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En lo que respecta a la EA y a sus factores de riesgo, es necesario entender la diferencia entre correlación y causalidad. Por ejemplo, la diabetes es uno de los factores de riesgo que predisponen a una persona a padecer EA, lo cual no quiere decir que la diabetes cause la EA. De hecho, no todas las personas que tienen diabetes sufren EA. Con esto en mente, los factores de riesgo asociados a esta enfermedad incluyen los siguientes:
Más del 40 por ciento de las personas de 85 años en adelante pueden padecer EA. Los síntomas de la EA generalmente comienzan a manifestarse después de los 60 años. No obstante, la EA no es una parte normal del envejecimiento, ya que es una enfermedad.
Tener un padre o una madre con EA es uno de los principales factores de riesgo de padecer esta enfermedad.
Las mujeres son ligeramente más propensas a sufrir la enfermedad de Alzheimer que los hombres.
Según algunos estudios recientes, la diabetes podría estar asociada a un aumento en el riesgo de padecer EA.
Uno de los componentes fundamentales de la proteína, denominada homocisteína (un aminoácido), circula por la sangre. Ciertos estudios sugieren que los niveles elevados de homocisteína constituyen un factor de riesgo que predispone a las personas a padecer EA, demencia vascular, deterioro cognitivo y accidentes cerebrovasculares.
Cada vez son más las investigaciones que indican que los factores psicológicos e inherentes a la experiencia pueden aumentar el riesgo de padecer EA; por ejemplo, el aislamiento social y la falta de participación habitual en actividades que estimulan el cerebro.
Alrededor del 40 por ciento de las personas con DCL padecen EA en un lapso no mayor a los tres años, lo que significa que las personas con DCL pueden o no presentar EA. El DCL es objeto de estudio por parte de los científicos y lo que se sabe al respecto es lo siguiente:
Entre los problemas de memoria propios del DCL pueden incluirse los siguientes:
Un régimen alimentario saludable, la actividad física regular y no fumar son factores que inciden en la salud física y emocional. Se cree que estas elecciones relativas al estilo de vida desempeñan un papel coadyuvante en la aparición de la EA. Asimismo, varios estudios recientes sugieren que el tabaquismo podría aumentar significativamente el riesgo de sufrir deterioro mental y demencia.
Los estudios demuestran que las personas con síndrome de Down son más propensas a presentar los factores característicos de la enfermedad de Alzheimer (es decir, placas de amiloide y ovillos neurofibrilares).
Escrito por (en Inglés): Wendy Leonard, MPH
Revisado médicamente (en Inglés)
: Jennifer Monti, MPH, MD