mujeres.
Las personas que sufren lesiones en el LCA suelen escuchar un chasquido cuando se produce la lesión. Por lo general, la rodilla se inflama en el plazo de las seis horas de ocurrida la lesión. La afección puede ser dolorosa, especialmente al caminar, al girar o al doblar la pierna lesionada. Lo más probable es que sienta una inestabilidad en la rodilla, como si la articulación se venciera.
El desgarro en el LCA debe ser examinado por un cirujano ortopédico o un especialista en rodilla. El médico analizará los antecedentes médicos y le preguntará cómo se produjo la lesión. Habitualmente, durante la exploración física se evalúa la estabilidad y la amplitud de movimiento de la rodilla. Posiblemente el médico también solicite las siguientes pruebas:
El tratamiento contra un desgarro en el LCA depende de la magnitud de la lesión y de las necesidades y los objetivos específicos del paciente. Si bien algunas personas que sufren lesiones en el LCA pueden seguir adelante normalmente, muchas pueden sufrir otras lesiones en la rodilla más adelante. Para un deportista, la intervención quirúrgica y la fisioterapia pueden ser la mejor respuesta para retomar las actividades deportivas lo antes posible.
En todo caso, es importante consultar de inmediato a un proveedor de atención médica para descartar fracturas o daños posibles en los demás ligamentos. Si la rodilla adquiere una coloración azulada, busque atención médica de inmediato porque podría deberse a daños en los vasos sanguíneos.
Entre las medidas que puede tomar hasta consultar al médico, se incluyen las siguientes:
A veces, este tipo de lesión requiere una reconstrucción quirúrgica completa para la cual se utiliza un tendón de la rótula o de los músculos isquiotibiales. El uso de tejido proveniente de un donante también es una alternativa. Después de la cirugía, es posible que necesite hasta seis meses de fisioterapia para recuperar la amplitud de movimiento original y la fuerza de la pierna.
Si es la primera vez que usted sufre una lesión, probablemente el médico le recomiende un analgésico de venta libre (como ibuprofeno). Si se somete a una intervención quirúrgica, pídale al médico que le indique los medicamentos que va a necesitar tanto antes como después de la cirugía. Antes de la intervención, probablemente deba dejar de tomar determinados medicamentos que interfieren en la coagulación de la sangre (como aspirina).
En general, las cirugías reconstructivas son eficaces, ya que reducen el dolor y aumentan la fuerza de la pierna y la estabilidad de la rodilla. Con un tratamiento adecuado, el paciente suele recuperarse por completo.
Tener un cuerpo fuerte y ágil reduce el riesgo de sufrir desgarros en el LCA. Si usted es deportista, aprenda y ponga en práctica técnicas preventivas para reducir la presión ejercida sobre las rodillas. Por ejemplo, pisar apoyando el metatarso en lugar de toda la planta del pie permite que el peso del cuerpo recaiga sobre las pantorrillas, en lugar de ejercer presión sobre las rodillas.
Escrito por (en Inglés): Chitra Badii and Matthew Solan
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD