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La fractura o dislocación de mandíbula es una lesión en las articulaciones que unen la parte inferior de la mandíbula con el cráneo. Estas articulaciones, que se denominan articulaciones temporomandibulares, pueden quebrarse, fisurarse o desprenderse del cráneo. El desprendimiento de las articulaciones de la mandíbula se conoce como dislocación.
Los huesos quebrados, fracturados o dislocados pueden generar problemas tanto al comer como al respirar. En este caso, se necesitará atención médica de inmediato para reducir las complicaciones y agilizar la recuperación.
Las lesiones faciales son la causa principal de las fracturas o dislocaciones de mandíbula. La mandíbula se extiende desde la barbilla hasta detrás de las orejas. Los tipos más frecuentes de lesiones que pueden causar fracturas o dislocaciones de mandíbula son los siguientes:
El dolor, la hinchazón y el sangrado son los síntomas más inmediatos de la fractura de mandíbula. Es posible que se hinche todo el rostro, con dolor y rigidez en la zona de la mandíbula. Además, puede producirse sangrado en la boca, lo cual dificulta la respiración en algunas personas, ya que el flujo sanguíneo puede bloquear las vías respiratorias. Es posible que sufra más dolor y sensibilidad al masticar o hablar. En los casos de fractura de mandíbula más graves, podría ocurrir que no pueda mover demasiado la mandíbula, o bien, que directamente no pueda moverla.
En cuanto a las mandíbulas fracturadas o quebradas, también es normal tener entumecimiento y magulladuras en el rostro y las encías. La fractura de un hueso podría ser la causa de otras anomalías relacionadas con la forma de la cara. Tal vez note que la mandíbula o la cara están hinchadas. Debido al impacto de la lesión, los dientes podrían salirse o aflojarse.
Los signos de una dislocación de mandíbula pueden ser diferentes de los signos de una fractura de mandíbula. El dolor es uno de ellos, y podría empeorar al mover la boca o el cuerpo. La mandíbula podría lucir anormal, ya que es posible que sobresalga, al igual que en los casos de sobremordida. Tal vez note que los dientes no están alineados de manera normal y que muerde de una forma extraña. Si la mordida es anormal, es posible que no pueda cerrar completamente la boca, lo cual podría causar babeo, y el habla podría dificultarse.
Para diagnosticar una fractura o dislocación de mandíbula, el médico le realizará una exploración física y una radiografía.
Las lesiones en la mandíbula suelen considerarse emergencias. Mientras espera para recibir atención médica, debe sostener el maxilar inferior para estabilizarlo y mantener las vías respiratorias abiertas.
Una mandíbula dislocada debe manipularse para volver a colocarla en la posición correcta. En algunos casos, el médico puede hacerlo manualmente. Para ello, le suministrarán anestesia local y miorrelajantes para reducir el dolor y relajar los músculos de la mandíbula y así poder manipularlos. En algunos casos, tal vez sea necesario efectuar una intervención quirúrgica para volver a colocar las articulaciones temporomandibulares en la posición normal.
Las fracturas o quebraduras de mandíbula también pueden requerir una intervención quirúrgica como tratamiento; esto dependerá de la gravedad de la lesión. Las fracturas limpias pueden sanarse solas si se inmoviliza la mandíbula. Si se producen varias fracturas y quebraduras con desplazamiento, en cuyo caso una parte del hueso se desplaza hacia un costado, es posible que el paciente deba someterse a una reparación quirúrgica.
Durante la recuperación tras una fractura o dislocación de mandíbula, le vendarán la cabeza o le alambrarán la mandíbula.
Las dislocaciones y fracturas más leves pueden tratarse simplemente con una venda que se coloca alrededor de la cabeza y por debajo de la barbilla para evitar que la mandíbula se abra más de lo debido. Los medicamentos como ibuprofeno (Advil, Motrin) y naproxeno (Aleve) pueden aliviar el dolor y reducir la hinchazón.
Sin embargo, en los casos más graves de fracturas es posible que deba someterse a un alambrado para estimular la recuperación. Los alambres y las bandas elásticas mantienen la mandíbula cerrada y la mordida en el lugar correcto. Durante la recuperación, procure tener un par de tijeras o un alicate para cortar alambre en su hogar. Gracias a estas herramientas, podrá abrir los alambres en caso de vómitos o atragantamiento. Si tuviera que cortar los alambres, debe informárselo de inmediato al proveedor de atención médica para que los reemplace tan pronto como sea posible.
Durante la recuperación de una fractura o dislocación de mandíbula se necesita paciencia. No podrá abrir mucho la mandíbula (o bien, no podrá abrirla directamente) durante al menos seis semanas en el transcurso del tratamiento. El médico le recetará analgésicos y antibióticos para prevenir infecciones. Además, deberá alimentarse solo con líquido durante este período, ya que no podrá masticar alimentos sólidos.
Durante la recuperación tras una fractura o dislocación de mandíbula, deberá seguir un régimen alimentario con alimentos blandos. Si se trata de una dislocación o fractura leve que se sanará sola, deberá evitar el consumo de alimentos crocantes o que deben masticarse. Los productos como las carnes frescas, las frutas y verduras frescas y los bocadillos crocantes podrían ejercer presión y causar dolor en la mandíbula que se está curando. Deberá seguir un régimen alimentario a base de alimentos blandos como carnes enlatadas, pastas bien cocidas y arroz, sopa y fruta enlatada, ya que estos son alimentos fáciles de masticar.
Los regímenes alimentarios para casos de fracturas o alambrado de mandíbula requerirán un cambio incluso más radical en la alimentación. Como no podrá abrir ni cerrar la boca, durante la recuperación tendrá que ingerir la porción diaria de vitaminas y minerales a través de una pajilla. El consumo de la cantidad necesaria de calorías puede ser una inquietud de algunos pacientes con lesiones de mandíbula. Los purés preparados con leche entera o crema permitirán agregar calorías cuando sea necesario. Las frutas pisadas, las verduras y las carnes bien cocidas aportarán las proteínas y demás nutrientes que el organismo necesita para estar saludable. Se recomienda preparar alimentos a base de avena, crema de trigo y otros granos blandos.
En un régimen alimentario saludable cuando el paciente tiene la mandíbula alambrada, hay que comer con más frecuencia de lo que se come normalmente. En lugar de tres o cuatro comidas principales al día, deberá consumir entre seis y ocho minicomidas. Al consumir cantidades pequeñas de alimentos durante el día, podrá alcanzar la cantidad de calorías necesarias. Al comer en porciones más pequeñas y más frecuentes, también podrá probar diferentes sabores, teniendo en cuenta que básicamente beberá ocho licuados al día.
Además, deberá beber más leche y jugo para aumentar la cantidad de calorías y reducir el consumo de agua, café, té y gaseosas dietéticas. Las bebidas sin calorías no le permitirán mantener su peso al seguir un régimen alimentario tan estricto.
Consuma alimentos tibios. Los dientes podrían estar más sensibles de lo normal a causa de la lesión, y las temperaturas extremas podrían provocarle daños. Además, puede incluir alimentos para bebés, que le aportarán las vitaminas necesarias. Rebaje sopas, salsas o alimentos envasados con agua o leche si son demasiado espesos para poder consumirlos a través de una pajilla.
El pronóstico suele ser muy bueno para muchas de las personas que padecen una fractura o dislocación de mandíbula. En la mayoría de los casos, la mandíbula se cura exitosamente y con muy pocos efectos a largo plazo.
Sin embargo, es probable que, luego de la lesión, sufra dolor recurrente en las articulaciones de la mandíbula. Esto es lo que se conoce como trastornos de la articulación temporomandibular o ATM. Las personas que se dislocaron la mandíbula corren más riesgos de volver a sufrir una dislocación en el futuro (National Institutes of Health [Institutos Nacionales de la Salud, NIH], 2011). Para protegerse la mandíbula de futuras lesiones o dolores, sosténgala cuando estornude o bostece.
Escrito por (en Inglés): Erica Roth
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD