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Tomar la decisión de cambiar su régimen alimenticio y adelgazar requiere coraje, dedicación, tiempo y esfuerzo, pero ciertamente puede hacerse.
Antes de embarcarse en un plan para adelgazar, sería prudente que consulte al médico, especialmente si tiene algún problema de salud grave relacionado con el exceso de peso. También es aconsejable buscar la ayuda de expertos, amigos y familiares para que le den su apoyo. Además de darle confianza, le alentarán cuando encuentre obstáculos y le ofrecerán nuevas perspectivas para encontrar soluciones.
La infinidad de opciones para adelgazar puede resultar abrumadora. Ya sea que recurra a una revista, la clínica de un hospital, una organización o un libro que le prestó alguien, investigue bien el plan para adelgazar. Una vez que haya seleccionado sus opciones, hágase las siguientes preguntas:
Tendrá más probabilidades de alcanzar el éxito si selecciona un plan que sea posible llevar a cabo. Por ejemplo, si le encanta la pasta y el pan, un régimen alimentario con bajos carbohidratos será un fracaso. Atender un trabajo de tiempo completo y tres hijos tal vez la deje sin tiempo para asistir a las sesiones semanales para pesarse. Pero no se preocupe: Sí hay un plan que es adecuado para usted.
En algunos planes, como los de limpieza, se pide que las personas cumplan con límites extremadamente estrictos en cuanto a la cantidad de calorías. Pero demasiadas pocas calorías la dejarán exhausta y sin voluntad de continuar. Eso sin mencionar el hecho de que su organismo sentirá que está pasando hambre y por eso tratará de conservar las pocas calorías que consuma. Muchas personas han alcanzado el éxito con la Regla de las 500, que consiste en que restar 500 calorías al día permite rebajar casi medio kilo por semana (medio kilo equivale a 3.500 calorías). Pero para algunas personas, particularmente las que son muy activas, eliminar 500 calorías podría ser demasiado dificultoso. Además, esa cifra aproximada no tiene en cuenta el sexo, el nivel de actividad ni la masa muscular (el músculo con poca grasa y una actividad elevada aumentan la demanda de calorías, al igual que ser hombre, porque los hombres naturalmente tienen más masa muscular y menos tejido adiposo que las mujeres). Consulte al médico o al nutricionista; estos profesionales podrían sugerirle un camino más personalizado para reducir la cantidad de calorías.
A pesar de las enormes cantidades de peso que se ve que se pierden en los programas reality, una meta segura y alcanzable es rebajar 450 a 900 gramos por semana. Cuando se adelgaza a un ritmo más lento pero constante, es más probable que ese peso no se recupere.
En una dieta sensata para adelgazar hay abundancia de verduras y frutas, granos integrales, proteínas sin grasa, productos lácteos sin grasa o con bajo contenido de grasa, grasas saludables y a veces un bocadillo. Mire lo que recomienda comer el plan a lo largo de la semana y pregúntese: ¿Puedo hacerlo? ¿Me gustará comer esos alimentos, no solo por una semana o un mes, sino por el resto de mi vida? También se le pedirá que tome agua en abundancia. En la actualidad, muchos expertos dicen que no es necesario tomar 8 vasos de 8 onzas (240 mL) de agua al día. En su lugar, tome suficiente agua como para producir una orina de color pálido, que apenas no sea incolora. Eso le indicará que tiene el organismo bien hidratado.
Si un plan dice que un alimento o grupo de alimentos está prohibido, probablemente será demasiado difícil cumplirlo por períodos prolongados. Eso significa que, tan pronto como vuelva a comer ese alimento, recuperará el peso perdido. De modo similar, una persona no puede vivir alimentándose exclusivamente con sopa de repollo.
Desconfíe de los planes que parecen demasiado buenos para ser verdad y prometen que adelgazará sin ejercicio. Cualquier buen plan requiere que se aumente la actividad física. Además de quemar calorías, hacer ejercicio beneficia la salud de muchas formas: Mejora el humor, eleva las lipoproteínas de alta densidad que corresponden al colesterol bueno y disminuye drásticamente el riesgo de sufrir diversas enfermedades crónicas, como enfermedades del corazón, osteoporosis, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.
Asegúrese de poder pagar el plan y verifique que no tenga costos ocultos. Por ejemplo, algunos programas exigen que compre las comidas congeladas de la compañía, en tanto que otros le enseñan a comprar comida por su cuenta. Si un plan le exige que compre los suplementos de la compañía, busque otro plan.
Escrito por (en Inglés): Leslie Goldman, MPH