Join AARP
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
Your email address is now confirmed.
You'll start receiving the latest news, benefits, events, and programs related to AARP's mission to empower people to choose how they live as they age.
You can also manage your communication preferences by updating your account at anytime. You will be asked to register or log in.
In the next 24 hours, you will receive an email to confirm your subscription to receive emails related to AARP volunteering. Once you confirm that subscription, you will regularly receive communications related to AARP volunteering. In the meantime, please feel free to search for ways to make a difference in your community at www.aarp.org/volunteer
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
Un hematoma subdural es una acumulación de sangre en la superficie del cerebro, por debajo del cráneo. Los hematomas subdurales pueden ser mortales y suelen desencadenarse como consecuencia de un traumatismo craneal.
Existen dos tipos de hematoma subdural: agudo y crónico. El primero suele ser el resultado de un traumatismo craneal grave.
Los hematomas subdurales crónicos se producen a causa de un traumatismo craneal menor. Los coágulos de sangre en la superficie del cerebro se conocen como hematomas subdurales.
Según el Departamento de Neurocirugía de la UCLA, aproximadamente del 20 al 30 por ciento de los pacientes recuperan la función cerebral plena o parcial después de un hematoma subdural (UCLA).
Se produce cuando se rompe una vena entre el cráneo y la superficie cerebral. Cuando una persona sufre un traumatismo craneal importante, esta área puede llenarse de sangre y desencadenar síntomas mortales. Esto se conoce como hematoma subdural agudo. Es la forma más peligrosa de este tipo de afección.
Los hematomas subdurales agudos pueden ser consecuencia de los siguientes factores:
Este tipo de hematomas se forman rápidamente y los síntomas se manifiestan de inmediato.
Los hematomas subdurales crónicos son provocados por traumatismos craneales leves o reiterados y son frecuentes en personas mayores que se caen con asiduidad y se lesionan la cabeza. Los síntomas de los hematomas subdurales crónicos no se manifiestan inmediatamente y es posible que no se noten en varias semanas.
Este tipo de hematomas son más fáciles de tratar que los agudos. Aun así, pueden suponer complicaciones mortales. Algunos hematomas subdurales crónicos se producen sin causa aparente.
Los hematomas subdurales agudos desencadenan síntomas de inmediato, pero la forma crónica puede no manifestar síntomas en absoluto.
Entre los síntomas comunes de un hematoma subdural se encuentran los siguientes:
Estos síntomas son graves. Si presenta dificultad para hablar, entumecimiento, cefaleas intensas, debilidad o problemas de la vista, debe consultar al médico de inmediato.
Pueden utilizarse pruebas de diagnóstico por imágenes, como una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM) para diagnosticarlo. Este tipo de pruebas brindan una imagen detallada del cerebro, el cráneo, las venas y los vasos sanguíneos. También pueden revelar si hay sangre acumulada en el cerebro.
Es posible que le realicen análisis de sangre para comprobar los niveles de células sanguíneas. El hemograma completo mide los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. Si el nivel de glóbulos rojos es bajo, es posible que indique una pérdida de sangre.
El médico también puede realizarle una exploración física para controlar la frecuencia cardíaca y la presión arterial a fin de comprobar si existe hemorragia interna.
Si es agudo, solo puede tratarse en una sala de emergencias. El cerebro puede hincharse a causa del traumatismo craneal y así provocar un aumento de la presión en la cabeza (presión intracraneal). Si se acumula presión en el cerebro, es posible que el cirujano la alivie realizando una perforación pequeña en el cráneo.
Puede realizarse una intervención quirúrgica denominada craniectomía para quitar un hematoma grande. Este procedimiento se usa normalmente para tratar los hematomas subdurales agudos y consiste en extirpar una parte de cráneo para evacuar el coágulo o hematoma, que se extrae por succión e irrigación.
Asimismo, es posible utilizar un orificio de trepanación para drenar los hematomas de menor calibre. Primero, el cirujano abre un orificio pequeño en el cráneo y luego coloca un tubo de goma para que la sangre drene a través del orificio.
El médico podrá recetarle anticonvulsivos para tratar o prevenir las convulsiones que puedan originarse como consecuencia del hematoma subdural. También le indicará medicamentos para tratar el traumatismo craneal. Suelen recetarse, además, corticoesteroides para reducir la inflamación cerebral.
Las complicaciones de los hematomas subdurales pueden presentarse poco tiempo después del traumatismo o, incluso, una vez que la lesión ha sido tratada.
Entre las complicaciones, pueden incluirse las siguientes:
El alcance de las complicaciones dependerá de la gravedad del traumatismo craneal que el paciente ha sufrido.
El grado de recuperación depende del tipo de traumatismo craneal y de su ubicación. El pronóstico para quienes presentan hematomas subdurales crónicos es bueno.
Los pacientes con hematoma subdural agudo no tienen un pronóstico favorable. Según el Departamento de Neurocirugía de la UCLA, alrededor del 50 al 90 por ciento de quienes padecen hematomas subdurales agudos mueren a causa de la afección o de las complicaciones que trae aparejadas (UCLA). Quienes se recuperan, pueden tener convulsiones aun después de que se haya extraído el hematoma subdural.
Escrito por (en Inglés): April Kahn
Revisado médicamente (en Inglés)
: Peter Rudd, MD