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Cualquier persona puede sufrir la mordedura de un animal. Es posible que esté acampando o haciendo senderismo y se cruce con un animal salvaje que lo muerda en el intento de protegerse. También existe la posibilidad de que el perro del vecino lo muerda por accidente mientras juegan.
Hay muchos tipos de animales que pueden morder a adultos y niños. En general, las mascotas de la familia son las responsables de las mordeduras, pero los siguientes animales también pueden morder:
Los animales pueden morder cuando sufren una provocación, por ejemplo: si una persona intenta quitarle el alimento a un perro mientras el animal está comiendo. También puede ocurrir si molesta a la mascota de la familia. Sin embargo, en muchos casos, las mordeduras no son producto de la provocación y pueden ocurrir en su propio patio. A veces, los mapaches o las ardillas pueden atacar sin razones evidentes. En estos casos, el animal que ataca suele estar gravemente enfermo.
El médico debe examinar la mordedura. Tal vez no siempre sea posible recibir atención médica inmediata, pero debe buscarla lo antes posible. Una vez que el animal mordió, es importante estar atento a los signos o síntomas de infección. Los siguientes síntomas podrían indicar la existencia de una infección o de suciedad en la herida:
Si sufrió una mordedura, es importante buscar atención médica de inmediato por diversos motivos, entre ellos, los siguientes:
Los siguientes tipos de mordeduras conllevan el mayor riesgo de infección y exigen atención inmediata:
El médico evaluará el riesgo de infección, buscará otras heridas y tratará de reducir las cicatrices al mínimo. Los exámenes posteriores a una mordedura de animal suelen consistir en lo siguiente:
El médico examinará las heridas exhaustivamente para detectar si contienen suciedad y quizás utilice un anestésico para poder revisarlas.
Tal vez solicite radiografías para ver si hay huesos fracturados. Con una radiografía, es posible verificar si hay suciedad en la herida que quizás no puede detectarse durante la inspección. Es fácil pasar por alto ciertos tipos de materiales extraños como tierra o hierbas.
El médico irrigará la herida para limpiarla bien, lo cual es importante para prevenir infecciones. La irrigación no siempre las previene, pero reduce el riesgo de que se produzcan. Tal vez reciba un anestésico local para reducir el dolor.
Las mordeduras de animales pueden provocar desgarros en la piel que no pueden repararse. Quizás sea necesario realizar un desbridamiento para extraer la piel y el tejido muertos que no pueden repararse. Este procedimiento generalmente es doloroso y tal vez exija la administración de anestesia local.
Las heridas punzantes no suelen cerrarse con sutura, pero algunas deben suturarse inmediatamente después de la mordedura.
El médico quizás le recomiende diversos métodos para el cuidado de la herida según el tipo de lesión. Las heridas suturadas deben estar limpias y secas. Si bien puede bañarse, debe secar la lesión suavemente para no dañar la sutura. Si se trata de una herida no suturada, tal vez deba sumergirla en agua varias veces al día o realizar otros tratamientos.
Es posible que le receten antibióticos para prevenir infecciones. Los siguientes tipos de mordedura suelen exigir la administración de antibióticos:
Generalmente, se recetan antibióticos si se trata de personas mayores o personas que padecen afecciones médicas crónicas.
La mayoría de las heridas por mordeduras pueden tratarse con medicamentos de venta libre como paracetamol o ibuprofeno. Si la mordedura es grave, tal vez le receten un medicamento más fuerte para aliviar el dolor a corto plazo.
La mayoría de las mordeduras de animales sanan rápidamente. Por lo general, no existen complicaciones importantes a menos que la mordedura haya sido extremadamente grave.
Reducir el riesgo de sufrir una mordedura de un animal es relativamente sencillo. Solo hace falta tener sentido común y recordar lo siguiente:
La mayoría de las mordeduras pueden prevenirse fácilmente a menos que la mordedura no haya sido provocada o el animal esté enfermo.
Escrito por (en Inglés): Bree Normandin and Winnie Yu
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD