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Un hematoma subdural (HSD) crónico hace referencia a una laguna (o acumulación) de sangre en la superficie del cerebro debajo de la duramadre, que es la capa externa del cerebro. Por lo general, comienza a formarse varios días o semanas después del inicio de una hemorragia, que generalmente se debe a un traumatismo craneal. Esta afección también se denomina hemorragia subdural crónica e higroma subdural. Estos hematomas no siempre producen síntomas. No obstante, cuando se manifiestan, por lo general es necesario un tratamiento quirúrgico.
El daño cerebral de mayor o menor magnitud producido como consecuencia de un traumatismo craneal es la causa más frecuente del HSD crónico. En casos poco frecuentes, el hematoma puede formarse por causas desconocidas no atribuibles a un traumatismo. La hemorragia que ocasiona un HSD crónico se produce en las venas pequeñas ubicadas entre la superficie del cerebro y la duramadre. Cuando estas venas se rompen, la sangre se filtra durante un lapso prolongado y forma un coágulo que ejerce cada vez más presión sobre el cerebro.
Si usted tiene 60 años o más, corre un riesgo mayor de sufrir este tipo de hematoma debido a una atrofia cerebral. A raíz de esta afección, en la que el tejido cerebral se encoge como parte del proceso normal de envejecimiento, el cerebro es más propenso a sufrir hemorragias. Esto se debe a que el encogimiento debilita las venas, por lo que incluso un traumatismo craneal menor puede provocar un HSD crónico. El consumo excesivo de alcohol durante varios años es otro de los factores que aumentan el riesgo de sufrir un HSD crónico. Entre los demás factores, se incluyen tomar anticoagulantes, aspirina y antinflamatorios durante períodos prolongados.
Entre los síntomas de esta afección, se incluyen los siguientes:
Los síntomas exactos que se manifiestan dependen de la ubicación y del tamaño del hematoma. Algunos síntomas son más frecuentes que otros. Según el Departamento de Neurocirugía de la University of California, Los Angeles [Universidad de California, Los Ángeles, UCLA], hasta el 80 por ciento de las personas con este tipo de hematoma sufren cefaleas (UCLA).
Los coágulos grandes pueden producir parálisis o pérdida de la capacidad de movimiento. También es posible entrar en estado de coma (quedar inconsciente). Un HSD crónico que ejerce presión sobre el cerebro puede provocar un daño cerebral permanente e incluso la muerte.
Si usted u otra persona presentan síntomas de esta afección, es importante buscar asistencia médica inmediata. Las personas que sufren convulsiones o pierden el conocimiento necesitan recibir atención de emergencia.
El médico le realizará una exploración física para detectar signos de daño en el sistema nervioso, entre ellos, falta de coordinación, problemas para caminar, deficiencia mental y dificultad para mantener el equilibrio. Deberá someterse a más pruebas en el caso de un HSD crónico presunto. Los síntomas de esta afección son similares a los de otros trastornos y enfermedades que afectan el cerebro, por ejemplo, demencia, lesiones, encefalitis y accidentes cerebrovasculares. Las pruebas como la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TC) aportan mayor precisión al diagnóstico. En las RM se utilizan ondas de radio y un campo magnético para generar imágenes del cuerpo, los órganos y demás estructuras. En las TC se utilizan varios rayos X para generar imágenes de cortes transversales de las estructuras blandas y óseas.
El médico se centrará en proteger el cerebro contra daños permanentes y en facilitar el control de los síntomas. Los anticonvulsivos, como un medicamento llamado lamotrigina, pueden reducir la intensidad de las convulsiones o evitar que se produzcan. A veces se utilizan esteroides para reducir la inflamación del cerebro.
Los HSD pueden tratarse quirúrgicamente. La intervención consiste en la realización de orificios pequeños en el cráneo para permitir la salida de la sangre y reducir la presión sobre el cerebro. Si tiene un coágulo grande, el médico puede perforar un orificio más grande para extraerlo. Este procedimiento, llamado craniectomía, también se utiliza en el caso de coágulos más espesos.
Si presenta síntomas asociados a un HSD crónico, es probable que deba someterse a una intervención quirúrgica. Según el Departamento de Neurocirugía de la UCLA, el resultado de una extracción quirúrgica es exitoso en el 80 al 90 por ciento de los pacientes (UCLA). En algunos casos, el hematoma vuelve a aparecer después de la cirugía y es necesario volver a extraerlo.
Puede protegerse la cabeza y reducir el riesgo de sufrir HSD crónicos de varias maneras. Use casco cuando se traslade en bicicleta o moto. Siempre use el cinturón de seguridad cuando viaja en automóvil para reducir el riesgo de sufrir un traumatismo craneal en caso de un accidente. Si trabaja en un ámbito laboral peligroso, como el de la construcción, use el casco de protección y el equipo de seguridad correspondientes. Si tiene más de 60 años, tenga cuidado especial en sus actividades diarias para evitar caídas.
Escrito por (en Inglés): Amanda Delgado and Marijane Leonard
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD