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La neuropatía femoral, o disfunción del nervio femoral, se produce cuando no es posible mover parte de la pierna o no se tiene sensibilidad en una parte de la pierna como consecuencia de daño nervioso. Esto puede ser producto de una lesión, presión prolongada en el nervio o daño nervioso causado por una enfermedad. En la mayoría de los casos, la afección desaparece sin tratamiento. Sin embargo, pueden usarse medicamentos y fisioterapia si los síntomas no mejoran.
El nervio femoral es uno de los más grandes de la pierna. Se encuentra cerca de la ingle y controla los músculos que contribuyen a extender la pierna y mover la cadera, y también brinda sensibilidad a la parte inferior de la pierna y la parte frontal del muslo. Si se daña, la capacidad de caminar se ve afectada y pueden producirse problemas de sensibilidad en la pierna y el pie.
El daño en este nervio puede deberse a los siguientes factores:
La diabetes es una causa frecuente de neuropatía femoral y puede causar un gran daño nervioso como consecuencia de las fluctuaciones en la glucemia y la presión arterial. El daño nervioso que afecta las piernas, los pies, los dedos de los pies, las manos y los brazos se denomina neuropatía periférica. La neuropatía femoral se encuentra dentro de esta categoría.
Según el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases [Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales, NIDDK], la diabetes es la causa más frecuente de neuropatía periférica, especialmente en personas que tienen diabetes desde hace al menos 25 años. La neuropatía periférica provocada por la diabetes suele afectar el nervio femoral (NIDDK, 2012).
Esta afección nerviosa puede provocar dificultades para moverse. Usted quizás sienta debilidad en la pierna o la rodilla y no pueda ejercer presión sobre la pierna afectada.
Es posible que también tenga sensaciones anormales en las piernas, las cuales pueden producirse desde la rodilla hacia los dedos de los pies. Entre ellas, se incluyen las siguientes:
La presión prolongada en el nervio femoral puede impedir que el flujo sanguíneo se desplace hacia el área afectada. La disminución del flujo sanguíneo puede provocar daños en el tejido.
Si el daño nervioso es producto de una lesión, es posible que la vena o la arteria femoral también estén dañadas. Esto podría causar una hemorragia interna peligrosa. La arteria femoral es una arteria de gran tamaño que está cerca del nervio femoral. Cuando se produce un traumatismo, suelen lesionarse ambas estructuras. Las lesiones o las hemorragias en esta arteria pueden causar la compresión del nervio.
Además, debido a que el nervio femoral es responsable de la sensibilidad de una gran parte de la pierna, pueden producirse lesiones por la falta de sensibilidad. La debilidad en los músculos de la pierna también puede aumentar el riesgo de sufrir caídas. Las caídas son especialmente importantes en las personas mayores, ya que pueden provocar fracturas de cadera, una causa de muerte significativa en las personas muy mayores, sobre todo en los hombres.
Para diagnosticar neuropatía femoral y la causa, el médico realizará una exploración física exhaustiva y le hará preguntas sobre lesiones o cirugías recientes y sobre sus antecedentes médicos.
Para verificar signos de debilidad, examinará los músculos específicos que reciben inervación del nervio femoral. Controlará los reflejos de la rodilla y le preguntará si percibió cambios en la sensibilidad de la parte frontal del muslo y la parte interna de la pierna. El objetivo de la evaluación es determinar si el daño afecta solo el nervio femoral o más de un nervio.
Entre los demás exámenes, pueden incluirse los siguientes:
Las pruebas de conducción nerviosa permiten controlar la velocidad de los impulsos eléctricos en los nervios. Una respuesta anormal, como un retraso en el tiempo de transmisión de las señales eléctricas por los nervios, suele indicar que existe daño.
Después de la prueba de conducción nerviosa, debe realizarse una electromiografía (EMG) para verificar si los músculos y los nervios funcionan correctamente. Mediante esta prueba, se registra la actividad eléctrica de los músculos cuando los nervios que se conectan con ellos están activos. La EMG permitirá determinar si el músculo responde de manera adecuada a la estimulación. Existen determinadas afecciones médicas que causan que los músculos se activen solos, lo cual indica una anomalía que puede detectarse mediante una EMG. Debido a que los nervios estimulan (y controlan) los músculos, la prueba permite identificar problemas en los músculos y los nervios.
Puede realizarse una resonancia magnética (RM) para detectar tumores o protuberancias en el área del nervio femoral que podrían comprimir el nervio. En las RM, se usan ondas de radio e imanes para producir una imagen detallada de la parte del organismo en observación.
En las tomografías computarizadas (TC), se usan rayos X transversales para detectar protuberancias vasculares u óseas.
El primer paso para tratar la neuoropatía femoral es solucionar la afección o la causa subyacente. Si la causa es la compresión del nervio, el objetivo será aliviarla. En algunos casos, los problemas por lesiones leves, como una compresión menor o una lesión por distensión, pueden resolverse de forma espontánea. Si se trata de personas que tienen diabetes, normalizar los niveles de glucemia podría mejorar la disfunción nerviosa. Si el nervio no mejora, usted deberá buscar tratamiento, el cual, por lo general, consiste en medicamentos y fisioterapia.
Quizás le administren inyecciones de corticoesteroides en la pierna para aliviar la inflamación. Los analgésicos pueden aliviar el dolor y el malestar.
La fisioterapia puede contribuir a fortalecer nuevamente los músculos de la pierna. El fisioterapeuta le indicará hacer varios ejercicios para fortalecer y elongar los músculos. La fisioterapia puede reducir el dolor y recuperar la movilidad.
Para caminar mejor, probablemente usted deba usar un dispositivo ortopédico, como una férula para la rodilla, que suele usarse para impedir la flexión de la rodilla.
Según la gravedad del daño nervioso y la dificultad que usted tenga para moverse, tal vez deba realizar también terapia ocupacional. Mediante este tipo de terapia, aprenderá a hacer tareas normales, como bañarse, y otras actividades relacionadas con el cuidado personal denominadas actividades cotidianas. Es posible que el médico recomiende asesoramiento vocacional si la afección lo obliga a buscar otra ocupación.
El médico quizás recomiende una intervención quirúrgica si usted tiene una protuberancia que obstruye el nervio femoral. Extirpar la protuberancia aliviará la presión sobre el nervio.
Una vez tratada la afección subyacente, usted tal vez se recupere por completo. Si la afección subyacente no se trata correctamente o si el daño en el nervio femoral es grave, puede perderse sensibilidad en esa parte de la pierna o la capacidad de moverla de manera permanente.
Para disminuir el riesgo de tener neuropatía femoral causada por diabetes, mantenga los niveles de glucemia bajo control. Esto contribuye a que los nervios no sufran daños por la enfermedad. Las medidas preventivas dependen de cada causa específica.
Escrito por (en Inglés): Amanda Delgado
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD