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La incontinencia urinaria de esfuerzo femenina hace referencia a la liberación involuntaria de orina durante cualquier actividad física en la cual se ejerza presión sobre la vejiga. Esta afección, que puede avergonzar a las mujeres que la padecen, se diferencia de la incontinencia general en que solo se produce cuando se hace un esfuerzo físico directo. Entre las actividades que ejercen presión sobre la vejiga, se incluyen toser, estornudar, reírse, levantar objetos pesados o flexionar el torso hacia adelante. Esta afección afecta exclusivamente a las mujeres, muchas de las cuales comienzan a manifestar los síntomas después de que los músculos se han debilitado a raíz de un parto vaginal, después de la menopausia o durante el embarazo.
La incontinencia urinaria de esfuerzo puede presentarse a cualquier edad. Los riesgos de padecerla aumentan con el embarazo y la edad. Es el tipo de incontinencia urinaria más frecuente en las mujeres.
La incontinencia urinaria de esfuerzo femenina se produce cuando los músculos pélvicos que controlan la micción y soportan el peso de la vejiga se debilitan. Estos músculos pueden debilitarse a medida que la mujer envejece. Por lo general, el debilitamiento se produce después de la menopausia debido a la disminución de los niveles de estrógeno. Los partos vaginales, las cirugías pélvicas y las lesiones en la uretra también pueden debilitar los músculos.
Existen determinados factores que pueden agravar los síntomas y aumentar el riesgo de padecer incontinencia urinaria de esfuerzo femenina.
Los siguientes alimentos y bebidas pueden empeorar la incontinencia urinaria de esfuerzo:
Los siguientes factores relativos a la salud pueden empeorar la incontinencia urinaria de esfuerzo:
Por lo general, la incontinencia urinaria de esfuerzo femenina puede tratarse. Sin embargo, muchas mujeres no buscan tratamiento. Según la Agency for Healthcare Research and Quality [Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención Médica, AHRQ], más del 50 por ciento de las mujeres no buscan tratamiento para corregir la incontinencia urinaria de esfuerzo que las afecta (AHRQ).
No deje que la vergüenza le impida recibir tratamiento. La incontinencia urinaria de esfuerzo femenina es una afección frecuente y lo más probable es que el médico haya atendido a muchas mujeres con el mismo problema.
Para efectuar el diagnóstico, el médico posiblemente le realice un tacto vaginal, además de una o más de las siguientes pruebas:
Existen varios tipos de tratamientos disponibles. Entre las opciones de tratamiento, se incluyen cambios en el estilo de vida, medicamentos, tratamientos no quirúrgicos e intervenciones quirúrgicas.
Vaya regularmente al baño para reducir las probabilidades de tener goteos de orina. Posiblemente le recomienden beber menos líquido y evitar determinadas actividades, como saltar y correr. Si tiene sobrepeso, perder peso puede reducir la presión sobre el estómago y la vejiga. El médico puede ayudarla a elaborar un plan para adelgazar.
Probablemente le receten medicamentos que reducen las contracciones de la vejiga, entre ellos, Atrovent, Cogentin y Spiriva. También es posible que le indiquen medicamentos para controlar la hiperactividad de la vejiga, como Vesicare, Enablex u Oxytrol.
Los ejercicios de Kegel fortalecen los músculos pélvicos. Para hacerlos, debe contraer los músculos que usa para detener el flujo de orina. El médico le mostrará cómo hacerlos de manera correcta. Si los hace regularmente, los ejercicios de Kegel pueden fortalecer los músculos y permitirle controlar el goteo de orina.
La biorretroalimentación es un tipo de terapia que se utiliza cuando la mujer no logra hacer los ejercicios de Kegel. En esta terapia, se coloca una serie de sensores pequeños en el interior o cerca de la vagina. Luego, el médico le pide a la paciente que intente hacer los ejercicios de Kegel. Los sensores registran los movimientos musculares para ayudarla a identificar si está usando los músculos correctos.
Un pesario vaginal es un anillo pequeño que se coloca en el interior de la vagina para sostener la vejiga y comprimir la uretra. El médico le colocará un pesario vaginal de un tamaño adecuado para su cuerpo y le mostrará cómo retirarlo para higienizarlo.
Si los demás tratamientos son ineficaces, es posible que el médico le recomiende una intervención quirúrgica, entre las que se incluyen las siguientes:
Hacer ejercicios de Kegel tanto durante el embarazo como después del parto puede reducir las probabilidades de sufrir incontinencia urinaria de esfuerzo.
Si bien los cambios en el estilo de vida, los medicamentos y los tratamientos no quirúrgicos no suelen corregir la incontinencia de esfuerzo, sirven para reducir o prevenir los síntomas. Sin embargo, según el NYU Langone Medical Center [Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York], la intervención quirúrgica soluciona la incontinencia urinaria de esfuerzo en hasta el 80 por ciento de los casos (NYU).
Escrito por (en Inglés): Rose Kivi
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD