El diagnóstico y tratamiento de los linfomas puede requerir la participación de diversos profesionales médicos. Al principio, muchos pacientes consultarán a su médico de cabecera, que quizás se especialice en medicina interna o medicina familiar. Según sus síntomas, algunos pacientes podrían consultar primero a un dermatólogo (especialista en enfermedades de la piel).
Si se trata de niños, primero irían a ver al pediatra. A menudo, el médico de medicina general derivará a los pacientes a un especialista para obtener un diagnóstico definitivo y hacer el tratamiento apropiado. Entre ellos se encuentran los siguientes:
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patólogos clínicos: estudian los efectos de la enfermedad en el laboratorio
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citopatólogos: estudian los efectos de la enfermedad a nivel celular
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médicos especializados en patología-hematología: estudian los efectos de la enfermedad en la sangre y la médula ósea, así como en el sistema linfático
En algunos casos, podría consultarse a los médicos especializados en alergias e inmunología, ya que el linfoma es una enfermedad del sistema inmunitario.
Una vez obtenido el diagnóstico, los pacientes podrían ser derivados a un oncólogo (especializado en el tratamiento del cáncer), especialistas en medicina nuclear (para tratamientos que requieren radiación) o radiólogos de diagnóstico (que se especializan en administrar e interpretar los procedimientos que usan imágenes para diagnóstico, como tomografía computarizada (TC), que utiliza radiación). En los casos poco frecuentes en los que se recomienda cirugía, los pacientes deberán consultar a un cirujano
Escrito por (en Inglés): Dale Kiefer
Revisado médicamente (en Inglés)
: Jennifer Monti, MD, MPH
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