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La prostatitis crónica es una inflamación de la próstata, que es una glándula pequeña ubicada debajo de la vejiga en los hombres. Rodea la uretra y produce la mayor parte del contenido líquido del semen.
La prostatitis puede ser causada por una infección bacteriana: alrededor de uno de cada 10 casos de prostatitis se produce como consecuencia de bacterias (Cigna, 2011). En muchos casos, se desconoce la causa de la afección. Puede provocar síntomas molestos, como ardor al orinar, necesidad frecuente de orinar y dolor en la zona lumbar.
Cuando la causa de la prostatitis crónica es una infección bacteriana, puede tratársela con antibióticos. Cuando no se conoce, el mejor procedimiento posiblemente sea el tratamiento de los síntomas. Si bien la afección no tiene cura, los pacientes que reciben tratamiento generalmente logran un alivio de los síntomas.
Existen dos tipos de prostatitis crónica, que se diferencian según la causa de la afección.
La prostatitis crónica bacteriana es una inflamación de la próstata causada por una infección bacteriana. Puede afectar a hombres de cualquier edad, pero se manifiesta con mayor frecuencia en hombres jóvenes y de mediana edad (American Urological Association Foundation [Fundación de la Asociación Estadounidense de Urología, AUAF], 2011).
La PC/SDPC produce síntomas similares a los de la forma bacteriana de esta afección, pero se desconocen las causas que la producen. Es el tipo de prostatitis más frecuente.
Los síntomas de la PC/SDPC y de la forma bacteriana de la prostatitis crónica son muy similares. Generalmente estas afecciones comienzan siendo leves y se van intensificando con el tiempo y pueden causar fiebre o escalofríos. Entre los síntomas, se incluyen los siguientes:
La prostatitis crónica bacteriana es causada por una infección bacteriana. Las bacterias ingresan en la próstata a través de la uretra, que es el tubo mediante el cual se elimina la orina.
La afección también puede ser causada por una infección originada en la vejiga o por la introducción de un catéter contaminado en la vejiga. Un catéter urinario es una sonda pequeña y flexible que se coloca para recoger y drenar la orina de la vejiga. Algunas infecciones bacterianas contribuyen a la formación de cálculos en la próstata que no se eliminan al orinar. Los cálculos en la próstata son pequeños (tienen el tamaño aproximado de una semilla de amapola) y no siempre es posible detectarlos durante una exploración física. Los cálculos prostáticos infectados son una causa frecuente de infección recurrente de las vías urinarias, y por ellos, la prostatitis crónica bacteriana suele ser sumamente difícil de curar (Cigna, 2011).
Las causas de la PC/SDPC muchas veces son desconocidas, pero depende de cada caso particular. Entre las posibles causas, se incluyen las siguientes:
Para diagnosticar la prostatitis crónica, el médico comenzará con una revisión de los síntomas. Si estos indican un tipo de prostatitis crónica, es posible que también sea necesario un tacto rectal. Para realizarlo, el médico se coloca un guante e introduce un dedo (al que previamente ha aplicado lubricante) en el recto del paciente para palpar la próstata y determinar si presenta dolor o aumento de tamaño. Esta exploración puede provocar un dolor o malestar temporal en los hombres que sufren de prostatitis.
Si el tacto no arroja resultados concluyentes, es posible que deban realizarle una ecografía para obtener una imagen de la próstata. Una vez diagnosticada la prostatitis crónica, el médico querrá realizar otras pruebas para determinar el tipo de prostatitis y, si es posible, la causa.
Mediante un análisis de orina es posible determinar si se trata de una prostatitis crónica bacteriana, ya que la presencia de bacterias se considera concluyente. Si no se detectan bacterias en la orina, probablemente padezca PC/SDPC. Quizás el médico solicite otras pruebas para identificar la causa o lo derive a un urólogo, que es un médico especialista en enfermedades de las vías urinarias. Entre las pruebas pueden incluirse un análisis del líquido segregado por la próstata, un análisis de sangre o la introducción de un endoscopio pequeño para explorar la vejiga, la próstata y la uretra (citoscopía).
El tratamiento dependerá del tipo de infección diagnosticado. En el caso de la prostatitis crónica bacteriana, el primer paso suele ser un tratamiento prolongado con antibióticos. Tal vez deba tomar antibióticos durante un lapso de hasta 12 semanas. El 75 por ciento de los casos de prostatitis crónica bacteriana se resuelven con un tratamiento con antibióticos (AUAF).
Debido a que se desconoce la causa de la PC/SDPC en la mayoría de los casos, el tratamiento generalmente se centra en el uso de medicamentos para aliviar o eliminar los síntomas. Para tratar el dolor suelen recetarse miorrelajantes, analgésicos y ansiolíticos.
En algunos casos, los masajes prostáticos pueden contribuir al drenaje del líquido que provoca la inflamación. Los baños calientes y la termoterapia (por ejemplo, el uso de almohadillas calientes) también pueden aliviar las molestias. Es posible que el médico le recomiende eliminar de su régimen alimentario determinados alimentos picantes o bebidas ácidas que pueden empeorar los síntomas.
Las formas bacterianas de prostatitis crónica pueden prevenirse con una buena higiene. Al mantener el pene limpio, se reduce el riesgo de ingreso de bacterias a través de la uretra. Otra manera de prevenir la prostatitis es beber mucho líquido para estimular la micción frecuente y tratar las infecciones de la vejiga o las vías urinarias apenas se manifiestan.
Escrito por (en Inglés): Mary Ellen Ellis
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD