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El esqueleto humano normal está formado por 206 huesos, los cuales se degradan y se reconstituyen de manera constante. Si este proceso sufre una alteración, los huesos pueden degradarse y luego reconstituirse de manera anormal y de formas que ponen en riesgo la integridad del esqueleto.
La enfermedad ósea de Paget, también llamada osteítis deformante, es una afección crónica que afecta el esqueleto. Normalmente es más frecuente en los adultos mayores. Según la American Academy of Orthopaedic Surgeons [Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos, AAOS], la enfermedad afecta a entre el tres y el cuatro por ciento de las personas mayores de 50 años de edad (AAOS, 2007).
Esta enfermedad se caracteriza por una degradación ósea anormal seguida de una reconstitución ósea anormal. El nuevo hueso que se forma tiene un tamaño significativamente mayor, está debilitado y, por lo general, presenta deformaciones.
Esta enfermedad puede manifestarse en cualquier parte del esqueleto y puede afectar solamente una o dos partes del esqueleto o ser generalizada. Los huesos más afectados son los de los brazos, la columna vertebral, el cráneo, la pelvis y las piernas.
Los médicos desconocen la causa de la enfermedad ósea de Paget. Es posible que haya factores genéticos y víricos involucrados, pero es necesario realizar más investigaciones para corroborar esta hipótesis. Si bien no se conocen medidas preventivas eficaces que puedan tomarse, un régimen alimentario que contenga cantidades adecuadas de calcio y vitamina D, junto con la actividad física regular, puede contribuir a mantener el buen estado de los huesos.
Muchas personas que padecen la enfermedad no presentan síntomas. Por lo general, la enfermedad se diagnostica mientras se realiza una radiografía por un problema no relacionado. También puede detectarse durante un análisis de sangre de rutina si los resultados muestran niveles anormales de calcio.
Si se manifiestan, los síntomas pueden ser los siguientes:
Si la enfermedad ósea de Paget afecta varios huesos, los niveles de calcio pueden sufrir un aumento anormal debido a la aceleración del proceso de degradación de los huesos. Como consecuencia, es posible sentir cansancio y tener pérdida del apetito y estreñimiento.
Si el médico considera que usted puede padecer la enfermedad ósea de Paget, probablemente le realice una serie de pruebas para confirmar el diagnóstico e identificar cuáles son los huesos afectados. Entre estas pruebas, se incluyen las siguientes:
A veces, es necesario realizar una biopsia del hueso. La biopsia puede realizarse por medio de una aguja o, en ocasiones menos frecuentes, mediante una incisión. Las biopsias con aguja pueden realizarse en el consultorio del médico. Sin embargo, si es necesario realizar incisiones pequeñas, el procedimiento se lleva a cabo en el quirófano. El médico extirpa un segmento pequeño del hueso y lo envía al laboratorio para analizarlo y descartar otras enfermedades, como el cáncer.
Según la gravedad de la afección, es posible que no se necesite tratamiento. Sin embargo, existen muchos tratamientos contra la enfermedad ósea de Paget, tanto quirúrgicos como no quirúrgicos. Si bien la enfermedad no puede curarse, los tratamientos médicos pueden aliviar los síntomas. Generalmente se recurre a un tratamiento quirúrgico cuando surgen complicaciones.
Los antinflamatorios no esteroides (AINE) como ibuprofeno pueden aliviar el dolor. Para tratar el dolor intenso, pueden usarse bisfosfonatos, que inhiben el funcionamiento de las células responsables de la absorción ósea. Pueden administrarse por vía oral o intravenosa, según cada medicamento específico. La calcitonina también se usa para favorecer el metabolismo óseo.
El paciente puede mantener el equilibrio y aliviar la presión ejercida sobre los huesos si usa un bastón. De esta manera, es posible reducir el dolor óseo y las probabilidades de sufrir caídas y fracturas. También pueden usarse soportes ortopédicos para favorecer la alineación correcta de los huesos.
Si se produce una fractura o una desalineación grave, tal vez sea necesario recurrir a una intervención quirúrgica. Cuando los huesos comprimen los nervios, especialmente los nervios espinales, se realiza una intervención quirúrgica. La consolidación generalmente demora más que lo habitual porque los huesos son más débiles que los huesos sanos.
Si bien los tratamientos pueden aliviar los síntomas, pueden surgir complicaciones. Tal vez algunos pacientes requieran un reemplazo articular en casos de deterioro articular de gran magnitud.
Según la Liddy Shriver Sarcoma Initiative [Iniciativa contra el Sarcoma de Liddy Shriver], aproximadamente el uno por ciento de las personas que padecen enfermedad ósea de Paget presentan osteosarcoma (LSSI, 2005), que es un tipo de cáncer de huesos.
Entre las demás complicaciones, se incluyen las siguientes:
Consulte al médico acerca de las complicaciones posibles y las maneras en las que pueden tratarse.
Escrito por (en Inglés): Jaime Herndon
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD