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El término escalofríos se refiere a la sensación de frío acompañada de temblores. Los escalofríos pueden producirse junto con lo que se denomina piel de gallina, es decir, protuberancias pequeñas que provocan la elevación de los vellos.
Los escalofríos se producen cuando los músculos se expanden y se contraen de forma repetida para generar calor. Pueden ser constantes y continuos y prolongarse hasta una hora; en otros casos, pueden producirse periódicamente con episodios que duran algunos minutos.
Asimismo, pueden aparecer después de haber estado en un ambiente frío. También pueden ser consecuencia de una infección bacteriana o vírica que provoca fiebre, y suelen asociarse con las siguientes afecciones:
Los escalofríos son más frecuentes en los niños pequeños que en los adultos. Esto tal vez se deba a que los niños son más propensos a tener fiebre y a que la fiebre es más elevada en ellos. Una enfermedad leve que no provoca fiebre en los adultos puede provocarla en los niños.
Los National Institutes of Health [Institutos Nacionales de la Salud, NIH] recomiendan las siguientes pautas para el tratamiento contra la fiebre con escalofríos en adultos y niños (NIH):
Por lo general, el tratamiento varía en función de la presencia y la intensidad de la fiebre. Si la fiebre es leve (menos de 39 ºC) y no existen otros síntomas graves, no es necesario consultar al médico. En este caso, se debe hacer reposo y beber mucho líquido.
Taparse con mantas o ponerse mucha ropa en realidad podría aumentar la temperatura corporal. Los baños de esponja con agua tibia (a aproximadamente 21 ºC) o las duchas frías pueden reducir la fiebre. Sin embargo, el agua fría puede provocar un episodio de escalofríos.
Los medicamentos de venta libre, como aspirina, paracetamol (Tylenol) o ibuprofeno (Advil), también pueden reducir la fiebre y combatir los escalofríos. Al igual que con cualquier medicamento, siga las instrucciones de administración cuidadosamente. Existen determinados medicamentos, como aspirina e ibuprofeno, que disminuyen la fiebre y reducen la inflamación. Hay otros, como paracetamol (Tylenol), que disminuyen la fiebre, pero no reducen la inflamación. Si no se toma paracetamol según las indicaciones, este medicamento puede ser tóxico para el hígado.
Llame al médico si la fiebre y los escalofríos no cesan después de tres días de cuidado en el hogar o si traen aparejado alguno de los siguientes síntomas:
El tratamiento para un niño que tiene escalofríos y fiebre depende de la edad, la temperatura y los síntomas. En general, si la fiebre es de entre 39 ºC y 39,7 ºC y el niño está inquieto, puede darle paracetamol líquido o en comprimidos. Siga cuidosamente las instrucciones de administración que se detallan en el envase.
Si la fiebre supera los 39,7 ºC, también puede bañar al niño con agua tibia e ir agregando agua caliente según sea necesario para prevenir los escalofríos.
Si el niño tiene fiebre, no lo envuelva en mantas gruesas ni lo vista con demasiada ropa. Póngale prendas livianas y dele agua u otro líquido para mantenerlo hidratado.
Los menores de 18 años de edad no deben tomar aspirina, ya que existe el riesgo de que contraigan el síndrome de Reye, un trastorno poco frecuente pero grave que puede afectar a niños o adolescentes que tomaron aspirina durante una infección vírica.
Llame al médico en los siguientes casos:
El médico le pedirá detalles sobre los escalofríos y la fiebre, por ejemplo, los siguientes:
El médico le realizará una exploración física y quizás solicite otras pruebas de diagnóstico. También buscará signos que indiquen que la fiebre se debe a una infección bacteriana o vírica. Entre las pruebas de diagnóstico, pueden incluirse las siguientes:
El médico tal vez le recete un antibiótico si determina que usted tiene una infección bacteriana como amigdalitis estreptocócica o neumonía.
Los escalofríos y la fiebre son signos de que algo no anda bien. Si trata de combatirlos y no desaparecen, consulte al médico para que determine la causa subyacente.
Si no recibe tratamiento contra la fiebre, quizás sufra deshidratación grave y alucinaciones. Es posible que los niños de entre seis meses y cinco años de edad también tengan convulsiones inducidas por la fiebre (convulsiones febriles). Afortunadamente, estas convulsiones no suelen causar problemas de salud a largo plazo.
Escrito por (en Inglés): Maureen Donohue
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD