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La enteritis es una inflamación de los intestinos y una de sus causas más frecuentes es la bacteria Escherichia coli o E. coli. Según la National Library of Medicine [Biblioteca Nacional de Medicina, NLM], esta bacteria es la causa más frecuente de diarrea del turista, una afección que se caracteriza por heces blandas, cólicos abdominales, náuseas y distensión abdominal (NLM, 2011).
Existen muchas cepas de E. coli, algunas de ellas inofensivas. De hecho, cientos de cepas se encuentran en el tubo digestivo y son bacterias buenas. Sin embargo, existen determinadas cepas tóxicas que pueden provocar enfermedades graves. Si una persona se expone a una cepa tóxica, puede contraer intoxicación alimentaria y enteritis. Esta infección a veces se denomina diarrea del turista debido a que viajar expone a la persona a cepas nuevas de E. coli a las que quizás reaccione negativamente.
Algunas cepas son más peligrosas que otras y producen una toxina llamada Shiga o verocitotoxina, que causa una enfermedad grave y una hemorragia que puede ser mortal, especialmente en los niños. La cepa de E. coli que produce la toxina Shiga (a menudo llamada STEC) también puede denominarse E.coli 0157. Según los Centers for Disease and Control Prevention [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC], se producen aproximadamente 265.000 infecciones por STEC cada año en los Estados Unidos (CDC, 2011).
Una persona puede exponerse a las cepas de E. coli que provocan enfermedades si come o bebe algo contaminado con la bacteria. La contaminación suele producirse como consecuencia de la manipulación inadecuada de los alimentos. Muchas infecciones se producen por comer carne que tuvo contacto con bacterias y desechos de intestinos de animales durante el procesamiento o alimentos que se lavaron con agua contaminada con desechos humanos o animales.
Comer carnes o huevos crudos o poco cocidos también puede ser peligroso. Beber agua no tratada de un arroyo o un pozo también puede aumentar el riesgo de exposición. Si se dejan productos lácteos o mayonesa fuera del refrigerador durante mucho tiempo, pueden crecer bacterias y provocar intoxicación alimentaria.
Si bien es poco frecuente, es posible que la E. coli se transmita por otros medios además de los alimentos y las bebidas. Si una persona no se lava las manos después de ir al baño y luego toca un objeto que tocan otras personas, puede provocar la exposición a la bacteria.
Los síntomas de la enteritis suelen aparecer entre las 24 y las 72 horas posteriores a la exposición. El síntoma principal es la diarrea intensa y repentina, la cual suele ser sanguinolenta. Entre los demás síntomas, se incluyen los siguientes:
Existen determinadas cepas de E. coli que liberan una toxina que puede destruir los glóbulos rojos en los niños. Esto se denomina síndrome urémico hemolítico, es una infección muy grave, pero poco frecuente. Entre los síntomas, se incluyen piel pálida, hematomas frecuentes, orina sanguinolenta y una menor cantidad de orina debido al daño renal.
Comuníquese con el médico si tiene fiebre alta (más de 38,3 ºC en los adultos y más de 38 ºC en los niños) y heces sanguinolentas, se siente deshidratado, no puede retener líquidos, tiene diarrea desde hace más de cinco días (dos si se trata de niños) o siente un dolor que no desaparece de inmediato después de defecar.
El médico realizará una exploración física y le hará preguntas sobre los síntomas. Para confirmar el diagnóstico, solicitará un coprocultivo para determinar si la enfermedad se debe a E. coli.
La principal complicación de la enteritis es la deshidratación a causa de la diarrea. Beber líquido es importante y, si no puede retenerlo a raíz de vómitos o diarrea intensos, quizás deba dirigirse al hospital para que le administren líquido por vía intravenosa.
Los antidiarreicos son de venta libre y se consiguen en farmacias, pero si tiene diarrea sanguinolenta o fiebre, debe consultar al proveedor de atención médica antes de usarlos.
Aunque suelen recetarse antibióticos para tratar las infecciones bacterianas, según el National Institute of Allergy and Infectious Diseases [Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, NIAID], no existen pruebas de que los antibióticos sean eficaces para tratar la E. coli. De hecho, los antibióticos pueden aumentar el riesgo de contraer síndrome urémico hemolítico en el caso de ciertas cepas de la bacteria (NIAID, 2011).
La mayoría de las personas se recuperan a los dos días sin tener que tomar medicamentos. Beber líquido y hacer mucho reposo son clave para el tratamiento.
Consulte al médico si toma diuréticos periódicamente, ya que quizás deba dejar de tomarlos mientras tenga enteritis.
El pronóstico suele depender de la gravedad de la infección y de la prontitud del tratamiento. En la mayoría de los casos, la enteritis desaparece luego de algunos días. Algunas cepas poco frecuentes y tóxicas de E. coli son muy peligrosas y exigen hospitalización.
La mayoría de los pacientes se recuperan en algunos días y no tienen efectos a largo plazo. En casos poco frecuentes, una infección grave puede causar síndrome urémico hemolítico, lo cual puede provocar anemia, insuficiencia renal y la muerte.
Los CDC recomiendan las siguientes pautas para prevenir las infecciones por STEC (CDC, 2011):
Escrito por (en Inglés): Christine Case-Lo
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD