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La insuficiencia de la válvula aórtica (IVA), también denominada insuficiencia aórtica o insuficiencia valvular aórtica, es una afección que indica un daño en la válvula aórtica. Afecta a una de cada 10.000 personas de entre 30 y 60 años y es más frecuente en los hombres. Para entender mejor esta enfermedad, es importante comprender primero el funcionamiento de la válvula aórtica.
La válvula aórtica es la última válvula que atraviesa la sangre al salir del corazón, cargada de oxígeno limpio y nutrientes para distribuir por el resto del organismo. ¿Qué sucede cuando la válvula no funciona correctamente?
Cuando la válvula aórtica no se cierra por completo, parte de la sangre circula en dirección contraria en lugar de dirigirse hacia la aorta y, a través de ella, al resto del organismo. Esto significa que el ventrículo izquierdo nunca termina de vaciarse de sangre antes del próximo ingreso de sangre proveniente de la aurícula izquierda.
Como resultado, el ventrículo izquierdo debe expandir su capacidad normal y hacer lugar para la sangre sobrante y la que ingresa. Al mismo tiempo, el miocardio debe hacer un sobreesfuerzo para bombear la sangre hacia la aorta. Este sobreesfuerzo tensiona al miocardio y eleva la presión arterial.
A pesar de este gran esfuerzo, el corazón no logra bombear suficiente sangre para mantener el organismo debidamente oxigenado. Es por ello que el paciente se siente cansado y se queda fácilmente sin aliento. Con el tiempo, estas circunstancias comienzan a hacer estragos en el corazón y en la salud en general.
En el pasado, la fiebre reumática era una causa frecuente de daño en las válvulas cardíacas. Actualmente, conocemos muchas otras causas, entre ellas:
Una persona puede padecer insuficiencia de la válvula aórtica y no manifestar síntomas visibles durante varios años. A medida que la enfermedad avanza, los síntomas pueden aparecer de manera repentina, por ejemplo:
Entre las pruebas para diagnosticar la insuficiencia aórtica, generalmente se incluyen una exploración física que se realiza en el consultorio, pruebas de diagnóstico por imágenes y un cateterismo cardíaco.
El médico indagará sobre los antecedentes médicos, le escuchará el corazón, le tomará el pulso, le medirá la presión arterial y buscará indicios de problemas en las válvulas cardíacas, tales como los siguientes:
Después de la exploración inicial, posiblemente deba someterse a otras pruebas de diagnóstico, entre ellas:
Con estas pruebas, el médico puede confirmar el diagnóstico, determinar la magnitud del daño y definir el tratamiento más conveniente.
En casos leves, es posible que el médico simplemente recomiende controlar el corazón de manera regular y mejorar algunos hábitos para que este músculo no se esfuerce tanto. Existen determinadas actividades que permiten reducir la presión arterial y las probabilidades de sufrir complicaciones, como perder peso, hacer actividad física y adoptar un régimen alimentario saludable.
En casos más avanzados de insuficiencia aórtica, es posible que se deba recurrir a una intervención quirúrgica para reparar o reemplazar la válvula aórtica. Dos de los tipos de cirugía de la válvula aórtica son la reparación de la válvula (valvuloplastia) y el reemplazo de la válvula. Para reemplazar una válvula dañada, puede usarse una válvula mecánica o la válvula de un cerdo, una vaca o un donante humano cadavérico.
En ambos casos, es posible que deba realizarse una intervención a corazón abierto, lo que supone un tiempo de recuperación bastante prolongado. En algunos casos, la intervención puede realizarse endoscópicamente (mediante una sonda que se introduce en el cuerpo), lo que reduce el tiempo de recuperación de manera considerable.
Después de una reparación de la válvula aórtica, el pronóstico generalmente es favorable. Sin embargo, deberá estar siempre atento y responder de inmediato ante cualquier tipo de infección para evitar que se propague al corazón.
Tanto las enfermedades dentales como la amigdalitis estreptocócica pueden provocar infecciones cardíacas. Por lo tanto, es importante mantener buenos hábitos de higiene bucal y obtener asistencia médica de inmediato si presenta algún problema dental o dolor de garganta intenso.
Escrito por (en Inglés): Janet Barwell and Matthew Solan
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD