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Descubrirse un bulto en la mama puede generar muchos temores, pero no todos los bultos y tumores son cancerosos. El fibroadenoma es un tipo de tumor benigno (no canceroso) que, si bien no es potencialmente mortal, también puede requerir tratamiento.
Un fibroadenoma es un tumor no canceroso en la mama que suele afectar a las mujeres menores de 30 años. Según Mammotome, aproximadamente al 10 por ciento de las mujeres de los Estados Unidos se les diagnostica fibroadenoma. Las mujeres afroamericanas son más propensas a presentar este tipo de tumor.
El tumor está formado por tejido mamario y tejido conjuntivo (estromal). Según el Dr. David Zieve de PubMed, la mayoría de las mujeres presentan un único tumor, pero un porcentaje que va del 10 al 15 por ciento presenta varios tumores. Los fibroadenomas pueden aparecer en una o en ambas mamas.
Algunos fibroadenomas son tan pequeños que no pueden percibirse al tacto. Cuando su tamaño permite detectarlos al tacto, es posible diferenciarlos perfectamente del tejido circundante. Estos tumores tienen bordes bien definidos y una forma identificable. Son móviles debajo de la piel y, por lo general, no suelen provocar dolor. Este tipo de tumores generalmente se sienten al tacto como canicas, pero también pueden tener una consistencia gomosa.
Se desconoce la causa exacta de los fibroadenomas. Es posible que las hormonas como el estrógeno guarden alguna relación con su formación y crecimiento. Tomar píldoras anticonceptivas antes de los 20 años de edad se ha asociado a un mayor riesgo de presentar fibroadenomas.
Estos tumores pueden aumentar de tamaño, especialmente durante el embarazo, mientras que suelen encogerse durante la menopausia. También es posible que los fibroadenomas desaparezcan espontáneamente, es decir, sin tratamiento.
Existen dos tipos de fibroadenomas: simples y complejos. Los tumores simples no aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama y tienen un aspecto homogéneo cuando se los analiza al microscopio. Por su parte, los tumores complejos contienen otros componentes, como macroquistes (bolsas llenas de líquido que son lo suficientemente grandes como para detectarlas al tacto y verlas sin la ayuda de un microscopio) y calcificaciones (depósitos de calcio).
Los fibroadenomas complejos pueden aumentar ligeramente el riesgo de padecer cáncer de mama. Según la American Cancer Society [Sociedad Americana Contra el Cáncer], en las mujeres con fibroadenomas complejos el riesgo de padecer cáncer de mama es de aproximadamente una y media a dos veces mayor que en las mujeres que no presentan bultos en las mamas.
Le realizarán una exploración física en la cual el médico le palpará (explorará manualmente) las mamas. También es probable que le soliciten una ecografía mamaria o una mamografía. Para someterse a una ecografía mamaria, usted deberá recostarse en una camilla. Luego, el técnico desplazará un dispositivo manual llamado transductor por la piel de las mamas para generar una imagen que podrá verse en una pantalla. Una mamografía es una radiografía de la mama que se toma mientras la mama se encuentra comprimida entre dos placas planas.
Puede realizarse una biopsia o aspiración con aguja fina para extraer una muestra de tejido para analizarla. Para este procedimiento, se introduce una aguja en la mama y se extraen muestras pequeñas del tumor. Luego, el tejido extraído se envía al laboratorio, donde se lo analiza al microscopio para determinar de qué tipo de fibroadenoma se trata y si es canceroso.
Si le diagnostican un fibroadenoma, no necesariamente deberán extirpárselo. Según los síntomas físicos que la aquejen, sus antecedentes familiares y sus preocupaciones personales, usted y el médico decidirán si se lo extirpan o no. Los fibroadenomas que no aumenten de tamaño y que no sean cancerosos pueden controlarse atentamente por medio de exploraciones clínicas de las mamas y pruebas de diagnóstico por imágenes, como mamografías y ecografías mamarias.
La decisión de extirpar un fibroadenoma generalmente depende de los siguientes factores:
Luego de la extirpación de un fibroadenoma, es posible que uno o más fibroadenomas vuelvan a crecer en el lugar.
Debido a que la presencia de fibroadenomas supone un ligero aumento de las probabilidades de padecer cáncer, es importante someterse a controles médicos y mamografías regulares si presenta este tipo de tumores. También debe incorporar los autoexámenes de mamas como parte habitual de su rutina. Si percibe algún cambio en el tamaño o la forma de un fibroadenoma, consulte al médico de inmediato.
Escrito por (en Inglés): Jaime Herndon
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD