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Neoplasia es otro nombre para designar el cáncer. El cáncer es una enfermedad caracterizada por la multiplicación incontrolable de células anómalas que puede afectar cualquier órgano, incluida la vagina.
La vagina, también llamada canal de parto, es un conducto de entre 7,5 y 10 centímetros que conecta el cuello uterino (la parte inferior del útero) con la vulva (los genitales femeninos externos).
Según el University of California-San Francisco Medical Center [Centro Médico de la Universidad de California-San Francisco, UCSF], el cáncer de vagina es poco frecuente y representa menos del tres por ciento de los casos de cáncer del aparato genital femenino (UCSF, 2012).
Existen cuatro tipos principales de cáncer de vagina.
Este es el tipo más frecuente de cáncer de vagina. Se origina en las células escamosas de la membrana que recubre la vagina. Generalmente, es un cáncer de evolución lenta y suele detectarse cuando todavía se encuentra en las etapas precancerosas. La neoplasia intraepitelial vaginal (NIVA) es una afección precancerosa que se produce cuando las células escamosas comienzan a manifestar cambios anormales que pueden derivar en un cáncer.
Este tipo de cáncer de vagina comienza en las células glandulares y es el segundo tipo de cáncer más frecuente.
Si bien el melanoma de la piel es bastante frecuente, no suele afectar la vagina. El melanoma se origina en las células de la piel encargadas de producir el pigmento.
Los sarcomas se originan en los huesos, los músculos o el tejido conjuntivo.
Muchas veces, se desconoce la causa del cáncer de vagina. Sin embargo, existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de padecerlo. Entre las mujeres que corren más riesgo de tener cáncer de vagina, se incluyen las siguientes:
Si tiene dudas en relación con los factores de riesgo del cáncer de vagina, consulte al médico, quien, luego de analizar sus antecedentes médicos, podrá brindarle más información acerca del riesgo específico que usted corre de sufrir este tipo de cáncer. Incluso si tiene uno o más factores de riesgo, no significa que necesariamente vaya a tener cáncer de vagina.
Algunas mujeres pueden no manifestar síntomas. Sin embargo, cuando están presentes, los síntomas pueden ser los siguientes:
A veces, este tipo de cáncer se detecta durante un control ginecológico de rutina en las mujeres que no manifiestan síntomas.
El cáncer de vagina puede detectarse inesperadamente durante el tacto vaginal o la prueba de Papanicolaou anuales. Para realizar el tacto vaginal, el médico se coloca un guante e introduce un dedo en la vagina de la paciente mientras presiona el abdomen para detectar protuberancias atípicas, dolor y áreas sensibles.
Durante la prueba de Papanicolaou, el médico toma una muestra de células del cuello uterino y la vagina con un hisopo, y luego las analiza para detectar anomalías.
El dolor atípico, la sensibilidad, las protuberancias o las células anómalas son motivos de preocupación, ya que pueden ser síntomas de cáncer de vagina. Sin embargo, esto es poco frecuente.
Si el médico considera que usted podría tener cáncer, probablemente realice una biopsia (una muestra pequeña de tejido) de la vagina para detectar la presencia de células cancerosas. Además, es probable que solicite una vaginoscopía, en la cual se utiliza un endoscopio (microscopio pequeño) para examinar la vagina en mayor detalle. A menudo, también se realiza una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM) del área.
Una vez que el médico diagnostica el cáncer de vagina, se procede a la estadificación del cáncer. El sistema de estadificación clasifica el cáncer según la magnitud de la propagación al resto del organismo. Según Mayo Clinic, los estadios del cáncer de vagina incluyen los siguientes (Mayo, 2010):
El médico solicitará una TC o una RM para observar los órganos circundantes y determinar si el cáncer se ha propagado.
Al igual que sucede con otros tipos de cáncer, el tratamiento contra el cáncer de vagina depende del tipo, la ubicación y el estadio. Pueden usarse uno o más tratamientos, entre los cuales se incluyen la intervención quirúrgica, la radioterapia o la quimioterapia.
Según el UCSF Medical Center, la intervención quirúrgica es el tratamiento más frecuente, independientemente del estadio del cáncer (UCSF, 2012). Puede optarse por una cirugía con láser o por una extirpación simple. En casos más graves, se procede a la extirpación de la vagina o de otros órganos afectados por el cáncer.
La radioterapia utiliza rayos X de gran energía para destruir las células cancerosas. En la radioterapia externa, se usa un aparato que apunta los rayos al área afectada, mientras que en la radioterapia interna, se colocan implantes radioactivos en los tejidos cancerosos o en el área afectada.
La quimioterapia consiste en administrar medicamentos que destruyen las células cancerosas. Según el tipo específico de medicamento, puede administrarse por vía oral o intravenosa. Luego, el medicamento puede circular por el organismo para intentar combatir el cáncer que se haya propagado a órganos distantes.
Un diagnóstico de cáncer puede generar mucho temor y el tratamiento contra esta afección puede ser difícil, tanto a nivel físico como emocional. Usted no tiene por qué atravesar esta etapa sola. Un grupo de apoyo, un asesor psicológico o el equipo a cargo del tratamiento pueden ayudarla a afrontar los problemas que puedan surgir y a no sentirse tan sola.
En su sitio web, la American Cancer Society [Sociedad Americana Contra el Cáncer, ACS] ha publicado una lista de organizaciones que ofrecen apoyo a quienes padecen cáncer de vagina (ACS, 2012). Entre ellas, se incluyen las siguientes:
Foundation for Women's Cancer [Fundación Contra el Cáncer en la Mujer] (antiguamente, Gynecologic Cancer Foundation [Fundación Contra el Cáncer Ginecológico])
Número gratuito: (800) 444-4441
Número de teléfono: (312) 578-1439
Sitio web: www.foundationforwomenscancer.org/
National Cancer Institute [Instituto Nacional del Cáncer]
Número gratuito: (800) 422-6237 (1-800-4-CANCER); TYY: (800) 332-8615
Sitio web: www.cancer.gov
National Coalition for Cancer Survivorship [Coalición Nacional para Sobrevivientes del Cáncer]
Número gratuito: (888) 650-9127
Sitio web: www.canceradvocacy.org
Además, el personal de la American Cancer Society se encuentra disponible las 24 horas del día para brindar apoyo a quienes lo necesiten en el (800) 227-2345 o en www.cancer.org.
Es importante continuar con las consultas de seguimiento. Los controles regulares permiten evaluar los efectos secundarios y las complicaciones tanto del cáncer como del tratamiento y asegurarse de que el cáncer no haya regresado.
Debido a que el cáncer de vagina suele ser asintomático, muchas veces se detecta en estadios avanzados. Sin embargo, someterse a la prueba de Papanicolaou y a un tacto vaginal todos los años aumenta las probabilidades de detectarlo en sus primeros estadios.
Según las últimas estimaciones de la American Cancer Society, el índice de supervivencia a cinco años es del 54 por ciento para el carcinoma escamoso vaginal, del 60 por ciento para el adenocarcinoma vaginal y del 13 por ciento para el melanoma vaginal (ACS, 2012).
Sin embargo, hay muchas investigaciones y estudios en curso, además de los avances recientes en la materia. Entre ellos, se incluyen la terapia génica y la relación entre algunas vacunas (como la Gardasil contra el VPH) y la reducción del riesgo de sufrir cáncer de vagina (ACS, 2012).
Escrito por (en Inglés): Jaime Herndon
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD