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Los riñones son órganos del tamaño de un puño, ubicados debajo de la caja torácica a ambos lados de la columna vertebral. Cumplen varias funciones y la más importante de ellas es filtrar la sangre de desechos, exceso de agua y otras impurezas. Dichos desechos se almacenan en la vejiga y luego se expelen del cuerpo a través de la orina.
Asimismo, los riñones regulan el pH, la sal y los niveles de potasio en el organismo, además de producir las hormonas que regulan la presión arterial y controlan la producción de glóbulos rojos. Los riñones también son responsables de activar una forma de vitamina D que ayuda a la absorción de calcio en el organismo para desarrollar los huesos y modular la función muscular.
La función principal de los riñones es la eliminación de los desechos de la sangre por la orina.
Los riñones son esenciales para tener un cuerpo sano.
La enfermedad renal se presenta cuando una o más afecciones dañan los riñones, impidiendo su funcionamiento adecuado. Esto puede causar problemas médicos, como presión arterial elevada, huesos débiles, daños en los nervios y mala salud nutricional.
Ciertas enfermedades como la diabetes, presión arterial elevada y otras afecciones pueden ocasionar enfermedades renales. Cuando la enfermedad renal empeora, puede hacer que los riñones fallen completamente, para lo que eventualmente será necesaria la diálisis (procedimiento médico) para limpiar la sangre.
Según National Kidney Foundation [Fundación Nacional del Riñón], 26 millones de adultos estadounidenses padecen de enfermedad renal (NKF).
La forma más común de enfermedad renal es la enfermedad renal crónica, ocasionada por la presión arterial elevada. Debido a que los riñones procesan constantemente el riego sanguíneo del cuerpo, están expuestos aproximadamente al 20 % del volumen sanguíneo total por minuto.
La presión arterial elevada es peligrosa para los riñones porque puede causar un incremento de la presión en los glomérulos, que son las unidades funcionales de los riñones. Con el tiempo, dicha presión elevada pone en peligro el sistema de filtración del riñón y la función renal comienza a mermar.
Tarde o temprano, la función renal se deteriorará al extremo en que el riñón ya no podrá desempeñar su labor y será necesario que la persona se someta a diálisis. La diálisis filtra los fluidos y desechos de la sangre, pero no es una solución a largo plazo cuando los riñones dejan de funcionar. Al final, el siguiente paso podría ser un trasplante de riñón, pero será distinto según las circunstancias.
La diabetes también constituye una causa importante de la enfermedad renal crónica. Con el tiempo, la glucosa sanguínea fuera de control daña las unidades funcionales del riñón, dando lugar a insuficiencia renal.
Otro problema renal común son los cálculos renales. Los minerales y otras sustancias en la sangre se cristalizan en los riñones formando partículas sólidas (cálculos) que por lo general salen del cuerpo por la orina. Eliminar los cálculos renales puede ser extremadamente doloroso, pero es poco común que ocasionen problemas significativos.
La glomerulonefritis es la inflamación de los glomérulos, que son unas estructuras microscópicas ubicadas en los riñones que desempeñan en sí la filtración de la sangre. La glomerulonefritis puede deberse a infecciones, fármacos/drogas, anomalías congénitas y enfermedades autoinmunes. Con frecuencia esta afección mejora por sí sola o responde ante medicamentos inmunosupresores.
La enfermedad renal poliquística es un trastorno genético que hace que crezcan dentro y fuera de los riñones múltiples quistes y saquitos redondeados de fluidos. Dichos quistes pueden interferir con la función renal. (Los quistes renales individuales son bastante comunes y casi siempre inocuos; la enfermedad renal poliquística es una afección distinta y más grave).
Las infecciones de las vías urinarias (IVU) son infecciones bacterianas de cualquiera de los componentes del sistema urinario. Las infecciones más comunes son las de la vejiga y la uretra. Pueden tratarse fácilmente y ocasionan pocos efectos a largo plazo. Sin embargo, si no se les trata dichas infecciones podrían propagarse a los riñones y ocasionar una insuficiencia renal. A la infección renal también se le conoce como pielonefritis.
La enfermedad renal es una afección que fácilmente puede pasar desapercibida hasta que los síntomas se tornan graves.
Los siguientes síntomas son las primeras señales de advertencia de que podría tener una enfermedad renal:
Entre los síntomas graves que podría indicar que la enfermedad renal se está tornando en una insuficiencia renal se encuentran los siguientes:
Ciertas personas corren un riesgo mayor de padecer de enfermedad renal. La diabetes es la causa principal de la enfermedad renal -44 % de quienes están en diálisis padecen de insuficiencia renal ocasionada por la diabetes (NKDEP). Otros factores de riesgo son:
Primero el médico determinará si usted es parte de alguno de los grupo de alto riesgo. Luego los médicos tendrán varios métodos alternativos de exámenes que puede realizar para verificar si le están funcionando bien o no los riñones, entre los que se encuentran los siguientes:
Este análisis mide el nivel de la función renal y determina el estadio de la enfermedad renal.
Le ofrecen al médico una imagen clara de los riñones y del tracto urinario. También permite saber si tiene los riñones demasiado pequeños o demasiado grandes y si existe algún tumor o problema estructural.
Esta prueba permite saber qué tipo de enfermedad renal padece y cuánto daño ha ocasionado. Usted estará sedado mientras el médico le extrae un pequeño fragmento de tejido del riñón.
El médico podría ordenar un análisis de orina para detectar la presencia de albúmina. Se trata de una proteína que puede pasar a la orina cuando los riñones están dañados.
La creatinina se vierte a la sangre cuando se descompone la creatina, que es una molécula que se almacena en los músculos. Si el riñón no funciona como es debido, se elevan los niveles de creatinina en la sangre.
El tratamiento de la enfermedad renal se enfoca frecuentemente en controlar la causa subyacente de la misma. Eso significa que el médico le ayudará a manejar mejor la presión arterial, la glucosa sanguínea y los niveles de colesterol.
El médico le recetará ya sea inhibidores ACE (como Zestril, Ramparil o Altace) o ARB (como Avapro y Benicar). Ambos medicamentos para la presión arterial pueden retardar la evolución de la enfermedad renal. Estos medicamentos se recetan frecuentemente para preservar la función renal aunque no tenga elevada la presión arterial.
Podrían tratarlo con medicamentos para el colesterol como Vytorin para reducir los niveles de colesterol en la sangre y mantener la salud renal. Según sus síntomas, el médico también podría recetarle fármacos para reducir la hinchazón y también para tratar anemia o niveles bajos de glóbulos rojos.
Los cambios en el régimen alimenticio son tan importantes como cualquier medicamento que pueda tomar. Esto se debe a que las causas de la enfermedad renal radican casi siempre en enfermedades ocasionadas por el estilo de vida o que pueden prevenirse con un estilo de vida saludable. El médico podría recomendarle lo siguiente:
La diálisis es un método artificial de filtración de la sangre que se usa cuando a alguien le han fallado o están a punto de fallarle los riñones. Muchas personas que padecen de enfermedad renal avanzada deben someterse a diálisis ya sea permanentemente o hasta que encuentren un donante para el trasplante de riñón.
Existen dos tipos de diálisis crónica: hemodiálisis y diálisis peritoneal.
Hemodiálisis
Para la hemodiálisis se bombea la sangre a través de una máquina especial que filtra los desechos y líquidos. La hemodiálisis se hace más comúnmente en tres sesiones por semana -cada una dura de tres a cinco horas- en un hospital, centro de diálisis o en el hogar, pero también puede hacerse en sesiones más cortas y frecuentes.
A la mayoría de los pacientes se les unen quirúrgicamente una vena y una arteria, generalmente en el brazo, varias semanas o meses antes de comenzar la diálisis. Este vaso sanguíneo más grande se denomina fístula y permite acceder rutinariamente a un flujo sanguíneo mayor mediante el acceso a una arteria en lugar de una vena. Con el tiempo, la vena conectada a la arteria comenzará a funcionar más como una arteria y el punto de acceso para la diálisis será eficaz. También puede usarse para el mismo propósito un tubo implantado denominado injerto arteriovenoso si no pueden unirse una vena y una arteria.
Los efectos secundarios más comunes de la hemodiálisis son presión arterial baja, calambres musculares y picazón.
Diálisis peritoneal
Para la diálisis peritoneal, el peritoneo -membrana de vasos sanguíneos que cubre el abdomen- reemplaza a los riñones. Se implanta un tubo y se usa para llenar el abdomen de un líquido llamado dializado. Los desechos del torrente sanguíneo fluyen del peritoneo al dializado, el cual se drena del abdomen.
Existen dos formas de diálisis peritoneal: la diálisis peritoneal ambulatoria continua, en la cual se llena y drena el abdomen varias veces al día, y la diálisis peritoneal automática, en la cual se usa una máquina que recicla el líquido llenando y drenando el abdomen de noche mientras el paciente duerme.
Los efectos secundarios más comunes de la diálisis peritoneal son infecciones en la cavidad abdominal o en el sitio donde el tubo está implantado, aumento de peso y hernia.
Adicionalmente, quienes se someten a cualquier forma de diálisis sufren frecuentemente complicaciones ocasionadas por insuficiencia renal, como anemia, debilitamiento óseo e hinchazón o acumulación de fluidos en el corazón o los pulmones.
En esta afección se depositan proteínas en las articulaciones y tendones, dando lugar a dolor y rigidez en las articulaciones. La amiloidosis asociada a la diálisis es común en quienes han estado en diálisis por cinco o más años
Por lo general la enfermedad renal no desaparece una vez que ya se ha diagnosticado. La mejor manera de mantener la salud renal es tener un estilo de vida saludable y seguir los consejos del médico. La enfermedad renal puede empeorar y finalmente causar insuficiencia renal.
Hay insuficiencia renal cuando los riñones apenas funcionan o no funcionan en absoluto. Esto se trata con diálisis. La diálisis implica el uso de una máquina que filtra los desechos de la sangre. En algunos casos de insuficiencia renal el médico recomendará un trasplante de riñón. Si no se le trata, la insuficiencia renal puede causar la muerte.
No es posible controlar algunos de los factores de riesgo de la enfermedad renal -como edad, raza o antecedentes familiares- pero existen medidas que puede tomar para tratar de evitar la enfermedad renal crónica y los cálculos renales.
Si usted es diabético, contrólese la glucosa sanguínea. Los niveles elevados de glucosa sanguínea dañan los pequeños vasos sanguíneos de los riñones así como del resto del cuerpo.
Mantenga la presión arterial por debajo de 130/80 mm Hg. La presión arterial elevada también daña dichos delicados vasos sanguíneos renales.
El consumo excesivo de sodio/sal eleva la presión arterial. La presión arterial provoca la enfermedad renal.
Una de las muchas consecuencias del tabaquismo es el daño renal.
Siga las instrucciones sobre las dosis de los medicamentos de venta libre. El consumo excesivo de aspirina, paracetamol o ibuprofeno puede ocasionar daños renales. Consulte al médico si las dosis normales de estos medicamentos no surten efecto.
Consulte al médico sobre análisis de sangre para detectar problemas renales. Por lo general los problemas renales no generan síntomas hasta que ya han avanzado bastante. El panel metabólico básico (BMP) es un análisis de sangre estándar que se ordena frecuentemente como parte de los exámenes médicos o exploraciones físicas de rutina. Parte del objetivo del BMP es detectar la creatinina o los derivados químicos de la urea que se vuelcan a la sangre cuando los riñones no funcionan adecuadamente. El BMP puede detectar problemas desde el principio, cuando es más fácil tratarlos. Si usted es diabético o tiene problemas del corazón, presión arterial elevada u otros factores de riesgo de la enfermedad renal, debería hacerse análisis anualmente.
La deshidratación puede dañar los riñones. Además, tomar agua generar micciones frecuentes, lo cual ayuda a expeler los cálculos renales antes de que crezcan lo suficiente como para ocasionar dolor severo al eliminarlos.
Hay distintas sustancias químicas en la dieta que pueden contribuir a ciertos tipos de cálculos renales. Entre ellos se encuentran los siguientes:
Por lo general no debería evitar estas comidas completamente, ya que muchas de ellas son ricas en vitaminas y nutrientes beneficiosos. Si ha tenido cálculos renales, el médico puede analizar su tipo de cálculo particular y ofrecerle consejos para que ajuste su régimen alimenticio.
Consulte al médico antes de tomar cualquier tipo de suplemento de calcio. Los suplementos de calcio se han asociado a un aumento del riesgo de tener cálculos renales, aunque es más importante reducir el consumo de ácido oxálico y aumentar el consumo de ácido cítrico en la dieta para reducir la incidencia de cálculos renales que reducir los cálculos cálcicos.
Si va a consultar al médico debido a alguna afección renal, es importante que le haga las siguientes cinco preguntas.
Quienes han tenido un cálculo renal corren un mayor riesgo de tener otro. Si elimina un cálculo renal por la orina, trate de recolectarlo con un colador para que el médico pueda analizar el tipo de producto químico que contiene. Según el tipo de cálculo, podría ser necesario que cambie su régimen alimenticio, tome grandes cantidades de agua o tome medicamentos específicos.
La enfermedad renal poliquística es un trastorno genético que se presenta de dos formas: autosómica dominante, la cual es responsable de aproximadamente el 90 % de los casos, y autosómica recesiva. Si usted padece la forma dominante, sus hijos tienen un 50 % de probabilidades de padecer la enfermedad ya sea que el otro padre la padezca o no. Si tiene la forma recesiva, sus hijos no padecerán la enfermedad a menos que ambos padres la tengan y aún así solamente hay una probabilidad del 25 %. Un sencillo análisis genético puede determinar cuál forma padece.
La mayoría de las enfermedades renales empeoran progresivamente y finalmente causan insuficiencia renal, para lo que es necesario hacer diálisis o un trasplante. Para la diálisis es necesario hacer cambios radicales en el estilo de vida, de modo que es útil que planifique para tal eventualidad. La mayoría de quienes padecen de insuficiencia renal comienzan la diálisis cuando los riñones han perdido del 85 al 90 % de su capacidad para funcionar.
Antes de que pueda comenzar a buscar un donante de riñón, tiene que someterse a una serie de exámenes para determinar si es viable que reciba un trasplante. Los médicos le harán exámenes del corazón, los pulmones y otros órganos para asegurarse de que su organismo puede tolerar un trasplante, y también evaluarán su salud mental.
Los mejores candidatos para donar un riñón son los familiares cercanos, lo cual significa que si tiene algún familiar que padezca de insuficiencia renal, le podrían pedir que done uno de sus riñones. Es posible llevar una vida completamente normal con un solo riñón y los donantes no corren un riesgo mayor de padecer alguna enfermedad renal ni de tener una esperanza de vida menor que otros adultos sanos. Sin embargo, al igual que con cualquier cirugía, existen riesgos asociados a la intervención quirúrgica en sí para extraer el riñón. Antes de que le permitan donar un riñón, le evaluarán la salud para garantizar que su organismo puede tolerar el proceso.
Escrito por (en Inglés): Shannon Johnson
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD