Como los niveles elevados de ácido úrico en la sangre no presentan señales físicas, la gota generalmente se diagnostica luego de un ataque agudo de sus síntomas. Generalmente, el primer paso es un análisis de ácido úrico en sangre. Los niveles de ácido úrico elevados están vinculados a la gota, pero no indican automáticamente la presencia de esta enfermedad.
Si los resultados indican niveles de ácido úrico elevados, el próximo paso será realizar una aspiración articular. Mediante esta prueba, se extrae una muestra del líquido del interior de la articulación afectada y se la examina al microscopio en busca de cristales de urato. Muchos médicos no hacen un diagnóstico positivo de gota hasta que el paciente haya presentado al menos dos episodios de síntomas agudos.
Escrito por (en Inglés): the Healthline Editorial Team
Revisado médicamente (en Inglés)
: Jennifer Monti, MD, MPH
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