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Algunos recién nacidos no pueden absorber los nutrientes suficientes a través del estómago y del intestino, a los cuales se conoce, en conjunto, como tracto gastrointestinal (GI). Por consiguiente, necesitan recibir nutrientes a través de una vena, es decir, por vía intravenosa (IV).
En algunos bebés, el tracto GI funciona lo suficientemente bien como para aceptar la alimentación habitual, junto con cierta alimentación IV, lo que se denomina nutrición parenteral parcial (NPP). Otros bebés deben recibir todos los nutrientes por vía intravenosa, lo que se conoce como nutrición parenteral total (NPT).
La NPT permite que los líquidos ingresen en el organismo y brinden nutrientes mientras pasan a través del tracto GI. La NPT brinda una combinación de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales que ingresan en el organismo del bebé. También aporta electrolitos que ayudan a mantener el cuerpo hidratado.
Esta técnica se utiliza cuando el bebé no puede o no debe recibir alimentos ni líquidos por la boca.
Los adultos, los niños y los recién nacidos pueden beneficiarse de la NPT en determinadas circunstancias. Es posible que los pacientes adultos y los niños necesiten NPT si no pueden lograr una nutrición adecuada mediante la ingesta normal, por ejemplo, debido a enfermedades inflamatorias intestinales, como la diarrea grave, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa. Otra de las causas puede ser el síndrome del intestino corto vinculado a una intervención quirúrgica (se extirpa una gran parte del intestino delgado mediante una operación a causa de una enfermedad del intestino).
Puede ocurrir que los bebés necesiten NPT si están enfermos o si nacen prematuramente.
Si un bebé prematuro o enfermo no puede absorber los nutrientes por boca de manera adecuada durante un período prolongado, su vida puede correr peligro. Por ende, el UCSF Children's Hospital [Hospital de Niños de UCSF] recomienda que los bebés que necesiten el soporte de la NPT comiencen a recibirla dentro de los tres días posteriores al nacimiento (UCSF, 2006).
Por lo general, los bebés enfermos o prematuros tienen una mayor necesidad de recibir nutrientes. Esto puede deberse a factores tales como los siguientes:
Según los National Institutes of Health [Institutos Nacionales de la Salud, NIH], la NPT puede ayudar a salvar la vida de un bebé enfermo o con bajo peso, ya que le brinda una forma más eficaz de satisfacer sus necesidades nutricionales, en comparación con la alimentación IV normal. Esto se debe a que la NPT aporta más que solo azúcares y sales (NIH, 2011).
Un estudio de la revista médica Mayo Clinic Proceedings indicó que los bebés prematuros y los bebés con diarrea y complicaciones quirúrgicas, en los cuales resulta imposible la alimentación por boca, se beneficiaron de la NPT. Durante el estudio, que constó de un control de 20 pacientes durante un año, los bebés recibieron suficientes calorías para recuperar peso y continuar creciendo (Feliciano y Telander, 1976).
Un estudio diferente incluido en la revista médica Archives of Disease in Childhood analizó la eficacia de la NPT en comparación con la leche en 34 bebés que nacieron con muy bajo peso. Los investigadores hallaron que había un mayor aporte diario de proteínas y carbohidratos en el grupo de NPT que en el grupo al que se le administraba leche. El estudio concluyó que la NPT puede ser un tratamiento eficaz para los bebés con muy bajo peso al nacer, si se la administra de manera adecuada (Yu, James, Hendry y Macmahon, 1979).
La NPT se suministra a través de una vena, colocando una vía intravenosa en la mano, el pie, el cuero cabelludo o el ombligo del bebé.
Los líquidos se distribuyen a través de una ruta periférica; es decir, los nutrientes se suministran a través de venas más pequeñas que están ubicadas en un lugar menos central del cuerpo del bebé. Por lo general, en estos casos se emplea la NPP, dado que el bebé debe recibir soporte nutricional durante un lapso breve.
Pero si el bebé debe recibir NPT de forma continua, puede utilizarse una vía IV más grande que, en ocasiones, se denomina vía central. Mediante una vía central, el bebé puede obtener una mayor concentración de nutrientes a través de venas más grandes.
Si bien la NPT puede salvar la vida de los bebés que no pueden recibir nutrientes de manera normal, esta técnica conlleva riesgos. El Manual de Merck para los profesionales de la atención médica indica que, aproximadamente entre el cinco y el 10 por ciento de los pacientes de todas las edades presentan complicaciones relativas al acceso IV por vía central (Merck, 2009).
Debido al uso de NPT o vías IV para recibir alimentación, los bebés pueden presentar los siguientes problemas de salud:
Asimismo, dicho manual indica que la enfermedad pulmonar crónica o la presión arterial elevada también pueden ser una complicación ocasionada por la ingesta de grasas a través de la NPT (Merck, 2009).
Los problemas hepáticos producidos por la NPT pueden presentarse a cualquier edad; sin embargo, son más comunes en los bebés, en particular, en los que nacen prematuramente, porque aún no se les ha desarrollado por completo el hígado. Los problemas hepáticos ocurren más frecuentemente cuando se inicia la NPT. La reducción de la cantidad de proteínas en la mezcla IV puede ayudar a corregir este problema (Merck, 2009).
Los proveedores de atención médica que asisten a los bebés enfermos o prematuros deben controlar atentamente las necesidades nutricionales de cada bebé. Esto puede llevarse a cabo mediante análisis de sangre y orina que indicarán al equipo médico si el bebé necesita una adaptación en los componentes nutricionales de la NPT.
Escrito por (en Inglés): Robin Madell
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD