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La influenza, comúnmente conocida como gripe, es una enfermedad respiratoria contagiosa provocada por el virus de la influenza. El virus ataca las células de las vías respiratorias superiores, incluidas las de la nariz, la garganta, los bronquios y los pulmones.
Generalmente, la gripe se manifiesta de manera intensa y rápida, y se caracteriza por fiebre elevada, escalofríos, fatiga, dolores en el cuerpo, dolor de garganta y tos seca. Estos síntomas pueden ser similares a los de un resfrío común, pero la gripe es provocada por una familia diferente de virus y los síntomas por lo general son mucho más intensos.
Una infección producida por el virus de la gripe generalmente dura entre una y dos semanas pero, a veces, la gripe produce infecciones secundarias u otras complicaciones generalmente en ciertos grupos de mayor riesgo, como las personas mayores y los niños pequeños. Estos efectos secundarios pueden provocar enfermedades graves o incluso la muerte.
El virus de la gripe puede diseminarse rápidamente en las comunidades y áreas en las que hay concentraciones de personas que trabajan o viven juntas, lo que provoca epidemias. Las escuelas, los hogares de ancianos y los lugares de trabajo están en riesgo de brotes. De vez en cuando, ciertas formas de influenza especialmente virulentas infectan a las personas de todo el mundo en lo que se llama una pandemia. En la temporada de gripe de 2009 a 2010, el virus H1N1 provocó una pandemia. La manera más eficaz de prevenir epidemias y pandemias de gripe es mediante la vacunación generalizada a través de una vacuna anual contra la gripe.
Existen tres tipos principales del virus de la influenza que causan la enfermedad en los seres humanos: Tipo A, Tipo B y Tipo C.
El virus de la influenza de Tipo A es la forma de influenza que provoca la enfermedad más grave y, por lo general, es al que la gente se refiere cuando habla del virus de la gripe. La influenza de Tipo A es frecuente en los meses más fríos del año: la temporada pico (temporada de gripe) va desde finales del otoño hasta principios de la primavera. La influenza de Tipo A ha sido históricamente responsable de muchas pandemias de gripe a lo largo de los años. La influenza de Tipo B es mucho más leve que el virus de la influenza de Tipo A, pero permanece activa durante todo el año. También se ha vinculado la influenza de Tipo B con grandes brotes de gripe. La influenza de Tipo C es el tipo menos común de gripe y sus síntomas, por lo general, son mucho más leves que los de las influenzas de Tipo A o B. Se cree que el Tipo C no causa epidemias.
Para muchas personas, una buena higiene personal puede ser suficiente para evitar la gripe. Para las personas con mayores riesgos, incluidos los niños, las personas mayores, las personas con sistemas inmunitarios débiles y las personas con ciertas enfermedades, la vacuna contra la gripe es esencial para proporcionar protección contra los brotes de gripe anuales.
La vacuna anual contra la gripe siempre incluye las dos cepas más activas de la influenza de Tipo A. Si los funcionarios de la salud pública establecen que determinada cepa nueva del virus constituye un potencial peligro para ese año, se fabrica una vacuna especial para combatir la nueva cepa del virus y se incorpora a la vacunación anual. Por lo general, la cepa del virus de Tipo B más activa en la población se incluye en la vacuna anual contra la gripe. Debido a que es muy poco frecuente y muy leve, la cepa del Tipo C no se incluye en las vacunaciones anuales.
Escrito por (en Inglés): the Healthline Editorial Team
Revisado médicamente (en Inglés)
: Jennifer Monti, MD, MPH