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La granulocitopenia es una afección poco frecuente que se manifiesta cuando la médula ósea produce una cantidad insuficiente de neutrófilos, los glóbulos blancos necesarios para combatir las infecciones. La mayor parte de los glóbulos blancos son neutrófilos, los cuales constituyen una parte fundamental del sistema inmunitario. Por lo general, son los primeros inmunocitos en llegar al lugar de cualquier infección, donde consumen y destruyen a los invasores nocivos, como las bacterias.
Debido a la granulocitopenia, una infección menor puede convertirse en una infección grave. Los microbios o microorganismos débiles que en circunstancias normales no suelen ser dañinos pueden fortalecerse lo suficiente como para atacar el organismo.
La afección puede ser congénita, lo que significa que uno nace con ella, o puede adquirirse a causa de determinados medicamentos o intervenciones médicas.
Las formas adquiridas de granulocitopenia pueden ser causadas por lo siguiente:
Las mujeres son más propensas a sufrir esta enfermedad. Si bien puede manifestarse a cualquier edad, las formas heredadas de la afección son más frecuentes en niños. La granulocitopenia adquirida afecta con más frecuencia a las personas mayores.
Entre los primeros síntomas de esta afección, se incluyen fiebre repentina, escalofríos, dolor de garganta y debilidad en las extremidades. Las úlceras en la boca y el sangrado de las encías pueden producir dolor.
Entre otros signos, se incluyen los siguientes:
Para conocer sus antecedentes médicos en mayor detalle, el médico le hará preguntas acerca de tratamientos farmacológicos y enfermedades recientes. Es necesario hacer análisis de sangre y orina para determinar si hay infección y realizar un recuento de glóbulos blancos. Si se piensa en un problema relacionado con la médula ósea, posiblemente se extraiga una muestra de médula ósea.
Será necesario realizar pruebas genéticas para determinar si se trata de una forma hereditaria de granulocitopenia. Además, también puede ser necesario realizar pruebas para identificar posibles trastornos autoinmunitarios.
Si la granulocitopenia ha sido originada por una enfermedad subyacente, primero deberá tratarse la enfermedad en cuestión.
Si ha sido causada por un medicamento necesario para el tratamiento de otra afección, se ofrecerá un tratamiento alternativo. Es posible que las personas que toman varios medicamentos diferentes deban dejar de hacerlo, ya que probablemente esta sea la única manera de averiguar cuál de ellos ocasiona el problema.
Pueden indicarse antibióticos o antimicóticos para tratar cualquier infección.
En algunas personas, como los pacientes que padecen granulocitopenia adquirida como resultado de la quimioterapia, puede utilizarse un tratamiento denominado factor estimulante de colonias. A través de este tratamiento, se estimula la médula ósea para que produzca más neutrófilos y puede usarse junto con los ciclos de la quimioterapia.
Si bien su uso no es tan generalizado, la transfusión de neutrófilos puede ser el mejor tratamiento.
Sin tratamiento, la granulocitopenia puede provocar la muerte por infección. Sin embargo, si recibe un tratamiento adecuado de manera oportuna, el pronóstico es alentador. En las personas que manifiestan granulocitopenia después de una infección vírica, la afección suele desaparecer de manera espontánea y el pronóstico suele ser bueno.
Solo puede prevenirse si no se toman los medicamentos que pueden causarla. No obstante, en caso de que el paciente deba tomar un medicamento que desencadene la afección, deberá someterse a análisis de sangre regulares para controlar los niveles de neutrófilos. Si se detecta una reducción en el recuento de neutrófilos, deberá interrumpirse el tratamiento con ese medicamento.
Escrito por (en Inglés): Helen Colledge and Matthew Solan
Revisado médicamente (en Inglés)
: Brenda B. Spriggs, MD, MPH, FACP