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La neumonía es una enfermedad frecuente y muy grave. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la principal causa de muerte en los niños de todo el mundo: todos los años mueren aproximadamente 1,4 millones de niños menores de cinco años (OMS, 2012). Los niños no son el único grupo etario que corre riesgo: la neumonía (combinada con la gripe, que suele provocar la neumonía) es la octava causa principal de muerte en los Estados Unidos todos los años (National Center for Health Statistics [Centro Nacional de Estadísticas de Salud], 2009).
Existen tres tipos de neumonía extrahospitalaria: la bacteriana, la fúngica y la vírica. La palabra extrahospitalaria hace referencia al hecho de que estos tipos de neumonía suelen contagiarse de una persona a otra dentro de una comunidad.
La neumonía vírica se produce cuando un virus invade los pulmones y los inflama, lo cual obstruye el flujo de oxígeno.
En el pasado, se creía que los virus solo causaban aproximadamente el 8 por ciento de los casos de neumonía extrahospitalaria. Sin embargo, según estudios más recientes, los virus son un factor importante y pueden causar hasta el 50 por ciento de los casos (Mosenifar y Jeng, 2012). No está del todo claro si esto se debe a que existen mejores herramientas de diagnóstico que permiten revelar la causa real de la neumonía o a que la neumonía vírica es más frecuente en la actualidad.
Lo que sí está claro es que los virus ocasionan la mayoría de los casos de neumonía en los niños. Según el American College of Chest Physicians [Colegio Estadounidense de Médicos Especialistas de Tórax], la neumonía vírica solía ser una enfermedad que afectaba solo a los niños pequeños y las personas mayores de 65 años (Matsuoka y Eneloq, 2010). Si bien en la actualidad es frecuente en todos los grupos etarios,
los casos de niños y personas mayores de 65 años se consideran de alto riesgo debido a que sus organismos son más propensos a sufrir infecciones. De hecho, los virus causan la mayoría de los casos de neumonía en los niños. Entre otros grupos de alto riesgo, se incluyen las embarazadas y las personas con problemas en el sistema inmunitario.
La mayoría de los casos de neumonía vírica se curan en tres semanas. Sin embargo, la neumonía vírica puede ser de leve a grave y los casos graves pueden provocar la muerte.
Existen varios virus que pueden causar neumonía vírica, por ejemplo, los siguientes:
Los investigadores aún no conocen del todo la manera en la que estos virus causan neumonía, y es probable que el mecanismo exacto varíe según cada virus. Desde un nivel elevado, los síntomas de la neumonía se producen cuando los pulmones se inflaman en su intento por combatir la infección vírica. Esta inflamación obstruye el flujo de oxígeno y provoca numerosos problemas.
Los virus suelen contagiarse de una persona a otra. Toser, estornudar o tocar una superficie contaminada son las maneras más frecuentes de contagiarse de un virus de neumonía vírica.
Las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado corren un riesgo mayor de contraer neumonía vírica. Entre ellas, se incluyen las siguientes:
Si usted padece alguna de las siguientes afecciones, el riesgo de tener neumonía vírica es mayor:
Los síntomas de la neumonía son muy parecidos a los de la gripe. Si bien la mayoría de los casos de neumonía vírica son leves, es necesario saber que puede convertirse rápidamente en una afección más grave. Algunos síntomas frecuentes de la neumonía son los siguientes:
Los siguientes síntomas y factores suelen exigir una visita al hospital:
Se comienza con una exploración física. En primer lugar, el médico escucha los sonidos de los pulmones. Si le oye un sonido chasqueante, burbujeante, crujiente o sibilante cuando usted respira, probablemente le solicite pruebas adicionales, por ejemplo, las siguientes:
El tratamiento tiene dos enfoques: disminuir los síntomas de la infección y tratar de eliminar la infección del organismo.
Para eliminar la infección, el médico le recetará medicamentos antivíricos específicos para combatir el virus que causa la infección. Tenga en cuenta que los antibióticos no actuarán sobre la neumonía vírica, ya que el causante de la neumonía en este caso es un virus y no una bacteria. Entre los tipos de antivíricos que se recetan con más frecuencia, se incluyen los siguientes:
Para tratar los síntomas, el médico quizás recomiende lo siguiente:
Aunque la mayoría de las personas pueden recibir tratamiento en el hogar, la internación quizás sea necesaria en los casos en los que el paciente corre el riesgo de deshidratarse. Las personas mayores, las que tienen problemas de salud crónicos y aquellas que no pueden cuidar de sí mismas tal vez deban permanecer en el hospital.
Existen algunas medidas que pueden tomarse para prevenir la neumonía:
Además de estas pautas generales, existen algunas recomendaciones para grupos etarios diferentes:
El virus de la gripe puede ser una causa directa de neumonía vírica. Los Centers for Disease Control and Prevention [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC] recomiendan que todos los adultos reciban la vacuna contra la gripe cada año. Las excepciones son los adultos alérgicos al huevo o a las vacunas contra la gripe, aquellos que tuvieron síndrome de Guillain Barré y los que están enfermos. Si está enfermo, debe programar la vacunación una vez que se sienta mejor (CDC, 2012).
Si se encuentra dentro de un grupo de alto riesgo, debe considerar la posibilidad de recibir la vacuna contra el neumococo. Esta vacuna ofrece protección contra la bacteria Streptococcus pneumonia, que causa neumonía con mayor frecuencia. No guarda relación con la neumonía vírica, pero vale la pena considerar esta opción. Entre los adultos de alto riesgo, se incluyen los fumadores y los asmáticos (CDC, 2012).
Todos los niños de 6 meses de edad en adelante deben recibir la vacuna estacional contra la gripe, a menos que sean alérgicos o hayan tenido síndrome de Guillain Barré (CDC, 2012).
Los niños que forman parte del siguiente grupo de alto riesgo también deben vacunarse contra el neumococo:
Si el niño asiste a una guardería, usted quizás deba considerar la posibilidad de que reciba la vacuna. Los virus pueden diseminarse rápidamente en grupos pequeños como los de las guarderías.
Todas las personas mayores de 65 años deben recibir la vacuna estacional anual y la vacuna contra el neumococo (CDC, 2012). Como se menciona anteriormente, las excepciones son aquellas con ciertas alergias graves o aquellas que tuvieron síndrome de Guillain Barré.
Además, es importante estar particularmente atentos en el caso de las personas mayores de 65 años. Según un artículo publicado en Clinical Infectious Diseases, las personas de más de 65 años generalmente contraen neumonía vírica después de haberse expuesto al virus de la influenza A H3N2 y al virus respiratorio sincicial (Falsey, 2012).
El invierno es la estación en la que se producen la mayoría de los casos de neumonía vírica. Si tiene fiebre alta, tos, sibilancia, febrícula y respiración irregular, especialmente en los meses de invierno, debe consultar al médico de inmediato.
El tiempo de recuperación puede variar según la salud de la persona antes de contraer neumonía vírica.
Un adulto joven y saludable suele retomar las actividades normales a la semana de haberse recuperado de la neumonía.
Las personas de mediana edad o mayores quizás deban esperar varias semanas antes de reanudar sus actividades normales.
Escrito por (en Inglés): Shannon Johnson
Revisado médicamente (en Inglés)
: Brenda B. Spriggs, MD, MPH, FACP