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Un examen de toxoplasma o toxoplasmosis es un análisis de sangre que permite determinar si una persona tiene los anticuerpos para protegerse contra el parásito Toxoplasma gondii presente en el organismo. El organismo únicamente produce estos anticuerpos cuando la persona ya se ha infectado por este parásito. La cantidad y el tipo de anticuerpos que tenga indicarán si la infección es reciente o se produjo algún tiempo atrás. Posiblemente el médico le realice más de un análisis de sangre en el transcurso de varias semanas.
Para la mayoría de los adultos, la toxoplasmosis es inocua y desaparece sin necesidad de recibir tratamiento. Sin embargo, si una embarazada se infecta, la infección puede transmitirse al feto, lo que podría causar en él daños cerebrales y ceguera. Para determinar si el feto se ha infectado, el médico puede analizar una muestra de líquido amniótico (que es el líquido que rodea al feto en el útero).
Usted corre el riesgo de infectarse el Toxoplasma gondii cuando come la carne cruda o mal cocida de un animal infectado. También puede contagiarse al estar en contacto con un gato infectado o manipular sus heces. Una vez que una persona se infecta, los anticuerpos contra el Toxoplasma gondii permanecen en el organismo de por vida. Esto significa que no es posible volver a infectarse.
Posiblemente el médico opte por realizarle un examen de toxoplasmosis en las siguientes circunstancias:
Para realizar el examen para detectar el Toxoplasma gondii en un adulto o un niño, el médico deberá extraer una muestra de sangre del brazo. Primero, se limpia el lugar de la punción con un hisopo con alcohol isopropílico. Luego se introduce la aguja en una vena y se coloca un tubo en el extremo para que se llene con sangre. Cuando se haya extraído suficiente cantidad de sangre, se retira la aguja y se cubre el lugar de la punción con una gasa.
Según las reglamentaciones establecidas por los Centers for Disease Control and Prevention [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC], la muestra de sangre debe enviarse a un laboratorio especializado en el diagnóstico de la toxoplasmosis.
Si usted está embarazada y está infectada por toxoplasmosis, existe una probabilidad del 30 al 40 por ciento de que le transmita la infección al feto, por lo que el médico deberá realizar otros estudios.
Amniocentesis
Este procedimiento puede realizarse de manera segura a partir de las 15 semanas de embarazo. El médico usa una aguja muy fina para extraer una cantidad pequeña de líquido de la bolsa que rodea al feto (llamada saco amniótico). Luego, la muestra se analiza en el laboratorio para detectar signos de toxoplasmosis.
Ecografía
Si bien la toxoplasmosis no puede detectarse por medio de una ecografía, esta prueba puede mostrar signos de que el feto podría haberse infectado, como acumulación de líquido en el cerebro.
Generalmente, los resultados están listos en tres días y
se miden en títulos. Un título es la cantidad de solución salina necesaria para diluir la sangre al punto en el que no sea posible detectar anticuerpos. Los anticuerpos contra la toxoplasmosis se forman en el transcurso de dos semanas después de la infección, mientras que el título alcanza su punto máximo uno o dos meses después de la infección.
Si se detecta un título de entre 1:16 y 1:256, significa que probablemente se haya contagiado en el pasado. Por su parte, la detección de un título de 1:1.024 o más generalmente indica una infección activa.
Al igual que con cualquier análisis de sangre, existen riesgos mínimos de presentar hematomas leves en el lugar de la punción. En casos excepcionales, la vena puede inflamarse luego de la extracción de sangre. Esta afección, conocida como flebitis, puede tratarse con una compresa tibia en el área inflamada varias veces al día. La hemorragia permanente podría ser un problema si usted padece algún trastorno hemorrágico o toma anticoagulantes tales como warfarina (Coumadin), aspirina u otro antinflamatorio como ibuprofeno (Advil) o naproxeno (Alleve).
Por su parte, la amniocentesis conlleva un riesgo leve de aborto espontáneo. En ocasiones, el examen puede causar efectos secundarios menores como dolores abdominales, irritación o pérdida de líquido en el lugar de la punción.
Este examen no requiere ninguna preparación previa. Infórmele al médico si ha estado en contacto con algún gato o si suele limpiar alguna bandeja higiénica para gatos. También debe informarle si tiene problemas de coagulación o si toma anticoagulantes.
Si usted es una persona saludable, probablemente no necesite recibir tratamiento contra la toxoplasmosis. Sin embargo, si sufre toxoplasmosis aguda, el médico puede recetarle uno de los siguientes medicamentos:
Este es un tratamiento contra la malaria que suele usarse para tratar la toxoplasmosis. Posiblemente el médico le indique aumentar la dosis de ácido fólico porque este medicamento puede causar carencia de ácido fólico, además de una reducción de los niveles de vitamina B12.
Este es un antibiótico que se usa como complemento del tratamiento con pirimetamina (Daraprim) para tratar la toxoplasmosis.
Si usted está infectada por toxoplasmosis, pero la infección no se ha transmitido al feto, el médico le recetará un antibiótico llamado espiramicina. Si bien este medicamento se encuentra aprobado para su uso en Europa, todavía se considera experimental en los Estados Unidos. Su uso reduce las probabilidades de contagio del feto y no repercute en el crecimiento y el desarrollo normales.
Si el feto se ha contagiado, el médico le recetará pirimetamina y sulfadiazina, aunque solo en situaciones extremas, ya que ambos medicamentos pueden tener efectos secundarios perjudiciales tanto en la embarazada como en el feto. Si bien el tratamiento puede reducir la gravedad de la enfermedad, no puede revertir los daños que ya han sido causados.
Escrito por (en Inglés): Corinna Underwood
Revisado médicamente (en Inglés)
: Brenda B. Spriggs, MD, MPH, FACP