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Las arterias carótidas, que se encuentran a ambos lados del cuello, suministran la sangre rica en oxígeno que el cerebro necesita para funcionar correctamente. Sin este flujo sanguíneo, las células cerebrales se morirían. Esto se denomina accidente cerebrovascular y puede ocasionar deficiencias físicas y mentales temporales o permanentes, aunque también puede ser mortal.
Si padece la enfermedad de las arterias carótidas, una sustancia llamada placa se acumula en la vía a través de la cual debe pasar la sangre, lo cual restringe su flujo. Si los depósitos de placa (que se componen de sustancias tales como grasas y colesterol) son significativos, pueden interrumpir el flujo sanguíneo hacia el cerebro y producir un accidente cerebrovascular.
Una manera de eliminar cualquier obstrucción en el flujo normal de sangre y reducir al mínimo el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular es realizar una intervención denominada endoarteriectomía de carótida (CEA), también conocida como intervención de las arterias carótidas.
El médico puede recomendarle una CEA si cumple con ciertos criterios, como los siguientes:
Las obstrucciones de la arteria carótida pueden interrumpir el flujo sanguíneo hacia el cerebro y ocasionar un accidente cerebrovascular. Estas obstrucciones pueden producirse por la placa o por un coágulo que haya tapado la arteria. Al realizar una CEA, el médico intenta mantener el flujo sanguíneo hacia el cerebro a fin de prevenir accidentes cerebrovasculares.
La intervención de las arterias carótidas también ayuda a prevenir un accidente isquémico transitorio (AIT), el cual tiene los síntomas del accidente cerebrovascular (como adormecimiento, dificultades en el habla o la visión y problemas para caminar), pero dura poco tiempo. Según el National Institute of Neurological Disorders and Stroke [Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidente Cerebrovascular, NINDS], los síntomas de un AIT generalmente desaparecen durante el transcurso de una hora (NINDS). Al igual que un accidente cerebrovascular, el AIT se produce por una obstrucción temporal del flujo sanguíneo hacia el cerebro.
Los días anteriores a la intervención, es posible que el médico quiera realizar pruebas que le muestren un panorama más exacto de las arterias. Entre las pruebas utilizadas para preparar al paciente para una CEA, se encuentran las siguientes:
La intervención se realizará en un hospital y generalmente dura pocas horas. Existen dos versiones de la CEA.
En el primer tipo de intervención, el cirujano hará una incisión en la arteria y eliminará la obstrucción.
Le administrará anestesia, aunque posiblemente sea solo anestesia local para adormecer la parte específica del cuello. Tal vez el cirujano quiera utilizar anestesia local para poder hablar con usted durante la intervención y ver cómo responde el cerebro.
La arteria que debe destaparse se pinzará durante la intervención, pero igualmente llegará sangre al cerebro a través de la arteria carótida que se encuentra del otro lado del cuello. También puede utilizarse un tubo para desviar el flujo sanguíneo de la arteria en la cual se realiza la intervención.
En el segundo tipo de CEA, la sección de la arteria que presenta problemas de placa se da vuelta de adentro hacia afuera. Luego se quita la placa y se vuelve a colocar la arteria en su posición normal. El término técnico para designar esta intervención es endoarteriectomía de carótida por eversión.
Una vez que se elimina la obstrucción, la arteria se cose y se sueltan las pinzas y luego la abertura del cuello se cierra con suturas. Tal vez necesite que le coloquen un drenaje en el cuello para eliminar los líquidos que se hayan acumulado, el cual se retirará un día después.
El tiempo de recuperación varía. Es posible que deba permanecer en el hospital durante la noche para control. El médico querrá asegurarse de que no tenga hemorragias, flujo sanguíneo débil hacia el cerebro u otros posibles factores de riesgo de un accidente cerebrovascular. Sin embargo, si la intervención se realizó a la mañana y usted se recupera bien, tal vez no deba quedarse a la noche.
Puede sentir cierto dolor en el cuello o dificultad para tragar.
Es posible que el médico le administre analgésicos y le recete medicamentos anticoagulantes, como aspirinas, durante un tiempo para reducir al mínimo el riesgo de coágulos.
Se considera que la CEA es una intervención razonablemente segura que puede reducir en gran medida el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular si tiene la enfermedad de las arterias carótidas, aunque implica cierto riesgo de accidente cerebrovascular o, incluso, la muerte. Otras enfermedades, como la diabetes, también pueden complicar la intervención.
Es importante analizar completamente las opciones con el médico antes de tomar la decisión de realizar esta intervención.
La angioplastia de carótida es otra alternativa quirúrgica a la CEA. Durante esta intervención, se introduce un tubo delgado en la arteria y se infla una parte del tubo para eliminar la acumulación en la arteria.
El globo inflado desplaza los depósitos de placa fuera de la vía y vuelve a abrirla. El cirujano también puede introducir un pequeño tubo metálico denominado estent, que está diseñado para evitar que la vía se obstruya en el futuro. También pueden indicarle un régimen de medicamentos anticoagulantes para que sea más difícil que la sangre se coagule y reducir al mínimo las posibilidades de que se produzca un accidente cerebrovascular sin tener que realizar una intervención.
Escrito por (en Inglés): Anthony Watt
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD