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Los anquilostomas son parásitos, lo cual significa que viven de otros seres vivos. La presencia de anquilostomas afecta los pulmones y el intestino delgado. Los seres humanos contraen anquilostomas a través de los huevos y las larvas de los nematodos que se encuentran en la suciedad contaminada con heces.
Según los Centers for Disease Control and Prevention [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC], las infecciones por anquilostoma afectan a aproximadamente 576 a 740 millones de personas en todo el mundo (CDC, 2010). Quienes viven en países en vías de desarrollo, en las regiones tropicales y subtropicales son más propensos a contraer estas infecciones debido a la escasa higiene. Estas infecciones no son frecuentes en los Estados Unidos.
Estas infecciones se producen como consecuencia de los parásitos nematodos, denominados anquilostomas. El anquilostoma Necator americanus es el que causa estas infecciones con mayor frecuencia en los Estados Unidos. El otro tipo de anquilostoma que provoca infecciones en los seres humanos es el denominado Ancylostoma duodenale. Existen otros dos tipos de anquilostomas, pero afectan especialmente a los animales.
Los huevos de estos anquilostomas se eliminan con las heces y terminan en el suelo. Luego, se transforman en larvas y permanecen en el suelo hasta que ingresan al organismo del ser humano a través de la piel.
Si usted tiene contacto con suelo que contiene huevos o larvas, puede contraer la infección. Las larvas ingresan por la piel, llegan al torrente sanguíneo y se dirigen a los pulmones. También se dirigen a la tráquea y se desplazan hacia el intestino delgado al tragar. Una vez desarrollados, los parásitos pueden permanecer en el intestino delgado durante un año o más antes de que sean eliminados a través de las heces.
Las personas que viven en áreas cálidas y con escasa higiene corren un riesgo mayor de contraer infecciones por anquilostoma.
Las infecciones por anquilostoma pueden afectar a las mascotas, especialmente a los cachorros de perros y gatos. Si su mascota está infectada, usted puede contagiarse indirectamente, es decir, no se contagiará por acariciarla. Los huevos se eliminan a través de las heces de la mascota y se convierten en larvas. Los huevos y las larvas permanecen en el suelo, donde defeca la mascota. Usted puede contagiarse si toca tierra contaminada con las manos o está descalzo. También puede contagiarse si ingiere tierra contaminada por accidente.
Para reducir el riesgo, asegúrese de que sus mascotas reciban las vacunas y los antiparasitarios correspondientes. Además, debe evitar caminar descalzo en áreas en las que defecan las mascotas. Esto es especialmente importante si tiene contacto con heces de mascotas que padecen afecciones desconocidas, como las heces de los parques.
Si su estado de salud es bueno y consume alimentos con mucho hierro, quizás no presente ningún síntoma.
Si los manifiesta, suelen comenzar con picazón y una erupción cutánea leve producto de una reacción alérgica debido al ingreso de las larvas a través de la piel. Estos síntomas suelen traer aparejada diarrea como consecuencia del desarrollo de los anquilostomas en los intestinos. Entre los demás síntomas, se incluyen los siguientes:
Si usted tiene una infección por anquilostoma que se prolonga, puede presentar anemia. La anemia se caracteriza por la presencia de niveles bajos de glóbulos rojos, lo cual puede provocar insuficiencia cardíaca en casos graves. La anemia se produce porque los anquilostomas se alimentan de la sangre. Si usted no se alimenta de manera adecuada, está embarazada o tiene malaria, el riesgo de tener una anemia grave es mayor.
Entre las demás complicaciones que pueden producirse como consecuencia de este tipo de infección, se encuentran las carencias alimenticias y una afección conocida como ascitis, que se produce por la pérdida grave de proteínas y ocasiona la acumulación de líquido en el abdomen.
Los niños que presentan infecciones por anquilostoma frecuentes pueden tener un crecimiento y un desarrollo mental lentos producto de la pérdida excesiva de hierro y proteínas.
El tratamiento tiene el objetivo de eliminar los parásitos, mejorar la alimentación y tratar las complicaciones de la anemia. El médico le recetará medicamentos para matar los parásitos, como albendazol y mebendazol, que generalmente deben tomarse durante entre uno y tres días.
Si usted tiene anemia, es posible que el médico también le recete un suplemento de hierro. Además, tratará cualquier carencia alimenticia que presente. Si tiene ascitis, deberá incorporar proteínas en el régimen alimentario.
Para disminuir el riesgo de infectarse por anquilostomas, evite caminar descalzo, especialmente en áreas donde el suelo podría tener heces.
En áreas donde las infecciones por anquilostoma son frecuentes, mejorar la higiene puede reducir la cantidad de infecciones. Esto incluye usar mejores sistemas de eliminación de aguas servidas y reducir la defecación humana en los espacios externos.
Algunos países en vías de desarrollo cuentan con tratamientos preventivos, los cuales incluyen a los grupos de personas que presentan un riesgo mayor de contraer infecciones. Dentro de estos grupos, se encuentran los siguientes:
Escrito por (en Inglés): Amanda Delgado
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD