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Más de dos tercios de los estadounidenses a los que se les ha diagnosticado presión arterial elevada toman medicamentos que los ayudan a controlar esta afección. En la actualidad, existe una gran cantidad de diferentes medicamentos para disminuir la presión arterial, que se conocen como antihipertensivos, cada uno con sus beneficios y efectos secundarios propios. Ante tantas opciones disponibles, es probable que tenga que dedicar un poco de tiempo y paciencia a encontrar la que mejor se adecue a su caso; pero vale la pena hacerlo porque su salud está en juego.
Los medicamentos para la presión arterial elevada pueden dividirse en 11 categorías según el efecto que produzcan.
Los diuréticos, a veces llamados píldoras contra la retención de líquidos, ayudan a eliminar el exceso de agua y sal (sodio) que se acumula en los riñones. De esta forma, se reduce el volumen de sangre que debe transportarse a través de los vasos sanguíneos, lo cual disminuye la presión arterial. Existen tres tipos diferentes de diuréticos. Los que se incluyen en el grupo de los diuréticos de tiazida, por lo general, suponen menos efectos secundarios que los demás.
Los bloqueadores de células beta ayudan a que los latidos del corazón se produzcan con menos intensidad y en forma más pausada. El corazón bombea menos sangre a través de los vasos sanguíneos y la presión arterial disminuye.
Los inhibidores ECA evitan que el organismo genere una hormona llamada angiotensina II, que produce el estrechamiento de los vasos sanguíneos. Al ayudar a que los vasos sanguíneos se expandan y posibiliten el traspaso de un mayor torrente sanguíneo, estos medicamentos disminuyen la presión arterial.
Este grupo de fármacos también protege los vasos sanguíneos de la hormona angiotensina II, ya que evita que se produzca la unión de esta hormona a un receptor, lo cual haría que se endurezcan los vasos sanguíneos. En consecuencia, disminuye la presión arterial.
Estos medicamentos impiden que el calcio ingrese en las células del músculo liso del corazón y los vasos sanguíneos. De esta forma, el corazón late con menos fuerza, los vasos sanguíneos se relajan y disminuye la presión arterial.
Estos medicamentos disminuyen los impulsos nerviosos que endurecen los vasos sanguíneos. De esta forma, el flujo sanguíneo puede circular más libremente a través de los vasos sanguíneos y la presión arterial disminuye.
Los bloqueadores de células alfa-beta producen un efecto combinado: por un lado, como bloqueadores de células alfa, disminuyen los impulsos nerviosos; por el otro, como bloqueadores de células beta, reducen la frecuencia de los latidos cardíacos.
Estos medicamentos reducen la actividad del sistema nervioso simpático, lo cual disminuye la presión arterial. Durante el embarazo, estos medicamentos son la primera opción de tratamiento ya que, en general, no suponen muchos riesgos para la madre ni el feto.
Estos medicamentos impiden que el cerebro envíe al sistema nervioso señales que aceleren la frecuencia cardíaca o endurezcan los vasos sanguíneos. De este modo, el bombeo del corazón no es tan fuerte y el flujo sanguíneo circula más fácilmente, lo cual disminuye la presión arterial.
Este grupo de medicamentos se encarga de bloquear determinados mensajeros químicos dentro del cerebro, lo cual impide que los músculos lisos reciban la señal de estrecharse. Por lo general, estos medicamentos se utilizan únicamente cuando los otros tipos no han sido eficaces.
Los vasodilatadores relajan los músculos de las paredes de los vasos sanguíneos, en particular, las arterias pequeñas llamadas arteriolas. De esta forma, se dilatan los vasos sanguíneos, lo cual permite que el flujo sanguíneo circule a través de ellos con mayor facilidad y, como consecuencia, disminuye la presión arterial.
Por lo general, la primera opción de tratamiento farmacológico para la presión arterial elevada es un diurético de tiazida. Si bien para algunas personas es suficiente la ingesta de solo un diurético para controlar la presión arterial, en la mayoría de los casos, se lo combina con otro medicamento; los más frecuentes son un bloqueador de células beta, un inhibidor de la ECA, un antagonista de los receptores de angiotensina II o un bloqueador de canales del calcio. Al agregar un segundo medicamento, es posible que la presión arterial disminuya más rápidamente que si se administra solo un diurético. También permite que la persona tome menos dosis de cada medicamento, lo cual puede reducir los efectos secundarios.
Si estos tipos de medicamentos no disminuyen suficientemente la presión arterial, pueden probarse otros tipos. No obstante, los medicamentos usados con menor frecuencia pueden provocar más efectos secundarios; por ello, generalmente se reservan para los casos más difíciles de tratar. Si, además de sufrir de presión arterial elevada, usted padece otra afección médica, esto también puede influir en la elección del medicamento. Por ejemplo, si usted presenta dolor en el pecho (angina de pecho), un bloqueador de células beta no solo disminuirá la presión arterial, sino que además ayudará a prevenir el dolor.
Escrito por (en Inglés): the Healthline Editorial Team