Información general
La púrpura, también llamada mancha de sangre o hemorragia cutánea, hace referencia a una mancha visible de color púrpura que aparece en la piel. También puede encontrarse en los órganos o las membranas mucosas, como el interior de la boca.
La púrpura se produce cuando se rompen vasos sanguíneos pequeños, lo que provoca la acumulación de sangre debajo de la piel. El resultado es la aparición de manchas de color púrpura que pueden ser pequeñas o grandes. Por lo general, las púrpuras son benignas. Sin embargo, pueden indicar la presencia de una afección médica más grave, como un trastorno de la coagulación.
Causas
Existen dos tipos de púrpura: no trombocitopénica y trombocitopénica. Las personas que tienen púrpura no trombocitopénica presentan niveles normales de plaquetas (que intervienen en la coagulación de la sangre). Por su parte, quienes tienen púrpura trombocitopénica presentan niveles de plaquetas menores que lo normal.
Las siguientes afecciones pueden causar púrpura no trombocitopénica:
- trastornos que afectan la coagulación de la sangre
- determinados trastornos congénitos (presentes desde el nacimiento o antes), como la rubéola y el citomegalovirus
- algunos medicamentos (incluidos los esteroides y los que inciden en el funcionamiento de las plaquetas)
- vasos sanguíneos débiles
- inflamación de los vasos sanguíneos (incluida la púrpura de Schonlein-Henoch)
- escorbuto (carencia grave de vitamina C)
Las siguientes afecciones pueden causar púrpura trombocitopénica:
- medicamentos que inhiben la formación de plaquetas
- transfusiones sanguíneas recientes
- trastornos inmunitarios, como la púrpura trombocitopénica idiopática (de origen desconocido)
- infección en el torrente sanguíneo
Diagnóstico y tratamiento
Para diagnosticar la púrpura, el médico le examinará la piel. Posiblemente le haga preguntas sobre los antecedentes familiares y personales, por ejemplo, cuándo aparecieron las manchas por primera vez. Es posible que también le realice una biopsia de la piel, además de análisis de sangre, como un hemograma y un recuento de plaquetas. Estos análisis permiten evaluar si la púrpura es el resultado de una afección más grave, como un trastorno plaquetario o hematológico. Los niveles de plaquetas contribuyen a determinar la causa de la púrpura y le permitirán al médico elegir el tratamiento más conveniente.
El tratamiento dependerá de la causa subyacente de la púrpura.
Pronóstico
El pronóstico depende de la afección subyacente que la haya causado. Una vez confirmado el diagnóstico, el médico analizará las opciones de tratamiento y el pronóstico a largo plazo de la afección.
Escrito por (en Inglés): Amber Erickson Gabbey
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD
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