Join AARP
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
Your email address is now confirmed.
You'll start receiving the latest news, benefits, events, and programs related to AARP's mission to empower people to choose how they live as they age.
You can also manage your communication preferences by updating your account at anytime. You will be asked to register or log in.
In the next 24 hours, you will receive an email to confirm your subscription to receive emails related to AARP volunteering. Once you confirm that subscription, you will regularly receive communications related to AARP volunteering. In the meantime, please feel free to search for ways to make a difference in your community at www.aarp.org/volunteer
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
Esquizofrenia es el término común para describir un grupo de trastornos psiquiátricos graves denominados trastornos esquizofrénicos. Aunque solamente atacan aproximadamente al 1 % de la población, estos trastornos son tan incapacitantes que se les considera entre las enfermedades psiquiátricas más importantes.
Los trastornos esquizofrénicos se caracterizan generalmente por alucinaciones y delirios. A los expertos les ha costado llegar a un acuerdo sobre las definiciones y términos precisos para los distintos trastornos, pero la mayoría coincide en que los trastornos esquizofrénicos pueden asignarse a dos categorías diferentes: buen pronóstico y mal pronóstico evolutivo. Se cree que los casos de buen pronóstico son más comunes que aquellos de mal pronóstico.
La enfermedad se presenta con buen pronóstico evolutivo (resultado anticipado) en las siguientes formas:
Los casos con mal pronóstico evolutivo son:
La mayoría de las formas de la esquizofrenia se caracterizan por al menos episodios intermitentes de alucinaciones y delirios, a pesar de la ausencia de defectos físicos mayores en el sistema sensorial pertinente. Las alucinaciones auditivas (oír voces, por ejemplo) tienden a ser las más comunes, aunque también son comunes las alucinaciones visuales. Con menor frecuencia, los pacientes sufren alucinaciones olfativas (generalmente olores desagradables) y hasta sensaciones táctiles imaginarias (insectos moviéndose por encima o por debajo de la piel son un ejemplo clásico).
Durante el curso de la enfermedad también podrían aparecer cambios de humor y otros síntomas afectivos, como incapacidad para dormir, pérdida de peso, pérdida del apetito (anorexia), pensamientos suicidas y depresión.
Entre otros síntomas se podrían encontrar comportamiento extraño o inapropiado o raro, incapacidad para asociar ideas lógicamente y episodios de paranoia. El comportamiento físico podría degenerar a un estado disfuncional denominado catatonia. Aunque los medios la representan frecuentemente como una especie de coma despierto, la catatonia podría suponer episodios de gran excitación o profunda confusión y usualmente conlleva rigidez muscular y estupor aparente.
Los hombres tienen mayores probabilidades que las mujeres de resultar afectados a una edad más temprana -con frecuencia al principio de la adultez- y sus prognosis tienden a ser peores. Aparentemente existe un componente genético en algunos casos, llegando a haber una gran predisposición entre algunos individuos de familias con antecedentes de dicho trastorno. Pero todavía se desconoce quién sucumbirá a la enfermedad o precisamente qué la podría desencadenar.
Se ha utilizado terapia electro convulsiva (ECT), algunas veces llamada tratamiento de choque y a mediados del siglo XX comenzaron a usarse medicamentos tranquilizantes antipsicóticos como fenotiazina (por ej: Torazina) y más recientemente una nueva generación de medicamentos (conocidos como antisicóticos atípicos; por ej: Geodon, Zyprexa), que tienden a tener menos efectos secundarios que los medicamentos más antiguos.
Escrito por (en Inglés): Dale Kiefer
Revisado médicamente (en Inglés)
: Jennifer Monti, MD, MPH